Capitulo 7

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En la época feudal

Todo el equipo estaba muy triste por la despedida de sus amigos, él más afectado era Inuyasha aunque no lo demostrara abiertamente, no entendía como todo su equipo se habia dividido de esa manera y como la dulce y tierna Aome habia estallado mostrando a una persona que no conocia, pero también le inquietaba algo y era que el aura calmada de Aome se haya transformado por una fraccion de segundos incluso sus ojos cambiaron de color parecia casi....casi los ojos de un demonio pero eso era imposible ella era enteramente humana, dejando esos pensamientos de lado decidio que era mejor acampar en una cueva que estaba cerca de ellos ya que se avecinaba una tormenta, cuando entraron a la cueva se pusieron a buscar un poco de leña para hacer una fogata pero solo encontraron unas pequeñas ramas, pronto la tormenta se hizo presente, el viento calaba sus huesos y la lluvia aumentaba más y más cada momento, Miroku y Sango trataban de conservar el poco calor que tenian y Inuyasha por su condición de hanyou no le afectó tanto el frío que hacia pero aun asi se abrigaba para evitar la horrible sensación mientras que Kikyo no se vio afectada por el cambio de clima y no le importó mucho el sufrimiento que expresaban los otros, ella seguía mostrando esa gélida mirada que parecia más fría que el mismo hielo.
Cuando la tormenta por fin habia terminado decidieron salir de la cueva para continuar su camino cual fue su sorpresa al notar que ya era de noche, sus ropas se encontraban totalmente empapadas por las gotas que se filtraron en la cueva y el viento que hacia que la lluvia cayera sobre ellos, lo peor es que sus estómagos empezaban a reclamar comida.

-Sango: ¿Q-que vamos a hacer ahora? *temblando como una hoja* No p-podemos quedarnos aquí no hay leña para c-calentarnos todo esta mojado por la lluvia.
-Miroku: Sera mejor que busquemos una aldea o alguna casa abandonada para refugiarnos esta noche y también poder encontrar algo que comer *tratando de no temblar abrazo a Sango para darle su calor*
-Inuyasha: S-si sera lo mejor vamos Kikyo *arrodillandose para que subiera en su espalda*
-Kikyo: Esta bien *sin decir otra palabra se subio a la espalda del hanyou*
Todos empezaron a buscar algun pueblo o casa para pasar la noche, después de una o dos horas de búsqueda encontraron una pequeña aldea que los recibió con agrado al ver a la sacerdotisa Kikyo, habian oido tantas historias de ella que pensaron que podria traerles bendiciones al tenerla en su pueblo. Inuyasha y los demás se quedaron en la casa de un samurai ya que era la más grande del pueblo, este vivía con su hija y sus nietos, uno de los niños se acercó al grupo emocionado de conocer al grupo de guerreros, pero no fue como lo espero el monje era un pervertido que miraba raro a su madre, el otro guerrero daba demasiado miedo y la miko parecia un cadáver, la exterminadora era algo amable pero sintio algo de incomodidad al estar cerca de ella, en definitiva esta muy desilusionado y con mucho miedo. Después de una pequeña cena se fueron a las habitaciones que el samurai les habia designado, una para los chicos y otra para las chicas, en la habitación donde estaban Sango y Kikyo se escuchaba un incómodo silencio, Sango trato de entablar una conversación sobre como le estaba yendo con Inuyasha pero Kikyo respondio de la manera más cortante saliendo de la habitación haciendo sentir a la exterminadora una punzada en el pecho, mientras en la habitación de Inuyasha y Miroku hablaban de lo que habia ocurrido ese día.

-Inuyasha: ¿Tu crees que esten bien? *bajando la mirada* pudieron haberse quedado atrapados en la tormenta.
-Miroku: No pienses así Inuyasha, estoy seguro que ella junto con Shippo y Kirara estan bien seguro encontraron un refugio ten fe amigo.
Inuyasha no hizo mas que asintir y desearle buenas noches, pasaron algunas horas donde el hanyou no podia conciliar el sueño, su cabeza daba miles de vueltas, tenía miedo de que algo malo les hubiera pasado y todo por su estúpido comportamiento, en especial de Aome ella era muy infantil, tenía que haber entendido que era necesario la integración de Kikyo al grupo por su falta de habilidades además le habia hecho un favor ya no tendria que preocuparse al enfrentar a algún demonio ya que Kikyo se encargaria de ello, pero pronto sus pensamientos cambiaron al pensar en como se habia comportado Kikyo en la cueva, no les habia ayudado ni les habia preguntado como estaban, Aome por otro lado los hubiera ayudado ella siempre buscaria de protegerlos ante esa idea sonrio era tan raro ver a alguien que diera todo lo que tenia a su alcance y más para ayudar a alguien en apuros, pero asi era Aome una joya sumamente rara, enigmática y muy bella. De pronto se escucho un grito que venia del patio de la casa, todos fueron corriendo a ver lo que habia pasado mirando asombrados como el pequeño niño estaba asustado al ver como Kikyo estaba rodeado por sus serpientes cazadoras de almas y en una de sus manos una pequeña luz que emitia un pequeño grito que el viejo samurai y su hija reconocieron de inmediato.

Un Nuevo Comienzo (Bankotsu X Aome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora