6. La ropa robada

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Más de un año y este cap estaba escrito desde hace tiempo, Dios mio, lo siento mucho la depresión me pegó super fuerte y a penas ando retomando proyectos pendientes.

Poco a poco gente, poco a poco se va retomando todo.

También decir que hay más historias nuevas en el perfil para que la espera por leer cositas de Auron y Luzu no sea tan larga. Besitos.

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Otro día, otra mañana, y más trabajo para el alcalde del pueblo 1.

Auron se removió en su sitio, sentía un calor abrasador en su costado, lo que es extraño, él suele mantener su habitación fría, sobre todo con el calor corporal que tiene de por sí, así que la temperatura que siente ahora mismo es para preocuparse.

Tal vez el ronquido gutural que escuchó y le obligó a abrir los ojos debió darle una pista de lo que estaba pasando.

No fue así, claro.

Su mente reaccionó lento, primero fue el instinto de supervivencia que le hizo saltar de la cama y buscar su espada.

El tigre.

DiCaprio está en su cama.

–¿Cómo cojones saliste de tu jaula? –Auron está seguro al cien por ciento de que las barras de la jaula del tigre son gruesas y es imposible para él romperlas.

El tigre bosteza con fuerza y se estira sobre la cama clavando sus uñas sobre las sábanas bastante caras del alcalde, parece que realmente no le importa el regaño.

Es un gato después de todo, un enorme gato con rayas neón.

Auron despereza su rostro, sale de la cama con cuidado y guarda su espada en su cinturón procediendo a examinar el área.

No hay rastros de destrozos a parte de sus sábanas, y el tigre parecía dormir plácidamente en el lugar sin interesarle su presencia. Supone que no debe preocuparse, al menos por ahora.

Sin embargo, el gato crecido no puede quedarse suelto por casa, alguien puede verlo por la ventana y querer robarse a su michi.

—Tú... Tienes que ir de vuelta a tu jaula, Dicaprio.

[...]

Después de sobornar a los Dioses por un poco de ayuda (y muchos diamantes) consiguió un lazo dorado para arrastrar con dificultad al tigre de vuelta a su jaula, puede sentir su mirada de pereza mientras caminan y Auron termina hablando solo a la pared.

—Que no puedo hombre, no puedo dejarte libre en casa, que es peligroso, te vas a comer a alguien o algún loco de aquí va a hacerse el chistoso...

Y seguro que cierto grupo va a tomar la oportunidad de secuestrar al tigre y chantajearlo.

Que flojera.

No quiere lidiar con los juegos infantiles del resto, esa mamada de secuestrar mascotas ya no le hacen gracia, mucho menos cuando es suya.

—No me pongas esa cara, ahí te quedas —le apunta con el dedo amenazador mientras cierra con llave.

El tigre parece tan ajeno a esto que simplemente bosteza antes de echarse a dormir en un rincón.

Auron le deja, tiene trabajo y no puede (aunque quiera) entretenerse con su tigre hoy. Asegura las puertas del sótano dónde guarda a sus demás mascotas y sale de casa directo al trabajo, que hoy hay reunión importante con los otros pueblos e Ibai no está disponible.

Pero no puede pedirle mucho, aunque sea un entusiasta, es muy joven e ingenuo para lidiar con el puesto, al menos le ayuda con parte del trabajo, lo que resulta un alivio en tema de papeleo y presencia.

Auron no esperaba grandes sorpresas ese día. Mucho menos a un "nuevo integrante" rondando por el pueblo 1.

—¿Mi ropa? —pregunta confundido, Biyis le cuenta en primicia del chisme. Vieron al sujeto con ropa de Auron, reconocible para los más cercanos. —Será algún gracioso que me ha robado, déjales, no hay que darles atención...

—Pero ¿No quieres salir de la oficina? Esto es una buena excusa.

Ciertamente ella le conoce, tiene esa sonrisa traviesa de niña pequeña, Auron la secunda y deja los papeles de lado.

—Por una vez, no está mal...

—Claro, claro. Por una vez, además es asunto del alcalde —Y más justificación convenientes se les ocurrieron a ambos antes de salir corriendo de la oficina directo a donde apuntaban los rumores.

Todos cerca de grietas extrañas que aparecían de vez en cuando.

Para el final del día no supieron más del tema y cada uno volvió a su casa.

Al menos pudo despejarse de todo, con la reunión cancelada por un ataque entre pueblo 2 y 3 las negociaciones por la paz quedaron en nada y el pueblo 1 comenzó a prepararse para un posible ataque. Con todos en ese plan, parecía que el desconocido que se robó su ropa pasaba a segundo plano.

Auron ya podía ver su casa, solo a unos cuantos metros de distancia, y a esa hora de la noche el jardín brillaba de lindos tonos azules, celestes y violetas, lo que le daba un aspecto mágico a su hogar.

Y en la copa del árbol más alto pudo reconocer perfectamente a su tigre, nuevamente fuera de la jaula durmiendo plácidamente y con ciertas ropas a su alrededor.

—¿Cómo es que se sale siempre?

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LAMENTO LO POCO.

Pero perdí un par de cositas con un reseteo de PC como los adornos y eso. Lo siento, es lo que tengo para ofrecer por ahora.


El jardín del alcalde | Luzuplay [Tortillaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora