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7. Nacho Fernández ( 2 parte )

Nacho me dio mi felicidad y ahora le toca a él ser feliz, aunque a mí me duela.

Después de unos minutos decido volver al hotel, mañana es un día muy largo y si no duermo no seré capaz de aguantar.

Al llegar me meto directamente en la cama. Me cuesta bastante quedarme dormida, entre la tristeza de saber que mañana se casa, junto el estrés de estos días hace mi cabeza sobrepiense todo.

No sé a qué hora me quedé dormida anoche, pero hoy a las 9 cuando sonó mi despertador tenía muchísimo sueño.

-Buenos días bonita- saluda María la madre de Nacho.

-Buenos días- saludo a todos, pido un café cargado y una tostada.

-Tienes mala cara, no dormiste bien?- me pregunta José el padre del novio.

-Me costó bastante dormirme.

-Pues ya somos dos- comenta el llegando a nuestra mesa- Buenos días.

El desayuno lo pasamos en silencio, lo único que hago es mirar de vez en cuando a Nacho, al igual que a veces noto su mirada sobre mí.

-Voy a dar un paseo- al ser la boda por la tarde hasta las dos no me vienen a peinar por lo que me queda mucho tiempo libre.

Me pongo un vestido y bajo a andar por la playa, las olas, la arena y el sol siempre me han calmado. Después de la tormenta siempre sale el sol, y en cada tormenta yo le necesitaba, necesitaba a mi sol y hoy estaba a punto de eclipsarse para siempre.

Porque el sol se fijó en la luna y no en una simple estrella.

-Elaia- escucho que alguien grita mi nombre.

Me giro y le veo, sin camiseta con unos simples pantalones cortos de chándal, y está tan guapo.

-Nacho- digo en un susurro una vez está cerca- que haces aquí?

-Sali a correr un rato para despejarme.

-Supongo que estarás nervioso- está conversación me está matando lentamente.

-No, bueno un poco si, supongo que son demasiadas cosas- me mira a los ojos, y hace la siguiente pregunta- que te pasa? Porque estás triste?- y aquí descubrí que soy tan transparente ante sus ojos.

-No, simplemente estresada porque todo salga bien- intento sonreír para que no sospeche, pero lo único que sale en mi boca es una mueca.

-Estas segura- pone su mano en mi mentón para que le mire, y yo me derrito cada vez el marrón de sus ojos conecta con el verde de los míos.

-Nacho- un susurro desesperado sale de mi voz.

-Dime preciosa.

-Lo siento, de verdad que lo siento pero no puedo- las lágrimas comienza a caer por mi cara y el las intenta limpiar- me voy, no puedo verte, no quiero verte en el altar, perdón por estropearte el día pero más lo voy a estropear si me quedo.

Esta sorprendido pero veo un ápice de comprensión en su mirada.

-Elaia me quieres?- si pregunta me pilla desprevenida y contesto lo primero que se me viene a la cabeza.

-No Nacho, yo te amo.

Su cara expresa sorpresa, no se esperaba mi respuesta.

-Yo también- la que se sorprende ahora soy yo- y cada día me arrepiento más de ni habértelo dicho.

-Te vas a casar ya no hay tiempo, no me hagas más dalo- le ruego.

-No la quiero, simplemente estoy con ella para olvidarte, para hacer entrar en razón a mi cabeza- nos sentamos en la arena mirándonos fijamente- tu eres una niña y yo un hombre, era algo imposible que pasara algo entre nosotros, te medio adopte ante la ley soy algo así como tú padre- hace un pausa y los ojos comienzan a brillarle como nunca antes- pero hoy me he dado cuenta que es posible, que te quiero, que lo que siento por ti es lo mejor que me ha pasado, que eres única y que no me quiero casar. Ahora mismo solo pienso en tu y yo besándonos en un lugar apartado del mundo sin que nadie nos moleste.

Le beso, después de todo lo que me ha dicho solo puedo hacer eso, expresarle mis sentimientos y pensamientos de esa manera.

-Yo también quiero estar contigo.

-Vámonos- está loco- vámonos muy lejos tu y yo solos, sin nadie que nos moleste, acepta por favor.

En ese momento la cordura desaparece de mi cuerpo y acepto, acepto sin mirar atrás.
Por primera vez en mi vida he encontrado mi felicidad, porque Nacho es eso mi felicidad.

-Acepto, contigo al fin del mundo.

Me agarra de la mano y salimos corriendo hasta el hotel.

Cada uno va a su habitación a por la maleta, 5 minutos después estamos en la entrada del hotel cogiendo un taxi que nos lleve al aeropuerto.

El avión privado de Nacho nos espera en dirección a las Maldivas, vamos a disfrutar nosotros de la luna de miel.

-Te amo- me dice mientras nos besamos una vez en el aire.

-Habrá que avisar a tus padres- asie te saca el móvil y les manda un mensaje al grupo familiar, en el que yo también estoy incluida.

"Decirle a Sofía que lo siento, pero que no me casi.

Yo y Elaia nos fuimos de viaje, nos vemos en Madrid a la vuelta."

Y así empezó la historia de amor más bonita e intensa que he conocido.
De ahí salieron Alejandra, Nachito, Guille y Lola, mis más grandes tesoros.

Nacho fue mi salvación, hizo que una chica perdida encontrará un futuro, un hogar y una vida equilibrada.

Así que gracias Nacho, gracias por hacerme feliz cada uno de los días de mi vida.

-Si quiero- los asistentes a nuestra boda aplauden, y nosotros nos besamos, por fin marido y mujer.

Espero que os haya gustado mucho este shot, de momento puedo decir que es mi favorito. Un saludo.