1. 𝘼𝙜𝙧𝙖𝙙𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙫𝙚𝙘𝙞𝙣𝙤

415 20 0
                                    

Aria Walker

Los nervios se hacían presente con cada minuto que pasaba.
Tan solo llevo en el avión un par de horas, pero se me están haciendo eternas.

Me habían cogido, después de tantos intentos, en una película a nivel internacional, y me alegraba.

Solamente había hecho unos cuantos anuncios que solo se emitían en Broadway y un corto que, si te doy sincera, no me acuerdo de qué.

Siento que no estoy preparada, en verdad.
De hacer un simple anuncio a pasar a las grandes pantallas es un gran paso.

Por otro lado, me alegra que hayan sabido conocer mi talento.
Tengo que admitir que me gusta la manera en la que actúo, y en parte siento que merezco estar aquí.

Todavía quedaban unas dos horas y media para llegar a Los Ángeles, y yo ya no podía más con mis nervios.

Decido desconectar.

Desvinculo los airpods del móvil y dejo que mi mente descanse lo que queda de camino.

⬻ ⬻ ⬻

El sonido del avión aterrizando me despierta y lo agradezco.
Mi hermana está dormida a mi lado y la despierto sacudiéndola rápidamente por los hombros.
Se levanta asustada y al ver que he sido yo, se enfada.

—¿Eres imbécil o que?

—Callaros ya, pesadas—Nuestra madre habla y decidimos hacerla caso.

Salimos del avión y nos metemos al aeropuerto.

—¿Y ahora qué?—Dice mi hermana.

—Ahora a pedir un taxi que nos lleve hacia el apartamento—Responde mi madre y mi hermana asiente con la cabeza.

A mi no me da tiempo a decir nada más, porque un número desconocido me llama al móvil.

Lo cojo, suponiendo que es algún número de la empresa.

—¿Quién?—Pregunto.

—En media hora vamos a por ti, ¿dónde estás?

Ni buenas tardes, ni nada.

¿Quién es?—Pregunta mi madre.

La mando callar pero al momento la miro.

—Mándame la ubicación del apartamento—La digo.

Asiente con la cabeza y hace lo que la he dicho.

—¿Hola?—Dice la voz a través del teléfono.

—Si, perdón. Ahora mismo te mando la dirección.

Pongo el cuerpo de mi peso de una pierna a otra, nerviosa, mientras que me estoy mordiendo las uñas.

—Perfecto. Buenas tardes—No deja a que responda y me cuelga el teléfono.

Después de unos segundos de estar desconcertada, guardo mi móvil en el bolso y miro a mi madre.

—Tenemos que estar en media hora en el apartamento.

—No vamos a llegar—Dice, tranquila, mientras yo tengo un matojo de nervios en el estómago.

—No seas gafe—Le dice mi hermana—, si vamos a llegar. El taxi está a cinco minutos y se tardan diez en llegar.

Decido fiarme de lo que dice mi hermana y la abrazo por el hombro.
—-

Miro el reloj y veo que tan solo queda un minuto para que vengan a recogerme.
Agarro mis dos maletas y mi bolsa como puedo y le doy un beso a mi hermana y a mi madre.

Cállate, WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora