♡ : CAPÍTULO XVII

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Jeongin entró a la casa con sus orejas hacia abajo seguido por el alfa quien cerró la puerta y suspiró con pesadez.

Yang se dio la vuelta mirando al mayor, pero este parecía no importarle su presencia, todo se volvió un silencio incómodo hasta que Hyunjin decidió hablar.

— Ve a tu cuarto Jeongin — fue lo único que Hwang dijo.

El castaño no se quedó ni un segundo pensando y camino directo a las escaleras, le daba miedo cuando el mayor se enojaba, pero esta vez no lo regaño como otras veces así que estaba bien.

Subió hasta la habitación y cerró la puerta acostándose en la cama acariciando su vientre, tomo su libro y empezó a leer tranquilamente pero su lobo se sentía inquieto lo cual lo distraía.

Intento seguir leyendo tranquilamente pero su lobo estaba demasiado inquieto, se sentía necesitado, tenía calor y el deseo tener relaciones se empezó a hacer más fuerte, su embarazo no ayudaba en nada ya que debido a eso estaba más hormonal así que la necesidad era más fuerte.

Su lobo lo hacía doler en busca de contacto con el alfa pero sabía que Hyunjin nunca lo tocaría por cuenta propia, el omega se levantó hasta el armario sacando las prendas de su esposo, las puso en la cama empezando a hacer un nido, se acostó entre la ropa del mayor deleitándose con su aroma a chocolate amargo.

Empezó a quitarse toda la ropa debido al calor insoportable que tenía, su entrada estaba mojada y necesitaba un alfa, odiaba ser un omega, no podía tomar suspensores por el embarazo, le haría daño al bebé.

Abrió sus piernas introduciendo dos dedos dentro de si mismo, era la primera vez que lo hacía, sus dedos eran inexpertos, pero lo estaba intentando, sus jadeos incrementaron cuando agarro más movilidad con aquellos dígitos.

Por otro lado, Hyunjin estaba sentado en el sofá, tenía calor y su miembro empezaba a doler, reviso el calendario y fue cuando se dio cuenta, su celo era hoy, su lobo lo hacía tener un dolor insoportable, quería a su omega, necesitaba a Jeongin.

El pelinegro negó, no quería aceptar al menor, se levantó del lugar caminando hacia las escaleras dispuesto a ir por sus suspensores, se acercó a la habitación oliendo aquel aroma a vainilla más fuerte de lo normal, su lobo lo rasguñaba y pedía al castaño.

Abrió la puerta encontrándose con aquella escena que lo hizo doler más, Yang estaba sumergido en su propio placer que no se dio cuenta de la mirada de su alfa.

Hwang se acercó al omega quitando la mano del menor y abriéndose paso entre sus piernas, cosa que asusto al castaño.

— Hyunjin... ¿qué esta haci- ¡Ah! — Jeongin gimió al sentir la lengua de su esposo en su entrada, era una nueva sensación que se sentía increíblemente bien.

El alfa coloco las piernas de Yang en sus hombros introduciendo su lengua en aquella cueva mojada sintiendo como el menor movía su cadera en busca de más contacto, el omega trataba de mantenerse en sus cinco sentidos, pero el alfa se estaba apoderando de él.

Las manos fuertes de Hwang acariciaban su cuerpo haciéndolo jadear y gemir, Hyunjin gruño al sentir que las paredes del omega aprisionaban su lengua, los espasmos se hicieron presentes y segundos después Yang se corrió por primera vez.

Nuestros celos están conectados... — dijo el lobo del mayor con una voz extremadamente ronca.

— Lo sé... — respondió el castaño.

Solo déjate llevar... te hare mío — el alfa al ver que su esposo asentía llevo dos dedos dentro de él moviéndolos como si fueran tijeras obligando a Jeongin a gemir más fuerte mientras apretaba las sábanas.

Hyunjin aún se mantenía en sus sentidos admirando el cuerpo del menor, recordando cada rincón de su piel, no lo recordaba tan hermoso, recorrió sus manos hasta los muslos de Yang, eran gruesos, muy gruesos, los apretó un poco sacándole un jadeo al omega, al parecer eran un punto débil para él.

