"¿Qué clase de persona supone que soy? No es más dinero lo que necesito, yo en verdad deseo irme y dejar este empleo, espero pueda respetar mi decisión"
Aquella maldita frase no dejaba de repetirse en su cabeza y sin poder negar que entre ellos había un aura sombría y una constante incomodidad, lo veía repartiendo las carpetas a los demás asistentes de la junta.
Los que siempre venían a la editorial saludaban y sonreían a Yoon Gu, seguramente reconociendo su eficiencia.
¿Qué haría sin él? ¿De verdad existiría alguien igual que él? ¿Alguien sería capaz de llenar el vacío que dejaría en la editorial y mejor dicho a su lado? ¿Existiría otro secretario con esa capacidad de soportarlo, pero además de cumplir con sus obligaciones en tiempo y forma?
—¿Les importaría si reprogramamos esta junta para otro día? — varios de los que ya se habían instalado en sus asientos y hasta bebían café, le miraron sin comprender nada.
Él no era de los que dejaba las cosas para después, pero justo en ese momento estaba de mal humor y necesitaba salir a tomar un poco de aire.
Sin esperar una respuesta, abandonó la sala de juntas y se encerró en su oficina para salir al pequeño balcón en el que solía relajarse.
Un Yoon Gu imaginario apareció para entregarle un vaso con agua fresca y permaneció a su lado preguntándole si necesitaba otra cosa. En su evento mental, Yoon Gu sonreía y se quedaba mirando el paisaje junto a él, ambos terminaban charlando sobre las estaciones y el cómo ese gran árbol que tenían a la vista, perdía follaje en el otoño y en primavera volvía a llenarse de hojas y flores que le hacían resaltar entre todos los demás.
Cuatro años teniendo la misma charla y la verdad era que no le desagradaba hablar de algo tan estúpido como la naturaleza pasando el tiempo con él, porque su secretario entendía que los momentos de huida a ese balcón se daban cuando se sentía estresado, o algo se le salía de las manos.
Nunca pensó que precisamente sería él, quien le regresaba la tranquilidad, el que ahora se la arrebataría de forma injusta.
—Disculpe señor ¿Se siente mal? — y todavía se lo preguntaba. Este era el Yoon Gu real y no el imaginario.
Luchó por mantener la compostura y se cruzó de brazos para mirar a la nada afinando la garganta a ver si le salía el tono de jefe controlador e inflexible.
—Esta noche tenemos una reunión en la editorial Kyuomunsa. Jaekyung ha venido a dejarme una invitación para la recepción.
—Ya veo— miró un poco hacia su derecha sin hacer demasiado evidente su acto y notó que Yoon Gu se frotaba el mentón y revisaba los horarios en la agenda del celular—. Esto fue lo que le hizo sentir estresado ¿Es necesario que yo vaya?
—Por supuesto— descubrió su innecesaria elevación de voz, dio un paso hacia el costado y respiró como buscando en esa exhalación algo de calma—. Algún editor o corrector de estilo podría aparecer por ahí, quizá debas agendarme citas con escritores novatos que busquen acercarse a mí. Yo qué sé. Todo es posible.
—Tiene razón.
—Además todavía eres mi secretario ¿Por qué no asistirías?
—He comenzado a organizar las entrevistas para los aspirantes al puesto. Todos son chicos betas y algunos hasta tienen estudios universitarios— Yoon Gu revisó una vez más en su teléfono—. Tendría tiempo para un par de entrevistas pasado mañana, podrían ser a primera hora ¿Le parece bien? Ya aparté la sala de juntas y llamé a los interesados.
Ah. Este chico, ni en cosas como su partida dejaba de ser eficiente.
Heesung movió la cabeza como intentando relajar el cuello y trató de encontrar las flores que estuvieran soltando ese llamativo olor.
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Antes de que intentes escapar (Jinx) - Heesung x Yoon Gu
Fiksi PenggemarEn un universo omegaverse donde el género de las personas es determinado por las pruebas médicas pertinentes a los 17 años de edad, es a partir de dicho procedimiento que alfas, betas y omegas comienzan a crear sus proyectos de vida acorde a la posi...