Capítulo 2

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Ya había pasado un mes, un mes en el que he intentado hacerme a la idea de que Zoro ya no estaba mas con nosotros, de que había... Muerto... Aun me costaba admitirlo pero no me quedaba otra.

Por fin tenía las fuerzas suficientes para salir de la habitación en la que me había pasado todo un mes. Apenas había hablado con alguien del barco, como mucho con Chopper y porque me venia a hacer un chequeo cada día. Ya no me alegraba cuando venían Robin-swan y Nami-san a visitarme, ya nada era igual.

Eran las 6 de la mañana y no podía dormir, ya no me sentía cómodo en esa habitación, me sentía observado y eso me ponía nervioso. Decidí levantarme, darme una ducha e ir a la cocina a preparar el desayuno. Seguro que a los demás les haría ilusión que les volviera a cocinar uno de mis platos.

Cuando tenia todo preparado salí de la cocina para fumarme un cigarro, no había fumado en todo el mes y me sorprendió sentir la cajetilla en el bolsillo ya que pensé que Chopper me la habría quitado para evitar que fumara. Encendí el cigarro y me quede mirando el mechero, era un mechero dorado y en uno de sus laterales tenía inscrita la palabra "ero-cook" al leerlo casi me derrumbo otra vez. Ese mechero me lo regalo el año pasado Zoro por mi cumpleaños, el único regalo que me había hecho y se le ocurre la brillante idea de poner ero-cook. Sonreí ante el recuerdo pero no me había dado cuenta que un par de lágrimas corrían por mi rostro, cuando fui consciente me las seque y me terminé de fumar el cigarro.

Ya me estaba hartando de sentirme debil , necesitaba sentirme seguro otra vez por lo que decidí subir a la torre de vigila para poder quitarme los miedos que me corrompían todos los días desde que vi esa horrible escena que aún no se iba de mi mente y la veía con total nitidez cada vez que cerraba los ojos.

Cuando estaba a punto de entrar un miedo irracional me poseyó, tenia miedo de que la escena se volviera a repetir pero esta vez con otro miembro de la banda. Sacudi la cabeza para quitarme la idea de la cabeza y me arme de valor para terminar de subir. Cuando logre ver la habitación mis músculos se relajaron, ahí no había nada fuera de lo común. Me puse de pie y derrepente sentí un golpe en la cabeza, solté un quejido y me gire.

-¡Eso duele! -mire a la persona que me había golpeado- Robin-swan.

-¿Sanji...-kun? Oh, dios de verdad eres tu Sanji-kun. -se acerco a mi y me abrazo, en otro tiempo me habría puesto muy contento por eso pero ahora simplemente le devolví el abrazo- Lo siento mucho no sabia que eras tu. ¿Qué haces aquí? No deberías haber subido aquí después de... Bueno ya sabes.

-No soportaba el hecho de sentirme tan débil por mas tiempo.

-Me alegro mucho de verte de nuevo Sanji-kun. Sabes, te ha crecido el pelo, no mucho pero lo suficiente como para no haberte reconocido.

-Me lo cortaré en cuanto pueda. Robin-swan ¿podrías llamar a todos para desayunar? Lo haría yo pero aun no tengo mucho animo.

-No hay problema -dijo con una sonrisa- Lo haré encantada.

Ya nos encontrábamos en la cocina cuando todos empezarón a llegar, en cuanto me vieron todos se pusieron muy contentos, algunos incluso soltaron alguna que otra lagrima. Yo me limite a sonreír levemente y a decir que me sentía algo mejor. Inconscientemente me quede mirando la puerta, esperando que entrara más gente pero no quedaba nadie por entrar y eso provocó que sintiera un pinchazo de dolor en el corazón.

Un peso en el hombro me hizo dejar de pensar, se sentía cálido por lo que supe que era una mano. Cuando me gire para ver quien era sentí como todo el color de mi piel se iba. En mi hombro no había ninguna mano, de echo nadie se encontraba detrás de mi.

-Oi Sanji ¿te encuentras bien? -escuche que preguntaba Luffy.

-Es verdad estas muy pálido Sanji ¿Qué te ocurre? -pregunto preocupado Chopper.

Me gire hacia ellos y con la voz mas firme y creíble que pude poner respondí que estaba bien, que solo me hacia falta tomar un poco de aire. En cuanto pude evadir las preguntas de Chopper salí de la cocina y un soplo de viento me dio en la cara revolviendo todo mi cabello y mis ideas.

¿Qué había sido eso? ¿Por qué pude sentir una mano sobre mi hombro si ahí no había nada? Tal vez me estaba volviendo loco o tal vez... No, no podía ser eso seria ridículo.

En ese momento volví a sentir el peso sobre mi hombro y un escalofrío me recorrió el cuerpo pero en cuanto vi a Nami-san me relaje.

-¿Sanji-kun estas bien? Nos has dejado a todos preocupados.

-Estoy bien Nami-san es solo que aun me cuesta volver a la rutina, mucho tiempo en una cama ya sabes.

-Si... -su expresión cambio por una de pena- lo se, pero no te apures ¿si? Tomate tu tiempo.

-Gracias Nami-san.

Me apretó levemente el hombro, me dedico una sonrisa cariñosa y se marcho. Estaba por hacer lo mismo cuando escuche algo que hizo que me detuviera.

"Tienes que ser fuerte, Sanji."

¿Zo...ro?

¿De verdad lo amabas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora