VII

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Eiden

Estaba sentado en el sofá del salón cuando empezó a sonar el móvil de alguien, por un momento pensé que era el mío pero poco después descubrí que era el de Ada.
En la pantalla ponía el nombre de "Deni" y un corazón blanco. Cogí el teléfono ya que Ada estaba abajo y también porque tenía curiosidad de saber quien era.

-Holiss-dijo una voz conocida al otro lado de la línea.
-No soy Ada-le dije directamente-soy Eiden.

Espero que no se note que estoy nervioso.

¿Te da miedito que alguien sepa que te pones nervioso?¿Qué tienes sentimientos? Ni que fuera malo...

No me da miedo ,simplemente no quiero que ella sepa que estoy nervioso, ya está.

-¿Eiden?-preguntó ella sorprendida-
-Si, el hermano de Ian, ¿ya te has olvidado de mí cara?-dije con toda la autoestima que pude reunir en ese momento.
-Ya se quien eres pero solo cuando me has dicho que eres el hermano de Ian-dijo ella intentando esconder lo nerviosa que se había puesto.

Solo porque somos el hermano de Ian, ¿eh?

Seguro que no se acordaba de mí, estuve con ella un par de horas que no son suficientes para conocer a una persona.

¿O sí? Quien sabe, no seas tan negativo.

-Si, seguro que es por eso...-le dije seguro de mí mismo.
-¿Me puedes decir dónde está Ada?
-Abajo en la piscina.
-¿Me la pasas?
-Me da pereza bajar, cuando ella suba le digo que te llame.
-Que vago eres...-hizo una pausa para suspirar- ¿Ian se ha bajado su móvil?
-Ian si se lo ha llevado.
-Ahora lo llamo, muchas gracias Eiden.
-Nah, no es nada.

Que bien te haces el tonto cuando quieres, ¿eh?

No me dejas ni respirar, pesado.

¿Te acabas de llamar pesado a ti mismo?

Creo que voy a ignorarte.

Encendí la tele y me puse a ver una de mis películas favoritas de Disney.
Tumbado en el sofá vino Tormenta a por unos mimos, mi gata de un año rescatada de la calle.
No llevaba ni un cuarto de película cuando Ada entró en el salón.

-Te ha llamado Deneb, creo que después llamó a Ian-le dije sin mirarla en ningún momento.
-Lo sé, va a venir en un rato-hizo una pausa para mirar a Tormenta-vaya gata más...

Tormenta no la dejó terminar enseguida le bufó y salió corriendo por su lado.

-Bien-respondí riéndome de la cara de Ada.
-¿De qué habláis?-preguntó Ian mientras entraba en el salón.
-Pues le estaba contando a Eiden que va a venir Deneb en un rato-le dijo Ada haciéndole señas con la cabeza.
-Amh, que bien.
-Esto es raro, ¿que tramais?-les dije directamente.
-Pensábamos que...-empezó a decir Ian.
-Podrías ir tú a recoger a Deneb-le cortó bruscamente Ada.
-¿Y eso porque?-respondí entrecerrando los ojos para que vieran que NO iba a ir a por nadie.

Estás deseando ir, ¿qué más te da?¿No dices que quieres volver a ver esa mirada tan bonita?

Shh, cállate de una vez.

-Por favor Eiden-respondió Ian.
-No, no pienso ir a por nadie y menos...
-Eiden-dijo seriamente Ada-Deneb vive a veinte minutos de aquí andando, hace una calor de muerte,¿que te cuesta ir a por ella en moto? Son cinco minutos lo que tardas, además en cuanto llegues aquí puedes meterte en la piscina con nosotros. Aparte de que ni siquiera sabe dónde es esto. Lo único que ella sabe es que vivís en mi edificio no que aparte de ese piso tenéis un maldito chalet.
-Esta bien, pero solo voy a por ella porque es amiga de Ian.-dije de mala gana.

Me levanté del sofá y me dirigí a la entrada de la casa a coger las llaves y mi casco.

-Tengo que pasarme por casa para coger el otro casco, ¿necesitáis que os traiga algo?-pregunté antes de salir de aquella casa.
-¿Podrías traerme la mochila que hay encima de mi escritorio?-me dijo Ian asomándose por el pasillo-
-Vale, en un rato vuelvo con Deneb.

Bajé las escaleras del porche y me dirigí hacía la puerta del garaje.
Mi preciada moto color turquesa me espera, muy bien aparcada. Me coloque el casco negro en la cabeza y encendí el motor.
Llegué a casa y mamá me abrió la puerta.

-¿Qué haces aquí?¿No ibais a pasar un par de semanas en el chalet?-preguntó mamá al verme pasar por su lado-
-Vengo a coger unas cosas de Ian y a recoger a Deneb.
-¿Deneb? Esa es la chica con la que estuvisteis el otro día, ¿verdad?
-Si, es la mejor amiga de Ada, e Ian le ha dicho que vaya al chalet con nosotros.
-¡Qué bien, mientras más mejor! No llevais aquí ni una semana y ya tenéis amigas.
-Ya, ¿dónde está Anna?
-Creo que en el cuarto de Ian viendo películas en su tele.

Subí directamente al cuarto de Ian y efectivamente Anna estaba tumbada en la cama abrazada a uno de los peluches de Ian. Cogí la mochila de Ian y después la saludé.

-¿Te aburres mucho sin mi?-le pregunté mientras me daba un abrazo.
-La verdad es que si, me he leído ya un libro de la estantería de mamá.
-Madre mía Anna, tienes doce años no cuarenta-dije riéndome.
-¡Son once y leer no tiene nada de malo!-grito ella.
-Está bien-respondí aun riéndome-¿y toda la balda de libros que te compré yo?
-Me los he leído casi todos, ahora he empezado el último que me regalaste.
-¿Cuál era ese?
-Es el de María Martínez, se llama La fragilidad de un corazón bajo la lluvia.
-Guay, ya me contarás que tal.
-¿Te vas ya?-preguntó al ver que me dirigía hacía la puerta.
-Si, tengo que recoger a una amiga de Ian-hice una pausa para suspirar-ya sabes, cuando quieras un libro mándame una foto y voy a por él.
-Esta bien, pasaroslo muy bien.

Cerré la puerta de la habitación y fui a la mía a coger el otro casco, este a diferencia del negro que yo suelo llevar siempre es del mismo color que mi moto.

-Me voy ya- dije abriendo la puerta de la entrada.
-Adiós hijo-respondió mamá desde la cocina.

Lo más bonito de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora