3

574 56 14
                                    

Pasaron unos días más, en los que Dazai se comportaba obediente y justamente como Mori quería. Prácticamente, se había vuelto una copia de Akiko, y él seguía sin saber quien era.

Pero no le tomó mucha importancia, aún no había llegado el momento de saberlo, así que se limitaba a hacer caso a su tutor adoptivo.

Para lo que sí que había llegado el momento era para pedirle eso a Mori.

Estaba nervioso por lo que pudiera decirle, pero lo iba a hacer. Cruzó los dedos para que todo saliera bien y salió de su cuarto para irlo a buscar.

Este se hallaba en el salón, leyendo tranquilamente el periódico con una taza de café apoyada en la mesita de su costado. Dazai tosió bajo para llamar su atención.

—¡Akiko! ¿Qué es lo que quiere mi niña bonita? — Habló con una voz infantil, haciendo que el estómago del niño se revolviera y haciéndolo temblar leve, pero mantuvo su compostura.

Forzó una leve sonrisa para después contestarle:

—Quería pedirte una cosa — jugó un poco con sus dedos actuando como "una niña pequeña tímida e infantil". —, si puede ser, claro.

—¡Todo lo que mi hermosa niñita quiera!

El castaño tragó saliva antes de seguir hablando.

—Me gustaría ir al colegio.

***

No pasó más de una semana y Dazai ya tenía su mochila colgada en la espalda. Aunque hubiese preferido una de otro estilo, las mariposas y el morado tampoco estaban tan mal.

Al menos podría ir al colegio.

Afortunadamente, esa tarde que se lo pidió Mori aceptó a dejarle ir sin ningún problema. Incluso fue más fácil de lo que él creía.

Sus piernas temblaban un poco mientras se mantenía en pie frente a la entrada del lugar. Se notaba desde lejos que estaba muy, muy nervioso.

Nunca antes había asistido a clases, ni había tenido contacto con tantos niños de su edad. Todo eso era nuevo para él.

Aún así, estaba muy emocionado por esa nueva experiencia.

Y, también, porque podría aprovechar para buscar ayuda de Mori.

A su lado, se encontraba este mismo, tomando su mano con una sonrisa. Dazai forzó una sonrisa y caminó hacia delante tratando de disimular.

No podía inculparlo de todo lo que le estaba haciendo desde un primer momento.

Así que simplemente caminó, juntándose junto a la manada de niños.

—¡Adiós, querida mía! — Exclamó Mori antes de soltarle la mano.

Este hizo un esfuerzo para contestarle bien.

—¡Adiós, papá!

La palabra "papá" le sonó amarga, pero simplemente suspiró y entro al colegio.

No tenía ni idea de dónde se encontraba su clase, ni su tutor, ni nada. Era la primera vez que estaba ahí.

Pero eso no le importó demasiado y empezó a explorar el lugar con emoción.

Era eso o sentarse en una esquina a llorar por los nervios, pero la idea de investigar el lugar era mucho más tentadora que eso.

Recorrió la mayoría de pasillos, se paseó por el patio y por los baños, tratando de pasar desapercibido; hasta entró en algunas aulas vacías.

Daddy's boy? - [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora