ROMAN
Olga y Valentina colocan el último de los cuencos de comida en el centro de la mesa y abandonan el comedor a toda prisa. Miro mi reloj de pulsera, luego la silla vacía a mi lado y me vuelvo hacia mi mujer.
—¿Dónde está? —pregunto a través de los dientes.
—Estará con unos amigos, kotik. —Nina sonríe y me pasa puré de patatas—. Toma, prueba un poco. Es la receta de Bianca, con mucha mantequilla.
Conozco muy bien a mi mujer y, por muy buena que sea con sus fingidos juegos, puedo ver a través de cada uno de ellos.
—¿Dónde.Está.Nuestra.hija?
—Roman, por favor. Tiene dieciocho años. Ya sabes cómo son las chicas a esa edad, siempre rebelándose un poco. Es solo la cena.
—Se ha estado rebelando desde antes de que pudiera decir una frase completa —ladro—. Le he dicho que quiero que al menos cenemos juntos,y ha estado de acuerdo.
Nina sonríe y me pone una cuchara grande de puré de patatas en el plato.
—Seguro que no tarda en llegar.
—A lo mejor está con su novio —añade Yulia, mi otra hija.
Levanto la cabeza.
—¿Con quién?
—Su novio. —Yulia suelta una risita—. Les he oído hablar por teléfono.
Agarro el borde de la mesa y aprieto la superficie de madera.
—¿Nina?
—¿Sí, cariño? —gorjea y se mete un trozo de carne en la boca.
—¿Vasya tiene... novio?
—Por supuesto que no, kotik. Nuestra hija sabe muy bien que no puede tener novio hasta los cuarenta. —Ella levanta la vista hacia mí—. ¿O era hasta que los cincuenta?
Me inclino hacia delante.
—¿Quién es él? ¿Lo conozco? ¿Por qué no me lo has contado?
Nina suspira y pone los ojos en blanco.
—¿La ha tocado? —continúo—. ¿Les has visto besarse?
Ella posa sus manos en su rostro y sacude la cabeza.
—Roman, por el amor de Dios. Tiene dieciocho años.
Se me dispara la tensión.
—Oh, voy a estrangularle. Dame su nombre. Ahora, Nina.
—Tienes que calmarte, Roman. Tu comportamiento no es normal. —Ella pone su mano en mi mejilla—. Vasilisa ya no es una niña. Es una mujer joven, y se espera que tenga novio. La mayoría de sus amigas tienen novio desde los dieciséis años. Eres demasiado estricto.
—¿Soy demasiado estricto? —Levanto una ceja—. Recuérdame, por favor, qué edad tenía cuando se escapó de casa la primera vez.
—Quince. —Nina se encoge de hombros—. Y solo se fue a casa de su amiga. En realidad, no se escapó.
—¡Toda la puta Bratva buscó a mi hija durante dos putos días! Estabas fuera de ti, malysh.
—Oh, exageré. —Me atrae hacia ella y me besa—. Terminemos esta cena rápido para que podamos subir y tener algo de tiempo para nosotros.
—Intentas distraerme —digo contra sus labios, enhebrando mis dedos en sus mechones.
—No. Nunca lo haría.
El sonido de la puerta al cerrarse y el repiqueteo de unos pies resuenan en las paredes. Libero el cabello de Nina y miro hacia el vestíbulo, visible más allá del umbral del comedor. Un borrón del cabello oscuro de mi hija capta mi atención mientras se precipita hacia la escalera.
—¡Vasilisa! —grito.
Se detiene con el pie en el primer escalón y me lanza una mirada irritada. Observo los vaqueros rotos y el top negro que lleva. Todavía me impresiona lo mucho que se parece a Nina. Vasya solo heredó el aspecto de su madre. La personalidad la heredó de mí. Desgraciadamente. Cojo mi bastón y me dirijo a ella.
—¿Tienes novio? —muerdo al llegar a ella.
—¿Qué? —Se pone tensa—. ¡No!
Me agacho, acercándome a su rostro.
—¿Seguro?
—Ningún novio. Te lo juro.
—¿Y dónde has estado?
—Estaba con el tío Sergei. —Ella sonríe.
—Oh Dios. —Aprieto mis sienes—. ¿Te estaba enseñando a lanzar cuchillos otra vez?
—No. —Sus labios se agrandan aún más.
Entorno los ojos hacia ella. No me gusta esa sonrisa.
—¿Me estás mintiendo, Vasilisa?
—Papá, no te miento. —Se levanta de puntillas y me da un beso en la barbilla—. Voy a mi habitación a cambiarme y bajo enseguida.
Parece sincera. Pero mientras la veo subir las escaleras, tengo la sensación que no ha contado todo. Conozco a mi hija demasiado bien. Y conozco a mi hermano.
—¿Sergei te ha enseñado algo más hoy? —le pregunto.
Vasilisa se detiene en lo alto de la escalera. Me mira por encima del hombro, guiña un ojo y desaparece de mi vista. Me ha guiñado un ojo. ¿Por qué ha hecho eso? Oh, ¡Jesucristo! Cierro los ojos un momento, saco el teléfono del bolsillo y llamo a mi hermano.
—¡Te voy a despellejar vivo! —ladro al teléfono tan pronto como Sergei responde a la llamada.
—¿Qué he hecho ahora? —pregunta.
Agarro el teléfono con todas mis fuerzas.
—¿Has estado enseñando a mi niña a disparar, Sergei? —rujo.
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Neva Altaj Bonus Scenes.
RandomEsta obra se trata de los extras de la serie Perfectly Imperfect traducidas en español. Son para las personas que ya conocen la serie y quieren leer los extras. Wattpad por favor no me cierres esta cuenta solo son extras traducidas en ESPAÑOL.