Te dije que confiaras en mí... y lo hiciste

Supremo Arcángel Aziraphale

Todos estaban inmóviles, la presencia de Aziraphale era algo que definitivamente nadie esperaba, era poderosa, imponente y temible, pero a la vez era cálida y brillante, con ciertos destellos de familiaridad.

Metatrón y todos los presentes estuvieron en silencio unos segundos que parecieron horas, hasta que Uriel dio un paso al frente, firme, con superioridad, pero con profundo respeto hacia Aziraphale.

'Estamos a tu servicio, Supremo Arcángel Aziraphale'

Y con esto un milagroso coro de ángeles sonó al unísono, haciendo temblar la habitación.

¡A SU SERVICIO, SUPREMO ARCÁNGEL AZIRAPHALE!

Metatrón observó todo en un silencio inmutable, pero le dirigió una sonrisa irónica a Aziraphale.

'Vaya, ¿quién lo diría? Parece que el puesto te sentó de maravilla muchacho'

Aziraphale podía notar un dejo de burla e inconformidad en Metatrón, como si eso no fuera lo que esperaba de un Principado que subió de puesto milagrosamente.

'Este puesto necesitaba a alguien con tus... "cualidades". Es obvio que te sentirás mucho mejor aquí en tu hogar que en la Tierra con ese miserable demonio'

Metatrón sabía que palabras exactas acentuar para provocar a Aziraphale, pero no le iba a ser tan fácil, no esperó que el ángel le devolviera la sonrisa.

'Bueno eso espero, ya veo que los superiores no fueron tan "capaces" de manejar el cielo que tuvieron que recurrir a un... ¿Cómo me llamaron?, ¡Ah cierto!, un traidor y un ángel desterrado, parece que es momento de tomar las cosas serias ¿No es así?'

Dos podían jugar este juego y Aziraphale no estaba dispuesto a bajar la cabeza, no de nuevo, había sido un ángel pisoteado e infravalorado toda su existencia, pero ya no más, ahora era El Arcángel Supremo, y sabía de antemano que el cielo debería estar planeando algo cómo para drogarlo y traerlo de vuelta.

Metatrón estaba estupefacto, y el salón lleno de ángeles observaron con horror la escena pensando que la segunda venida no era ni de cerca tan terrorífica cómo ver al nuevo arcángel desafiar a la mismísima voz de Dios.

Metatrón después de unos momentos soltó una risa amarga, parecía relajado, como si las palabras de Aziraphale no le hubieran afectado en lo más mínimo, pero el nuevo arcángel no pudo evitar notar que la cabeza parlante se hacía poco a poco más grande.

'Bien Aziraphale tómalo como una oportunidad de redimirte y demostrar que eres más que un sucio traidor'

La presencia de Metatrón se desvaneció dejando sin responder a Aziraphale y en cuanto se dio cuenta tenía la mirada de miles de ángeles sobre él, con la boca y los ojos tan abiertos que Aziraphale pensó que podrían salir de sus órbitas.

'Bueno, ¿y ahora que piensas hacer? "supuesto Arcángel"' Miguel, pero claro que tenía que ser la primera en fastidiarlo.

Aziraphale comenzó a notar que todos los ángeles parecían tener un don para enfatizar las palabras correctas para hacerlo enfadar.

'Por favor díganos "Su excelencia" ¿Cuáles son sus grandes atributos?'

La sonrisa de Sandalfón era repugnantemente burlona y Aziraphale tuvo que contenerse para no escupir una obscenidad.

'No creo que tenga que explicar los motivos por los cuales me eligieron para estar aquí Sandalfón'

Dijo Aziraphale con una voz firme y profunda.

'¿Es que acaso no nos crees dignos de saber? Vaya Aziraphale, acabas de convertirte en Arcángel y ya te estás tomando atribuciones que sólo le pertenecen a nuestro señor' Miguel estaba empezando a tener el protagonismo de la lista negra de Aziraphale.