Desperté agitado y con dolor de cabeza. No sabia donde estaba, me costó reaccionar un rato hasta que me dí cuenta de que estaba sentado en una silla de la cocina.
-Así que fue todo un mal sueño ¿eh? *suspire y me levante lentamente*
Mire la hora, la una de la tarde, aún me daba tiempo para fumarme un cigarro y cocinar. Cuando salí una suave brisa marina hizo que me relajara levemente ya que aun tenia aquel sueño demasiado fresco en mi memoria. Cuando me encendí el cigarro me quede mirando el mechero, que gracias a los rayos del sol brillaba con cierta intensidad.
Derrepente un pequeño fragmento del sueño se intensifico. El alma de Zoro se metió en un pequeño recipiente dorado que, aunque en el sueño (quiero seguir pensando que solo era un sueño) no le preste mucha atención a ese detalle, brillaba igual que mi mechero con los débiles rayos de sol de aquel amanecer.
¿Que quería decir eso? Tal vez solo fuera una alucinación, una salida para no volverme loco, aunque esa idea lejos de tranquilizarme me puso más paranoico.
¿Seria posible que el alma de Zoro estuviera metida en el mechero y que por eso fui la única persona que escucho su voz cuando habló?
No, no podía ser, porque eso me llevaría a admitir que lo que vi no fue un sueño, si no la mas fría y oscura realidad. Significaría que yo, con mis propias manos mate a Zoro y eso es algo que no puedo admitir. Tiene que haber otra explicación, una verdad debajo de toda esta locura. Y pienso encontrarla.
Sentí que me quemaba los dedos, el cigarro se había consumido y yo no había fumado. Me dio igual, tire la colilla y me metí en la cocina para hacer la comida. Al menos el hecho de concentrarme en no cortarme los dedos me mantuvo lejos de los pensamientos que amenazaban con volverme loco.
Derrepente sentí una presencia detrás mio, intente ignorarla pero cada vez era mas difícil hacerlo. Con todo el valor que tenia me di la vuelta, pero cuando vi quien era solté un largo suspiro.
-Luffy... *Dije con una pequeña sonrisa de amenaza* ¿Qué diablos haces?
-S-Sanji, no hago nada *Contestó mirando hacia un lado, mentía fatal* Solo estaba observando la nevera.
-¿Observándola o intentando abrirla?
-Joo es que la única que sabe como abrirla en Nami y no me lo quiere decir.
-No te lo dice porque no quiere que nos muramos de hambre ya que tú eres un pozo sin fondo.
-Pero si pronto vamos a llegar a otra isla y podremos volver a llenar la despensa con mucha comida...
-Espera ¿otra isla? *¿Desde cuando llevábamos marchando a otra isla?*
-Sí, Nami dejo que el log pose ya se había cargado y que ya era hora de moverse porque nos estábamos empezando a quedar sin provisiones.
-Pues mira, otra razón para no dejar que abras la nevera.
-Eres muy cruel Sanji.
-Sí, sí, soy de lo peor. Ahora ve a jugar o a lo que quieras hacer, pero fuera de la cocina.
Cuando por fin se fue y volví a estar solo me puse otra vez con la labor de cocinar. Se suponía que cocinar me relajaba pero ahora solo tenia la constante sensación de que algo malo iba a ocurrir. De que no aproximábamos a algo maligno. Pero claro, después de los sueños que había tenido no me podía fiar de lo que mi mente pensara.
Con esa idea en mi cabeza me obligue a relajarme un poco, pero eso no duro mucho...
"Ven joven acércate a mi isla, tal vez tenga la solución a tus problemas".
ESTÁS LEYENDO
¿De verdad lo amabas?
De TodoSanji empieza a experimentar sueños cada vez mas extraños después de la prematura muerte de Zoro, la persona del que él secretamente ha estado enamorado. ¿Qué tendrán que ver sus sueños con la trágica muerte de Zoro? ¿Podrá nuestro querido cocinero...