Pretty Little Criminal (Hyunlix)

Bendito Sea Versace

Su primer día como hacker a disposición de la policía de Seúl empezó desde muy temprano.

A las seis de la mañana para ser más exactos.

Una total infamia considerando que desde que había terminado sus estudios universitarios no solía levantarse antes de las diez.

Apenas tuvo tiempo de tomar una ducha, vestirse y peinarse antes de tener a dos oficiales golpeando su puerta para así escoltarlo a la estación.

Todo el camino se la pasó maldiciendo al maldito agente que había delatado sus peripecias en la red del Ministerio de Defensa, observando el pesado tráfico matutino, muerto de hambre y rogando por café. Quería cortarse el cuello con cualquier objeto punto cortante que estuviera a su alcance al pensar que esa sería su rutina todos los días durante los próximos cinco años.

Apenas puso un pie dentro de la estación, se encontró con la adorable sonrisa de quien sería su superior y que de seguro disfrutaría de ver hasta donde sus travesuras lo habían llevado.

Félix maldijo para sus adentros.

—Buenos días a todos. — un coro similar fue la respuesta que el jefe de la policía de Seúl, Christopher Bang, Chan para los amigos, recibió cuando puso pie a primera hora de la mañana en la sala de juntas de la estación que dirigía acompañado de Félix algunos pasos más atrás.

Félix observó que ninguno de los presentes tardó más de tres segundos en acomodarse en sus lugares para entonces prestar toda su atención al jefe, quien junto a su mano derecha, parecían tener algún anuncio que hacer. Su primo le observaba con una disimulada sonrisa en sus labios y Félix sabía que no era una que buscara transmitir ánimo.

Lee Minho era poseedor de un macabro sentido del humor.

No lo culparía, aquello era herencia familiar.

—Como saben, llevamos meses solicitando elementos capaces para la Unidad de Crímenes Informáticos... — el jefe de la policía hizo un largo discurso al que Félix no estaba prestando atención, mucho más concentrado en la pegajosa melodía que se filtraba de los auriculares que había logrado ocultar de la requisa de la que fue víctima al llegar a la oficina de BangChan menos de una hora atrás. — Por favor, denle la bienvenida a Lee Félix, quien a partir de hoy estará trabajando para nosotros en esa área.

Todas las miradas se dirigieron al chico que, sumido en su brillante y colorida imaginación, hacía lo que parecía ser una coreografía extremadamente femenina mientras susurraba un "I'm a Barbie Girl, in a Barbie world..." luciendo extremadamente adorable para la mayoría de los presentes.

Las carcajadas disimuladas no se hicieron esperar y Minho tuvo la necesidad de arrastrar a su primo de las orejas y hacerle tomar asiento a su lado.

Siempre le dijo a su tía Hyunah que no era buena idea que un niño pasara tantas horas escuchando la misma canción y probándose pelucas rubias frente al espejo mientras fingía ser una barbie real.