Al comienzo del final, uno no llega a comprender si hay que ser agradecidos o no de que nos lastimaran las espinas de una bella rosa, así sea sólo para disfrutar de su dulce y embriagante olor o para cortarla y arrancarla del lugar al que pertenece (aún después de correr el riesgo de espinarnos) y mirar como día tras día se va marchitando hasta perder ese olor y colores bellos que momentáneamente nos cautivaron e hicieron que decidierámos llevarla con nosotros sabiendo que tarde o temprano esa linda rosa desaparecería de nuestra vida.
O dudamos de mejor ser malagradecidos de que las espinas protegieran a tan delicado y bello ser al extremo de elegir juzgar y maldecir a la rosa por existir... Y a la vez, agradecemos que tuviera sus espinas porque en determinado momento quizás nos dio placer sentir el dolor que nos generó el lograr apreciar y sentir a una frágil y preciosa flor.
No logramos contemplar que una rosa necesariamente tiene espinas porque así es su existencia y que ella pertenece al rosal en donde se cultivó y creció con sus específicos requerimientos edafoclimáticos, plagas, enfermedades, fisiopatías y floraciones.
A nosotros sólo nos toca vivir a la par de su existencia. No debe estar fuera de su rosal ni debe estar en un florero luciendo hermosa para que todos la admiren porque muere. Podemos trasplantarla pero incluyendo todo el rosal... No sólo una rosa. Y al final, no nos podemos quedar exclusivamente con la que a nosotros nos fascinó y no todas las rosas huelen igual (aunque así pareciera en ocasiones) hay unas más olorosas, mas grandes, de diferentes especies...
Nos pueden encantar a lo largo de nuestras vidas muchas o pocas rosas con enigmáticos hechizos pero, seamos conscientes de que no todas pertenecerán al mismo rosal y, por lo tanto, jamás una sola rosa perdurará eternamente en nuestra vida y nosotros no podremos subsistir eligiendo el vivir en un rosal sólo para permanecer junto a ella.
Ella sencillamente existe. Y nosotros también. Cada uno en su sitio, encontrándose en el camino para recordarnos lo efímero y complicado que puede llegar a ser el alegrarse de que una rosa tenga espinas o maldecir el infortunio de que las espinas tengan bellas rosas... Uno no puede tener todo en esta vida.
Sólo recuerden que también hay otra clase de flores que son tan o superiormente más preciosas que una rosa y que quizás no conocemos por tener en mente siempre un cliché o una idea errónea de quienes somos y con ello una falsa percepción de nuestros gustos, ideales, metas y sueños.
¿Qué otras flores habrá?
Y si,
¿En realidad no me gustan las flores?
Aunque,
¿A quién no le gusta percibir dulces y alegres aromas y colores?
Quizás a mi no... O quizás sí y lo estoy negando por... No sé qué motivos...
Ya les iré compartiendo a que conclusión llegué. Mientras tanto, sepan que lo único que permanece un tiempo es el encantador aroma de una rosa y que, con otro pasar del tiempo, al igual que la rosa que lo emanaba, éste desaparece.
Atentamente.
El mismo desconocido.
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Un amor pragmático.
FanficBill es un famoso cantante alemán que tendrá un amor a distancia con un chico hindú hasta que el destino les lleve a cruzar distancias y diferencias. Descubrirán y compartirán experiencias juntos que, con el tiempo, guiarán su relación, vida y desti...