Secret Omega
Louis observaba cómo Harry ponía las compras del supermercado en la cajuela del auto con cuidado de no romper nada, de pie al lado, el menor tenía los brazos cruzados y el entrecejo levemente fruncido. Sabía que se encontraba de mal humor y también sabía bien qué era lo que lo había provocado. Se trataba todo de esa dolorosa verdad que aquella chica soltó justo en su cara, sin tacto y sin remordimientos. Louis sabía que ella tenía razón, pero todavía dolía mucho en su corazón aceptarlo.
Tampoco es que fuese un tonto, sabía bien que jamás iba a pertenecer al lado de Harry. Y había muchas razones para ello, Louis tenía toda una maldita lista. Una lista que sabía de memoria, una que odiaba pero que se obligaba a recordar día con día. Harry era su mejor amigo, habían estado creciendo juntos desde que eran niños. Él era un mentiroso, llevaba años fingiendo ser algo que no era y ocultando su naturaleza. Harry pertenecía al lado de una linda chica omega y él merecía ser infeliz por siempre. Por ser una horrible persona, por ocultar al mundo que era un omega y también porque era un cobarde.
Cuando Harry terminó de acomodar las compras y observó a Louis, supo que algo no estaba del todo bien. La expresión en el rostro de su mejor amigo la conocía, demasiado serio para el chico risueño que estaba acostumbrado a ver, junto a sus ojos brillantes, casi melancólicos, viendo sin ver nada realmente, perdido quizás en sus pensamientos. Louis estaba triste, Harry lo sabía. Estaba muy quieto y desde que habían terminado de pagar la alacena en las cajas del supermercado hasta ese momento no había dicho ni una sola palabra. Louis tampoco se había acercado a Harry para ayudar a subir las cosas al auto. No se había acercado para nada en absoluto. Y era demasiado obvio para Harry que algo había puesto a Louis de esa manera.
—¿Pasa algo? —el alfa preguntó. Cerró con lentitud la cajuela del auto y se acercó hasta quedar al lado de Louis, quién giró su cabeza y levantó la mirada encontrando los ojos verdes y preocupados de Harry.
El menor tragó saliva y luego de observar durante unos segundos los preciosos ojos del alfa, negó con suavidad dándole una pequeña sonrisa. Se guardó su pesar una vez más y caminó después para abrir la puerta del copiloto y entrar sin más. Harry se quedó unos segundos afuera observando un punto inexacto, curioso y también un poco confundido. Se preguntaba qué tenía tan pensativo a Louis, por qué estaba tan callado, tan ausente, ¿había hecho algo mal? ¿se había molestado con él? ¿debió dejar que comprara sus galletas y aceptar que eran comida, aunque en realidad no fuera así? Apretó los labios y observó las llaves del auto en sus manos, un momento después caminó y también subió del lado del conductor.
Encendió el auto, miró de nuevo unos momentos más a Louis quién mantenía sus ojos cerrados y luego bajó la cabeza. Esperó un poco más a que calentara el motor y un rato después, aceleró y comenzó a conducir. No sabía qué decir exactamente. Había preguntado y Louis no había dicho nada, era normal no saber cómo actuar. Si había hecho algo mal, o Louis se había molestado con él, no sabría cómo arreglarlo porque Louis no lo estaba hablando con él.
—Louis... —intentó decir una vez más. Habían pasado cinco minutos desde que había comenzado a conducir y el silencio seguía, por lo que inevitablemente comenzó a preocuparse demasiado en serio.
—Hm... —Louis murmuró.
—¿De verdad está todo bien? —preguntó de nuevo.
No, nada está malditamente bien, ¿pero cómo podría decírtelo? ¿cómo decírtelo si no sé si vas a perdonarme?
Louis volteó a verle con ojos azules y tristes, le sonrió diminutamente una vez más y asintió—. Sí, está todo bien... Es sólo que... No lo sé, creo que me siento un poco mal. —una mentira más, una mentira menos. ¿Qué demonios importaba ya?
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Secret Omega | Larry Stylinson
FanfictionEn una sociedad injusta y abusiva, Louis Tomlinson toma supresores para que nadie, en especial su mejor amigo Harry, descubra su secreto; que él es un omega. El silencio puede ser una amarga y difícil condena, evitar aceptar lo que el corazón siente...