Capítulo 16

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El destino se lleva siempre su parte y no se retira hasta obtener lo que le corresponde".
(Haruki Murakami).

Flashback

Cheatan

— ¡Un yate! — corrí por el largo pasillo de los camarotes.

¡Es increíble como dentro de un barco puede haber un mundo entero!

— ¿Sorprendido? — Geo estaba eligiendo su camarote.

— ¡Sí! Es increíble la arquitectura moderna... Ojalá pudiera saber más algún día.

— Seguro que sí, tú eres muy listo. Me he asombrado de lo rápido que has estado aprendiendo alemán.

— ¡Gracias, Geo! Tú me has ayudado a practicar bastante.

— Igual que los demás.

— Bill incluso me ha enseñado a expresarme en alemán durante otro tipo de circunstancias. — me miró divertido.

— Mejor no me des detalles.— reímos.

Bill llegó a dónde nosotros.

— ¿Qué te parece?— me dió un beso rápido en los labios.

— ¡Nos vemos más tarde, chicos!— nos despedimos con un gesto y Geo entró a sus aposentos.

— Increíble.

— Lo imaginaba... Hoy tenemos una reunión con hombres muy importantes.

— ¿Cuál es el tema?

— Hablaremos de temas muy importantes.— lo miré extrañado y entramos al camarote.

¿Qué será eso tan importante de lo que hablará Bill?... ¿Por qué no quiere compartirlo conmigo?

— ¡Wow! ¡Es magnífico!

— Lo normal para nuestras reuniones solamente. Nada impresionante en realidad

— Jamás había visto algo así... Qué alegría que para ti sea algo habitual, Bill.

— Soy millonario. No lo olvides... Por cierto... — se dejó caer en la amplia cama. — ¿Te gustaría estrenar este lugar conmigo?

— ¿Y la reunión con hombres importantes?

— Es dentro de unas horas... — sonreímos en complicidad.

— Sí quiero, Bill.

*******

El juego de besos inició como en muchas otras ocasiones, Bill estaba encantado con la inexperiencia de Cheatan así que le pidió continuara aprendiendo para seguirle el ritmo, sobretodo con la habilidad que estaba adquiriendo con su boca y que gran placer le concedía al alemán.

Aquel camarote de viaje por Berlín fue testigo de un cambio que surgió.

*******

Bill

— Bill, por favor, déjame hacerlo.— me susurró entre jadeos Cheetan.

— Está bien, házlo.

Sin preámbulos, él me dejó debajo suyo, pude mirarlo, su rostro estaba lleno de lujuria y pasión... Ambas cosas bastante agradables para mí.

Un amor pragmático.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora