Danmachi: El ascenso de la muralla

Capítulo 78: La gran pelea (Parte 12)

Una vez que terminó la sesión informativa, regresamos a Owl House e informamos a Athena de la situación.

Mientras hacíamos esto, Rogue llevó a su madre a la casa de la Familia Ganesha, ya que es una de las cinco áreas seguras establecidas por los aventureros en preparación para la próxima batalla final.

Atenea escuchó y entendió mi explicación.

Una vez que lo hizo, simplemente nos deseó suerte y comenzamos a hacer los preparativos finales.

Incluyendo a Millhiore, quien finalmente se despertó y quiso pelear a nuestro lado.

Nadie protestó, especialmente después de ver la mirada decidida en los ojos de Millhiore.

Sentada en mi habitación, trabajé para calmarme mientras comenzaba la cuenta atrás para el enfrentamiento final de la Gran Enemistad.

Mientras lo hacía, de repente fui interrumpido por un golpe en la puerta de mi habitación.

"Adelante." Dije, girándome hacia allí.

Justo después de que lo hice, Ryuu entró, llevando un arma familiar en la mano.

Luminia de Alf.

Al mirarlo, le sonreí. "Entonces, parece que has llegado a un acuerdo con algunas cosas." Yo dije.

"Sí." Dijo Ryuu. Viniendo a sentarse a mi lado en la cama. "Y todo gracias también a ti, Morax". Ella dijo. "Gracias."

Ryuu luego me abrazó y yo hice lo mismo.

"Cualquier cosa por una de mis chicas." Yo dije.

Mientras lo hacía, Ryuu me miró a los ojos. "Primero, ¿pensé que era tu única chica en este momento?"

"Bueno, técnicamente." Yo dije.

"Morax, ¿qué significa eso?" Preguntó Ryuu. Entrecerrando los ojos hacia mí.

"Bueno con todo lo que ha estado pasando no tuve tiempo de decírtelo pero el otro día Rose y yo tuvimos una conversación y bueno, ella me besó". Yo dije. "También vamos a intentar salir cuando todo este lío termine". Expliqué.

"Veo." Dijo Ryuu, poniendo una expresión en blanco en su rostro.

Luego caminó hacia la puerta y la cerró, antes de comenzar a quitarse la ropa.

"Soy Ryuu, ¿qué estás haciendo?" cuestioné.

Aunque tengo una idea bastante buena.

Sin decir nada, Ryuu se acercó a mí y luego se arrodilló frente a mí.

Luego rápidamente me desabrochó los pantalones y me quitó la polla, antes de hacer algo que me dejó boquiabierto.

Una cubana.

Ya que a pesar de que Ryuu y yo tenemos relaciones sexuales todo el tiempo, ella solo me ha permitido meterlo dentro de su coño y culo. Ella nunca me ofreció una cubana o una mamada.

Sin embargo, aquí está ella dándome uno sin dudarlo.

"Ryuu, ¿tal vez estás celoso?" Yo pregunté.

Sólo para que ella apretara su boca sobre la cabeza de mi única polla completamente erecta.

Enviando un escalofrío de placer por todo mi cuerpo.

Decidiendo callarme, disfruté del placer que me daba mi pequeña elfa traviesa y luego le di placer a cambio.

Los dos miramos la pista del tiempo, hasta que un golpe en la puerta de mi habitación nos sacó de nuestro estupor carnal.