Luego de eso fuimos a hablar con Carlos, un amigo de la universidad. También vivía en una casa grande, se notaba que vivía bien. Tocamos la puerta varias veces y esperamos unos 10 minutos aproximadamente a que alguien nos atendiera.
Era Carlos, nos abrió la puerta y amablemente nos invitó a pasar a su casa. Nos presentó a su esposa Carolina y a sus dos hijos, una hermosa familia.
-¿Qué los trae por acá después de tanto tiempo? -Preguntó-, de verdad que me causa curiosidad su visita.
-Verás, Carlos, estoy pasando por un momento complicando en mi vida, sería difícil que lo entiendas -Le dije mientras Carlos me miraba un poco desorientado-, y solo quería saber cómo les iba a mis viejos amigos y entender los motivos por los que nos alejamos y dejamos perder la amistad.
-Entiendo -Dijo, mientras me miraba aún confundido-, Pues, en mi caso nos alejamos porque me pediste que no te hablara más, dijiste que no era bueno para tu imagen que te vieran conmigo, el nerd cuatro ojos de la clase. Pero aún así sigo considerándote mi amigo.
-¡Oh, de verdad lo siento! -Exclamé con sorpresa- No recordaba haberte dicho eso, ha pasado mucho tiempo. Discúlpame si te hice sentir mal en ese momento, no sabía lo que hacía ni lo que decía.
-No te preocupes -Dijo con mirada amable-, ya te dije que siempre te consideré mi amigo a pesar de ese evento. Nunca te guardé rencor y entendí tus razones, aunque sabía que eran puras banalidades.
-Te lo agradezco mucho, de verdad que me voy mucho más tranquilo. Nos marchamos porque tenemos que seguir visitando viejos amigos. Cuídate, Carlos, y cuida también a tu familia. Espero verte pronto.
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Mi otro yo
General FictionPaúl es un joven engreído y egocéntrico que haría cualquier cosa para mantener su popularidad en la universidad, incluso descuidar y negar a sus amigos. Pero todo esto cambiará cuando un extraño anciano toque a su puerta. Nota del autor: Esta histor...