Call Of Duty || One-Shots

||Sol y Luna||

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Eras amigo de König desde hace un buen tiempo, lograste volverte cercano al coronel principalmente por la experiencia que ambos compartían en las fuerzas especiales y algunas vivencias similares. A pesar de la naturaleza callada y reservada de König, siempre solía estar ahí para ti y solían hacer e ir a las misiones juntos, se conocían tan bien que al momento de estar en el campo de batalla vuestras habilidades en conjunto os ayudaba a vencer a los enemigos, verdaderamente apreciabas mucho al coronel, tanto como superior como amigo.

La cercanía y tanto tiempo que ambos han compartido juntos no evitó que lentamente desarrollarás sentimientos por él. Aunque eran amigos, te sonrojabas cada vez que su nombre era mencionado o cuando él te pillaba mirando demasiado tiempo en su dirección durante algunas misiones, a veces incluso soñabas despierto con él, pero por un tiempo te quisiste guardar tus sentimientos para ti mismo, a fin de cuentas no estabas tan seguro de que tan correcto sería enamorarte de tu jefe.

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Después de varias misiones en donde en más de una vez te desconcentraste debido a tus propias emociones, te diste cuenta que no podías retener tus sentimientos por más tiempo. Ya estabas cansado de ocultar tus verdaderos sentimientos hacia el hombre a quien habías llegado a respetar y admirar profundamente.

Un día, antes del entrenamiento, simplemente decidiste hacerlo y ser sincero, a pesar de que corrías el riesgo de ser rechazado. Aprovechaste que estaban en la barracas y además no había nadie en esos momentos, te armaste de valor y fuiste directo con König.

—Tú no me gustas de esa manera. -La respuesta del austriaco fue igual de directa como tu confesión-. Escucha, no lo veo así, pero reconozco que eres un buen amigo y un aliado. -König habló en un tono suave, queriendo que la situación no fuera incómoda para ambos por más inesperado que esto haya sido para él-.

Miraste a abajo con un poco de tristeza, aún así, esperabas otra respuesta diferente, positiva.

—Lo pensaré. -Volvió a decir el hombre. Sentiste entonces un tintineo de esperanza, quizás después de todo existía la posibilidad de una relación, ¿no? Independientemente de esta certidumbre, tu corazón latía con fuerza por solo el hecho de que haya una oportunidad-.

—¿Hablas en serio? -Preguntas tratando de ocultar tu emoción, aunque el brillo de tus ojos te delata-.

—Dame un tiempo, ¿si?

Justo en esas el silbato que marcaba el inicio del entrenamiento se escuchó afuera de las barracas, ya era hora que cada soldado fuera sus deberes o entrenamientos por cumplir. Miraste a König antes de salir para ir a hacer tus obligaciones, esperanzado pero nervioso por lo que pasará en un futuro.

Intentaste que los siguientes días no fueran raros, incomodos o diferentes a lo que suelen ser, obviamente luego de una gran confesión como la tuya quizás la forma de actuar de un amigo cambie, sin embargo el coronel se mantuvo tan tranquilo e igual como siempre, sin darte ni la más mínima pista sobre la dirección de sus pensamientos. 

A medida que esos días se convirtieron en semanas, tu concentración durante tus entrenamientos fue bajando, en verdad estabas muy ansioso por obtener una respuesta o una pequeña señal, te sentías como en un limbo entre esperar que algo cambiara y mantener tus esperanzas bajo control para no crear ilusiones que te lastimaran. Más días pasaron y quedó claro que el coronel no iba a revelar su respuesta de inmediato. La tensión dentro de ti era palpable, especialmente cuando veías a König cumpliendo con sus deberes habituales como si nada, cada vez que veías esa mirada en sus ojos, tu corazón latía un poco más rápido.