Simulacro de Embarazo (Dramione)

las estrellas, las nubes y el paraiso

- ¿es el que me gusta? - ella lo mirá y se acerca a él.

- es uno que no has visto - susurra en su oido y el se sonrie.

- no puedo dejar que te quites ese lindo conjunto sola Hermione - deja un pequeño beso en sus labios. - sería un mal novio - ella se sonrie.

Ella dejo un suave beso en su mejilla, mientras que su mano con delicadeza acarició el brazo del rubio hasta llegar a la de él y entrelazar sus dedos.
Draco fue guiado hasta dentro de la habitación de la castaña, casi himnotizado por ella. Había estado millones de veces en la noche en esa habitación, pero esta vez se sentía diferente.

Ella le ayudo a quitar su chaqueta al rubio y la dejo sobre una silla del escritorio bajo la fija mirada de él. Se puso por delante de Draco, ambos se miraron a los ojos; el tomo su cara, la acarició suavemente y se inclino para besar sus labios con delicadeza. Hermione se separó de él, temblorosa por aquel dulce beso que hizo vibrar su cuerpo por completo.
Ella le dio la espalda y corrió su cabello para que el bajara la cremallera. La mano fria y grande de Draco toco su espalda, y con nerviosismo, deseo y ansias bajo el cierre, logrando ver la espalda desnuda de su amada. El se apego a la espalda de su novia, dejo un beso en su espalda, logrando erizar la piel de ella y subió con sus labios, acariciando su suave piel con ellos. El beso su cuello, mientras sus manos se posan en su cintura y la apegan a su cuerpo.

Los labios de Draco bajaron besando y mordiendo suavemente los hombros de la castaña, quien soltaba suaves suspiros ante las caricias de el chico. Y su piel esta vez se erizo de frío, al notar como el vestido caia por sus brazos hasta cubrir solamente sus pies.
Draco admiro el conjunto de encaje negro, semi transparente que traia su novia, con su mirada el recorrió el cuerpo de su novia, mientras una sonrisa se posaba en sus labios y la volteaba para verla esta vez por el frente.

- te dije que eras un apetitoso colibrí Granger -dice con su voz aun mas ronca de lo normal y besa sus labios - creo que hoy, esta serpiente va a cenar muy bien - susurra en su oído.

El se inclinó para besar sus labios, esta vez con deseo. Mientras poco a poco la hace retroceder, logrando que ella caiga en la cama, el se subio sobre ella y mordió su labio al verla tan sensual e inocente. La imagen mental que estaban teniendo ambos del otro era magnífica y sabian que es algo que recordarían para siempre.

- vamos a poner dos reglas - susurra en su oido y besa su cuello - ¿entendido? - dice bajando sus labios, dejando suaves besos por su abdomen y quitando su brasier - Primera regla, tu pequeño colibrí vas a ser mía, ahora, mañana y siempre - besa entre sus muslos, logrando pequeños gemidos en la castaña - olvidate de pensar en tener otro novio ¿entendido?

- a... Aja - muerde su labio - ¿y la segunda? - suspira al sentir las pequeñas lamidas del chico cerca de su entre pierna. - ¿Cual es?

El paso su lengua por sobre las bragas de la castaña, logrando robarle un gran gemido, mientras las manos de ella se posaron justo en su cabeza. Una gran corriente eléctrica recorrió el cuerpo de ella, al sentir como el rubio saco la parte de abajo de su ropa interior y volvía a pasar su lengua en su calida y humeda intimidad, logrando que la habitación se llene de los gemidos de ella, que pasarón a ser gritos cuando tuvo su primer orgasmo.

- te dije que eras sabrosa Granger - dice el rubio desabrochando sus pantalones y dejandolos caer junto a sus boxers. - y también te dije que las colibries no debian alejarse de su parvada - se sube a gatas sobre ella y besa sus labios, acomodandose entre sus piernas- por que ahora vas a ser comida de una serpiente. - susurra.

- Eso es lo que queria - besa sus labios - ser la cena de esta serpiente - susurra y el se sonrie.

- eres valiente mi amor - susurra Draco y la besa.

Después de darse un dulce y prolongado beso que a ella le quitó el aliento, de lo apasionado que podía llegar a besar el rubio. Entre besos, caricias y jadeos, Draco la penetro lentamente sintiendo cada centimetro de la cavidad de ella.

El sudor de sus cuerpos se mezclan perfectamente, mientras que sus gemidos se pierden en los labios del otro. Con duras y lentas embestidas, Draco la hizo su mujer. Disfrutaron ambos del cuerpo del otro, y del placer desenfrenado que se están proporcionando con amor y deseo, de las caricias que ambos se dan mutuamente mientras su cuerpo se expresa con fervor.
El miro a la castaña, a su castaña gemir y disfrutar de su encuentro. Ambos deseaban eso, pero Draco. El lo deseaba tal vez más que ella y hace más tiempo. Y en ese minuto cuando la vio morder sus labios, apretarlos y arrastrar sus dientes a la misma vez que las uñas de ella se enterraban en su espalda y se arrastraban por ella, al mismo minuto que el llegaba a su orgasmo y se dejaba caer a su lado agotado, arrastrando a su novia con él y acurrucandola entre su cuerpo, mientras los arropa a ambos. Draco comprendió que ninguno de sus encuentros anteriores era igual a este. Este fue magico, especial y diferente. Por primera vez el se preocupo de hacer feliz a una chica, disfruto de un orgasmo que no era el de él, dejo de ser un egoista para complacerla, hacer que ella disfrutará de esto tanto como él lo disfrutó.

Draco lo supo y era conciente que debía ser el mejor amante del mundo para siempre, pues su mujer merecia las estrellas, las nubes y el paraiso. El la miró a ella, descansar en su pecho tranquila, solo disfrutando de las caricias que sus dedos proporcionan en su cabello inconcientemente. Su cabello era un desastre, en su cuerpo aún brillaban unas cuantas gotas de sudor y sonrio de la hermosa imagen mental que le proporciona la castaña luego de hacer el amor.

- no me dijiste - dice ella y se voltea a verlo - ¿cual era la segunda regla? - el se sonrie y acaricia su mejilla con suavidad.

- que puedes jugar y destruir mi corazón Hermione - ella lo mirá - Pero no puedes irte de mi lado jamás. - ella se sonrie

- no quiero destruir tu corazón - ella besa su mejilla - no puedo destruir algo que amo tanto, aunque quiero que solo me pertenezcas a mi Draco Malfoy.

- no necesitabas pedirmelo - toma su mejilla y deja un suave beso en sus labios. - soy tuyo desde que te di nuestro primer beso, eres mi vida Granger y eso debes saberlo.

Ella se volvió a acurrucar en su pecho, el beso su cabeza y sonrio al sentir su dulce aroma a vainilla que tanto le gusta. La pequeña mano de Hermione acaricio su abdomen, llegaba al borde de su pelvis y subía con delicadeza, solo disfrutando de sentir los cuadros que tiene en su barriga.

- Draco - se voltea y la mira - ¿Entonces nos iremos mañana a la casa de tus padres o solo el domingo?

- vamos el domingo por el dia - el toma su mano y la besa- solo quiero llevarte a ver mis colibríes - ella se sonrie y lo mira. - aparte mañana en la tarde hay partido de quidditch contra Gryffindor, vamos a repetir el de ayer.

- bien, entonces mañana ¿vas a ir a tu juego? - el la voltea quedando entre sus piernas y besa sus labios.

- y tu tambien iras Hermione - le sonrie - quiero que vayas a verme jugar, a Potter y a la comadreja ibas a verlos. - dice serio.

- esta bien - le sonrie y lo besa - si quieres que vaya, voy a ir y te voy a alentar. - el la besa y se sonríe.

- te amo - dice Draco sonriente.

- y yo a ti mi vida. - besa su cara

El beso sus labios a la vez que sus manos acariciaban con delicadeza las piernas de ella. Sus labios fueron bajando por su abdomen, robando suaves gemidos a la chica quien esta lista para volver a disfrutar de las caricias y placeres que Draco esta dispuesto a darle.