Empezó a morderlos dejando marcas moradas que no se irían en meses, agarro el miembro del menor empezando a masturbarlo para acelerar el paso, los dedos del mayor se aprisionaron en la entrada del castaño.

El Omega no resistió más y se corrió de nueva vez en la mano de su esposo quien lamió aquel líquido, se quitó la ropa dejando ver su bien trabajado cuerpo, Yang no lo recordaba tan musculoso, tal vez había hecho más ejerció.

El mayor se acostó a su lado poniendo sobre al menor quien se encontraba con muchas dudas en su mente.

— N-no se saltar... — tartamudeo Jeongin.

— Yo te enseñare... — dijo el alfa moviendo sobre él, la cadera del castaño.

Ambos gemían sin vergüenza alguna, sus lobos se necesitaban y al estar en contacto se calmaban.

El castaño se sentía ya listo para tener a Hyunjin dentro, alzó su cadera un poco alineando el pene del mayor en su entrada bajando lentamente, abrió la boca sin emitir sonido alguno, se quedó a la mitad, dolía un poco así que se movió para calmar el dolor.

Hwang estaba demasiado excitado ya, necesitaba estar completamente dentro de su esposo, lo tomo de la cadera jalándolo hacía abajo metiendo de golpe todo su miembro en el menor quien grito un poco.

— H-Hyunjin... — gimió Yang cerrando los ojos con fuerza.

— Tranquilo... — pasaron unos momentos sin moverse hasta que Jeongin inicio un moviendo de cadera sobre el mayor sacándole gemidos y jadeos.

El alfa tomo la ancha cadera del Omega haciéndolo saltar con un poco de fuerza.

Ambos estaban demasiado sumergidos en el placer que se daban mutuamente, sus lobos estaban conectados entre sí brindando más placer a sus dueños.

Jeongin abrazo a su esposo para darse más impulso y seguir saltando por su propia cuenta, el Omega gemía cerca del oído del mayor excitándolo más.

Hyunjin lo hizo saltar con más fuerza y más profundidad, la pelvis del castaño caía con fuerza en los testículos del alfa haciendo un sonido morboso que Hwang amaba escuchar más a parte de los gemidos del menor.

El pelinegro empezó a lamer la marca del Omega al igual que él lo hacía, ambos lobos querían renovar la marca.

Jeongin se detuvo por un momento, la marca se estaba borrando y las emociones del alfa las sentía demasiado débiles, no quería volver a sentirlas, y Hyunjin simplemente no quería volver a marcar al Omega que odiaba.

Pero sus lobos eran más fuertes y se amaban demasiado, tomaron el poder de sus dueños comenzando a lamer el cuello del contrario.

Yang chillo al sentir los colmillos del mayor en su piel y Hwang gruño al sentir los colmillos del menor en él.

El pelinegro se corrió dentro de su esposo anudándolo, ambos volvieron en sí, recuperando sus sentidos, se quedaron en silencio esperando a que el nudo desapareciera.

— ¿Te duele? — pregunto el alfa recargando su cabeza en en el hombro del menor.

— Si... — respondió el castaño.

— Ya pasará — Hyunjin suspiro — ¿Crees estar bien para la próxima semana?

— Si, tu lobo no me lastima.

— Recuerda que vas a cumplir siete meses ya y la próxima semana es el baby shower, debes de estar bien.

— Lo sé, está semana estaré bien, eres cuidadoso.

— Bien...

Una vez más se quedaron en silencio, cuando el nudo desapareció, Hyunjin salió con cuidado acostando al Omega a su lado.

— Duérmete — dijo el alfa.

Yang asintió y se acomodó a lado del mayor quien solo acaricio su vientre y no hizo más.

Hyunjin culpaba a su lobo mientras Jeongin agradecía haber tenido contacto después de seis meses con el alfa.

Siempre guardaba el más mínimo recuerdo o pequeño regalo que el alfa le llegaba a dar, para otras personas eso no significa nada, pero para él, era más valioso que el oro.

Mi Alfa por accidente ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora