Chico Roca

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Que bonito es el amor dicen, podemos llegar a anhelar tanto amar y ser amados que en ocasiones nos perdemos a nosotros mismos. Qué osadía, el corazón corriendo tras la persona menos indicada, parece que se empeña en seguir rompiéndose una y otra vez por causa de otros. Nicola Coughlan no era la excepción, la dulce Nicola, en su juventud quedó prendada de un alto chico Irlandés, creyó ver un Ángel frente a ella, perfección. Sentía que era un pequeño agapornis que había encontrado su amor eterno, se vio a sí misma llegar a la cima de un frondoso árbol y con la misma rapidez con la subió a lo más alto su corazón fue en caída libre a parar a lo más bajo, para romperse en mil pedazos ¿Quién lo diría? Se creyó insuficiente, su seguridad en sí misma pendía de un pequeño hilo, pero su amor por el arte y teatro la llevaron en busca de una nueva vida, y hoy ese pequeño agapornis que solo quería amar y ser amado se había convertido en una determinada águila que quería sobrevolar las alturas. Se sentía orgullosa de sí misma, ninguno de los grandes obstáculos que empañaban su visión fue suficiente para deterla, ni los miedos, ni los prototipos impuestos por la sociedad. Ella era una pequeña chica Irlandesa que había logrado lo que quería, pero algo nunca cambió, aunque habían roto su corazón esa pequeña avesilla seguía insistiendo en querer amar.

-¿Así que estas saliendo con un chico?

-Si

-Nicola dime que no es aquel que viste en la fiesta de Charlie

-Es evidente que me conoces muy bien 

-Eres una niña muy terca -Dijo con Exasperación-

-¿Crees que salga mal?

-A ver, no sé por qué siempre tu tipo es - blanqueó sus ojos- niño delgado sin gracia y con cara de modelo descarriado, al inicio parece ser todo tierno y luego descubrimos que es un idiota ególatra que solo te hará sufrir porque no sabe si adora más sus facciones o el suelo donde pisa -Ella intentó decir algo, pero la detuvo- Tienes que buscar a un hombre de verdad o si quieres una mujer, pero alguien que te ame y no que se ame exageradamente a sí mismo. Eres la mejor persona Nic en serio, pero debes dejar de seguir a chicos que no son serios con nada más que con sigo mismos.

-Yo... creo que -Tragó saliva e intentó pronunciar una palabra pero se quedó en silencio-

-Tus relaciones han sido por demás extrañas -Hizo una pausa- Soy más cercana a ti que nadie, tienes treinta y tres Nic, y sé lo que quieres para ti, solo por favor intenta encontrar a alguien que realmente tenga intenciones serias.

-Soy una tonta -Sus ojos se llenaron de lagrimas-

-No lo eres, solo eres muy inocente y dulce. Pero también eres inteligente, ocurrente, determinada y algo controladora sin que los demás lo perciban -Sonrió- No dejes que te hagan sufrir de nuevo por favor.

-Creo que solo debo divertirme un rato y no involucrarme demasiado

-Nic, tú eres la persona más amorosa, aunque no lo quieras siempre te involucras. Por eso debes buscar a alguien que desde el inicio te demuestre el mismo amor que tú das -Nicola estuvo pensando en las palabras de su amiga Camilla, ella tenía razón. Siempre era lo mismo, ya estaba cansada. Tenía todo lo que quería, pero ¿Qué pasaba con el amor? Siempre era la mejor amiga, la que  se sentaba a ver a la linda pareja de novios, la tercera que iba caminando detrás, era estúpido que todos habían pasado por todo eso menos ella, porque en una ocasión había tenido una relación conocida por sus amigos y fue un completo desastre, aun recordaba a todos diciéndole que su novio era un idiota y que debía abandonarlo, parecía siempre caer en un círculo vicioso, aunque aquellos hombres fueran personas diferentes tenían exactamente la misma actitud y era detestable caer completamente enamorada y luego ir de una pequeña decepción al odio completo, por eso, casi siempre sus novios pasaban desapercibidos, ella solo hablaba con Camilla de ellos.

ThompsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora