Wang Yi x Qin Xian (mini shots)

..Sé mi esclavo..

Era una día como cualquier otro, los sirvientes trabajaban, los cocineros preparan la cena, conquistando reinos, etc... Qin Xian, el emperador (o yo que sé lo que era) del reino Rojo, caracterizado por lo que cada fin de semana había una cantidad de vidas perdidas. Rojo, equivale a la sangre que éstos dejan al morir, pues son asesinados bruscamente.
Los habitantes del lugar ya estaban cansados de esto, así que cuando hubo una invitación de deseos con el emperador (porque como todo gobierno, se debe enfocar en las preferencias de sus habitantes).

-Su majestad...querremos que las muertes acaben...- dijo el primero que entró.

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-Su majestad, creo que todos los habitantes vienen aquí para pedir que ya no hayan más muertes en este reino...- dijo otro.

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-Su majestad, con todo respeto, le pido por mí, y por los demás que todas estas muertes sin culpables acaben, por favor...

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Y así seguían. Qin Xian rodaba los ojos del aburrimiento, pues la verdad, aunque nadie lo supiera, él era el causante de tantas muertes. Pues le divertía, más, desde niño está acostumbrado a matar a personas. Nadie sabe, excepto una persona, o mejor dicho, solo un conjunto de información sabe sobre su secreto...Su propio sistema de villanos.
No era algo que deba ocultar con él, pues antes de ser su anfitrión, este ya estaba matando a muchas víctimas, hasta que se encontró cara a cara con su actual sistema...

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-Tú...Quien eres...?- preguntó mientras sostenía el brazo de una perosna, mirando atónito a la belleza de la persona que tenía enfrente.

-Tu genes de villanos...es muy alto...sobrepasa el 100%...-ignoró la pregunta del menor- Quieres que firmemos un contrato...?

-...-

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Qin Xian, actualmente recuerda como ese ser perfectamente hermoso apareció enfrente de él. A decir verdad, da gracias haber estado matando a personas ese día, de lo contrario, siquiera lo hubiera conocido. Recordaba cada pequeño detalle, tono de voz y fuerza en las palabras que pronunciaba su sistema, no había algo que él no recordara que él dijo.

La verdad, Qin Xian no hace caso a nadie, se guía independientemente solo, pero vaya que sí sigue las órdenes de su sistema según el ritmo en el que dá la orden. Pues sí, él está muy enamorado de su sistema. Pero poco lo ve.
Por eso, para no aburrirse, seguía matando a los esclavos de aquel enorme palacio que yacía con un calabozo.
Disfrutaba ver como sus víctimas sufren bajo la agonía que él les provocaba. Tantas personas inocentes mueren, otras son jugadas de la manera que quiere Qin Xian, aunque sí hay algo que NUNCA ha echo, y es abusar de una mujer o dejar que sus guardias los hagan. Pues él tiene un trauma sobre eso. Y es que su madre, era abusada sexualmente por su padre, quien él mismo mató para salvar a su madre, pero ya había sido tarde, después de tantos abusos y de reaccionar tarde, la pobre no aguantó más y sucumbió.

Desde ese momento, Qin Xian nunca maltrató o mató a una persona así.

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Hoy, para él, era el mejor día, pues después de tanto, vería a su sistema. Se preparó, vistió formal, se sentó en su escritorio, y mientras esperaba, rellenada un documento importante. Tanto se había esmerado, que olvidó por completo que vendría alguien.

Salió de su labor al sentir una mano acariciando un mechón de su pelo. Y es que a decir verdad, se estaba por dar vuelta y asesinar a la perosna quien lo tocó. Pero al sentir el aroma tan cálido y reconfortante de las manos que acariciaban su cabello, se relajó. Volteó para ver la figura de su sistema...