Capítulo 10: Emociones

288 39 0
                                    

-Yuri , Yuri - la castaña apretó sus ojos y mordió internamente sus labios al escuchar su nombre en tan armoniosa voz. Alguien tocaba su hombro de manera cariñosa y acariciaba de arriba a abajo su espalda en un intento por despertarla.

El viaje podría haber sido largo pero estaba convencida de que durmió la mitad del mismo y desaprovechando la oportunidad de admirar las calles de New York. Las plazas, los carteles de espectáculos y todos esos pequeños detalles que había escuchado conformaban a la ciudad de los sueños.

Pero no se arrepintió, sabía que tendría otro viaje de regreso para ver lo que anteriormente no había podido.

-Yuri, despierta - escuchó el ruido de dos puertas cerrarse y sintió la soledad en que la habían dejado Feider y Ken, que solo compartía ahora con Valeria.
La profesora volvía a darle un pequeño zarandeo pero ella todavia no quería abrir sus ojos. Sentía la cercanía de su profesora pegada a su espalda y, voltear a verla, sería demasiado raro.

Ignoró la petición de moverse y solo soltó unas palabras.

-Enseguida bajo -le dijo esperando que la mano que invadía su espalda se aleja y la brisa que golpea contra su cuello también, ¿Era la respiración de Valeria que le erizaba la piel o solo el viento que la ventanilla abierta dejaba ingresar?

Despegando lentamente la unión de sus pestañas, suspiró aliviada cuando vio la figura de Valeria caminar hacia dentro del que, seguramente, era el departamento de su amiga.

Contó hasta cincuenta antes de abrir la puerta y bajar con lentitud.

Del sol ya no quedaba rastro alguno por lo que el frió golpeó su piel y la obligó a abrazarse a si misma hasta ingresar al lugar y llegar hasta sus amigos. Todos estaban de pie frente a una barra y escuchando lo que su profesora les decía.

-Los vasos rojos son bebidas con sabor a cola y los blancos de limonada, el quipo de música solo lo manejará Cata...

-Ya que tuve que trabajar casi dos años para comprarlo -acotó la chica y ella sonrió. Aún no había cruzado palabra con Cata pero parecía agradable.

-Ya que es de su propiedad -dijo Lisa terminando su frase anterior -ustedes pueden pedirle la música pero ella hará los cambios, Alix será la. ¿Y Alix? - le preguntó a Cata evitando que los demás escucharan.

-Dijo que prepararía una...

-iSorpresa! - de repente, todos voltearon hacia la puerta de entrada. Un pato de peluche demasiado grande aparece con dificultad dando pequeños saltos y aplaudiendo mientras cantaba una canción - iHola, niños hermosos! -se acercó, lo que Yuri dedujo era la otra chica disfrazada, hasta Ken y tiró de sus mejillas. La morena le dio una mirada rápida a Valeria, la pelinegra observaba todo con la boca abierta.

-Eh, amor, ven aquí -intervino Cata tirando de una de sus grandes plumas y reteniéndola a su lado-
¿Qué demonios es esto, Alix?

-¡Ay, Cata! Ellos son niños, ¿Y con qué juegan los niños?

-iCon patos demasiados sexys! -gritó Feider arrojándose encima de Alix y logrando que ambos cayeran al piso.

-¡Quítate de encima, idiota! - lo empujó Cata lejos de su chica y luego la ayudó a levantar a su novia-Quítate eso ya mismo -ordenó molesta aún con la imágen de Alix riendo por la caída anterior.

-Pero Cata.

-Ahora, Alix.

_____________________________________________________

-Nada de esto tendría que estar pasando, ¿O sí? - le preguntó Cata a Valeria acercándose a donde la profesora estaba observando a sus alumnos.

-No -respondió la chicas con el rostro entre sus manos. Todos los chicos estaban sentados en el sillón y otros en el piso sin siquiera mirarse. El aburrimiento los invadía y, al parecer, la música que Cata había puesto no ayudaba mucho. Nadie bailaría al ritmo de Coldplay un viernes a la noche- Esta es la peor fiesta no fiesta que alguna vez asistí.

Lenguaje del amor-YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora