Mi Alfa por accidente ❁ HyunIn

♡ : CAPÍTULO XXXVII

Seonghwa manejó de nuevo hasta aquel lugar, Jeongin iba en la parte de atrás cargando a su pequeño.

Ambos ya tenían un plan y esperaban que saliera bien, el menor aún tenía miedo de su padre, pero mientras no se le acercará tanto todo estaba bien.

Sobó su cabeza debido al mal golpe, cuando despertó, lo primero que hizo fue quitarle a Beomgyu de las manos, no quería que su padre lo lastimara, pero parecía otra persona cuando estaba cerca del menor.

— Llegamos... — dijo el omega mayor bajando del auto.

El castaño miro alrededor, todo estaba lleno de árboles grandes y justo al lado de la cabaña que estaba ahí había una cascada.

Se bajó del auto con su pequeño en brazos y camino con miedo, no sabía que iba a encontrar ahí ¿Y si era una trampa? Tenía un mal presentimiento.

— Adentro está Hyunjin, pero debes darme al bebé, yo lo cuídate — dijo el pelirrubio.

— Nunca te daré a mi hijo — Yang gruño mostrando sus colmillos alejando a su pequeño del mayor.

— No le haré nada, sé lo que hice, pero está vez confía en mí, solo está vez...

— No lo haré, me golpeaste y casi me matas, no voy a dejar a mi hijo contigo.

— Miren quien está aquí, mi pequeño terroncito — dijo Wonpil saliendo de la cabaña, los había escuchado discutir y decidió salir.

— Tu... ¡¿Dónde está mi esposo?! — Jeongin gruñó y soltó su aroma en forma de amenaza.

— Llévate al bebé si no lo mató aquí mismo... — dijo el peliazul mirando al señor Yang.

— Si... — le arrebato a Jeongin al pequeño de las manos llevándoselo.

El castaño lo iba a seguir, pero el alfa lo tomo del pelo.

— Tu no te vas a ningún lado, nadie me dice que no, así que ahora vas a pagar por esto — dijo Wonpil apretando el agarre.

— ¡Déjame! — grito el menor tratando de soltarse.

El alfa lo llevo a la cabaña y lo tiró al piso sonriendo.

— ¿Este es tu alfa? — señaló a Hyunjin quien estaba tirado en el piso lleno de golpes y con heridas hechas por cosas filosas.

— ¡Hyunjin! — el omega corrió hasta su esposo y acaricio su rostro — Jinnie despierta...

El pelinegro abrió los ojos lentamente mirando a su esposo.

— Jeongin... Vete de aquí... — dijo en un hilo de voz.

— No lo haré... Te dije que siempre me iba a quedar contigo — el menor no pudo evitar llorar al ver a su alfa así, ya había sufrido mucho, quería que todo esto terminará de una vez.

— Sigues siendo igual de grosero, Jeonginnie — dijo una voz femenina haciéndose presente en aquella habitación, el sonido de sus tacones chocar con el piso estremeció al omega.

Se quedó en shock un momento, no podía creer lo que pasaba, su madre, aquella persona que casi lo mata, aquella que lo golpeó hasta el cansancio estaba ahí.

Volteo lentamente encontrándose a su madre detrás de él sonriendo.

— Pequeño... ¿No vas a saludar a tu madre? — dijo la alfa abriendo sus brazos.

— Nunca lo haré, ahora suelten a mi esposo de una vez si no-

— Si no ¿Qué? — interrumpió el mayor — Eres solo un omega que sirve para dar placer a los alfas, no puedes hacer nada más.

Jeongin lo miro mal, pero tenía razón, era un omega y no tenía la fuerza de un alfa.

Seonghwa miro todo desde la habitación, mientras trataba de mantener a Beomgyu quieto.

El pequeño desconfiaba de su abuelo por lo que quería soltarse, no le gustaba que personas que no conocía lo tocaran.

Tomo su forma de lobo y mordió la mano del alfa cayendo al piso, corrió hasta donde estaban sus padres, asustado, no le gustaba el lugar y se sentía inseguro.

— ¡Papá Jeon! — grito el pequeño llorando.

Se hizo bolita a lado de los pies de su padre omega y este lo cargo entre sus brazos.

— Tranquilo mi niño... — susurro el omega acariciando las orejitas de su hijo.

— ¿No te deshiciste de ese estorbo? — gruño Wonpil al ver al pequeño.

— No puedo hacerlo, es solo un niño y no tiene la culpa de nada — respondió el omega mayor.

— Si tú no puedes, entonces lo hare yo — el peliazul tomo un palo de madera y se acercó a Jeongin quien protegió a su pequeño entre sus brazos mientras este lloraba asustado.

Hyunjin recupero la conciencia y miro al alfa, tomo fu forma de lobo y se fue contra el mayor mordiéndolo con fuerza cosa que lo hizo soltar aquel palo de madera.

Ji-Eun corrió a defender a Wonpil, pero termino peleando también, ambos omegas se quedaron inmóviles en su lugar hasta que entraron en sí por el llanto del bebé.

— Jeongin sal de aquí — dijo Hyunjin deteniendo a los otros alfas.

— Pero yo no-

— Vete a casa... — dijo el alfa usando su voz de mando.

Yang bajo las orejas y se di la media vuelta llorando, tenía miedo de perder a su esposo, el miedo era demasiado, comenzó a correr rumbo a la puerta, seguido por su padre Seonghwa.

Yang intento abrir la puerta, pero no podía, estaba atorada, necesitaba salir rápido antes de que Wonpil intentara hacerles algo, el omega pelirrubio corrió a buscar algo que los ayudara a salir de ahí.

— ¡Se está escapando! — grito Ji-Eun intentando soltarse del agarre de Hwang.

— No voy a perder a Jeongin de nuevo — dijo Wonpil mordiendo una de las patas traseras del alfa haciéndolo gruñir debido al dolor, pero el pelinegro jamás lo soltó.

El plan de ambos omegas no había salido tal como lo planearon, habían penado en recoger a Hyunjin solamente y salir de ahí junto al bebe, pero Beomgyu no confiaba en su abuelo por lo que lo mordió y escapo para ir con sus padres.

Jeongin lloraba junto a su pequeño, la desesperación se apoderaba cada vez más de él, quería salir de ahí de una vez por todas, pero no podía, maldijo en voz baja.

Hyunjin ya no podía seguir manteniendo a los alfas con él, los tres estaban lastimados, pero más Hwang, no sabía si iba a poder resistir más, necesitaba que su esposo e hijo salieran de ahí pronto.

— ¡Jeongin es mío! — gruño Wonpil mordiendo de nueva vez al alfa quien esta vez no pudo resistir y termino por soltarlos a ambos.

— Tu no te vas, menos sin antes haber estado en mi cama — dijo el peliazul acercándose al omega.

— ¡Me traicionaste! — gritó Ji-Eun a su esposo — Sabía que no podías hacer esto, eres solo un omega, debiste de ser un alfa, tal vez así lograríamos tener a nuestro hijo alfa.

— No voy a dejar que me hables así, me tienes harto ya, no tuvimos a ese bebé como hijo, pero lo tenemos como nieto así que ¡Detente ya! — respondió molesto el omega.

Yang retrocedió al sentirse acorralado por Wonpil, Hwang no podía levantarse por más que se esforzara, todo estaba perdido o eso pensaba al notar que la puerta se abría con fuerza dejando ver a esa persona que nunca imagino ver.

— ¿Félix? — preguntó el peliazul.

— Hola... hermano.