Prólogo

949 75 10
                                    

Había pasado ya su tiempo desde la muerte de la hija de Mori, Akiko. Este calculaba que había pasado un mes. Sumido por la tristeza debido a su reciente pérdida, una tarde, se decidió a dar una vuelta por las calles de su ciudad para ver si hallaba algo que le levantase el ánimo.

Hacía semanas que a penas salía, así que su aspecto era algo descuidado. Decidió que lo primero sería pasar a comprar algo de comer y después dar un par de vueltas. 

Incluso, a raíz de su tristeza, se tomó unos cuantos días de descanso de su trabajo. Mori era un doctor en un hospital cercano a su hogar, en la ciudad de al lado. Aunque estuviese no demasiado lejos, sus pocos ánimos le impedían ir.

Así que se calzó y comenzó a vagar por las calles. Algunas familias lo miraron con pena; otras lo miraron mal y cambiaron de acera al cruzarse con él, pues aparentaba ser un vagabundo. Él se limitó a arrastrar sus pies de forma pesada.

Salió a comprar, y en todo momento tenía en la cabeza a su difunta hija. Era padre soltero, pues su la niña fue adoptada. Yosano terminó falleciendo por una enfermedad desconocida que llevaba cargando desde hacía años.

Ese mismo motivo animó a Mori a hacerse doctor, para tratar de buscar una cura y ayudar a más pacientes, pero fue inútil. No la pudieron salvar, y terminó muriendo.

Terminó de tomar todo lo que necesitaba y se dedicó a empezar a caminar por las calles. Tampoco quería entretenerse demasiado, las bolsas pesaban y parecía que iba a empezar a llover en cualquier momento.

Debía darse prisa.

Así que tomó un atajo para llegar cuanto antes posible a casa, pasando por otros caminos por los cuales no solía ir muy a menudo.

Después de caminar durante un par de minutos, se topó con un callejón en su derecha. Pero no fue el callejón lo que le hizo detenerse.

Había un crío.

No aparentaba ser mayor de 10, estaba esquelético, hecho bola, pegado en una de las paredes del callejón oscuro. Desprendía un olor algo fuerte, su ropa estaba sucia y algo rota, tan solo llevaba un zapato y no se podía decir si su cabello despeinado era oscuro por la suciedad o era su tono. Vestía vendas, las cuales tenían manchas de sangre y de barro y sus ojos eran grandes y oscuros.

El niño levantó su mirada levemente al ver la presencia de un hombre en frente de él. Se asustó un poco y retrocedió rápidamente, volviendo a hacerse bola, abrazando sus rodillas y llorando con más fuerza.

—Oh, qué niña tan bonita. ¿Estás sola, pequeña?

—N-no soy una... — El azabache no lo dejó terminar, mientras lo tomaba por los hombros y lo cargaba.

—Shh... ¿tienes papás? — El niño bajó su mirada. — Te llevaré a mi casa. Ahí me cuentas.

Después de eso, Mori cargó a ese niño durante unos quince minutos, hasta que llegó a su hogar y lo dejó ahí. Seguía sintiéndose vacío por la muerte de su hija, pero tal vez ese niño hubiese llegado a él para tomar su lugar.



HOLAA

Esto tan solo es una "introducción", así que los demás capítulos serán bastantes más largos. 

La idea la saqué de un vídeo de TikTok, si alguien quiere ir a visitar la cuenta es: "makosan896". 

¡Gracias por leer! 



-Kai

Daddy's boy? - [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora