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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 6

Naruto besó el estómago de Hinata, hundiendo la lengua en su ombligo. Ella se retorció y gimió, las manos de Naruto firmes en su cintura, manteniéndola plantada a la cama mientras él se burlaba de ella.

"¡Ah, Naruto-kun! Eso se siente raro".

Naruto tarareó sobre su ombligo, haciéndola reír y luego chillar cuando bajó, arrastrando los dientes sobre su piel. Los ojos de Naruto parpadearon, la cara de Hinata se puso roja al verlo besar su cuerpo, hasta que sus labios se encontraron con la tela.

"Estos..." Naruto metió un dedo bajo la banda de las bragas de Hinata, tirando de ellas hacia atrás antes de soltarlas, dejando que chasquearan contra su piel. "Son muy monas, princesa".

Hinata hizo un puchero. "¡Basta! Te estás burlando de mí".

"No lo hago." Naruto depositó besos sobre las pequeñas fresas estampadas en sus bragas blancas. Hinata suspiró suavemente con cada beso. "Estas te hacen ver tan inocente, Hinata".

Naruto enganchó las manos bajo las rodillas de Hinata, presionándolas hacia atrás y abriendo los muslos para él. Apretó la boca contra el coño cubierto de Hinata, lamiendo la tela y frotando con fuerza la punta de la lengua contra su clítoris.

"Naruto-kun", gimió Hinata, moviendo las caderas de un lado a otro, favoreciendo la fricción de la lengua contra ella.

Hinata fue paciente, dejando que Naruto la lamiera y besara por encima de sus bragas, rozando con la lengua su clítoris cubierto, pero finalmente fue demasiado para ella.

"E-Eso es suficiente, Naruto-kun. Basta de bromas".

Hinata trató de retroceder, pero Naruto fue implacable, con un agarre firme mientras ignoraba las súplicas de Hinata de desnudarla y tocarla directamente. Hinata finalmente resopló de fastidio, dejando que Naruto se burlara y la lamiera hasta que su respiración se volvió agitada, y él pudo saborear su excitación filtrándose a través del material.

Amortiguada por la tela, pero aun así deliciosa.

"Sí, estas bragas te hacen parecer tan inocente, pero..." Naruto depositó un último beso, justo sobre el clítoris de Hinata, antes de alcanzar las bandas de sus bragas, bajándoselas por las caderas.

Dejó al descubierto su coño, rojo y ruborizado, con los pliegues pegajosos y resbaladizos. Un hilo de excitación, fino y transparente, colgaba de la entrepierna de sus bragas mientras Naruto las bajaba, estirándose hasta que la tensión hizo que se desprendiera.

Naruto sacó las bragas de las piernas de Hinata, apretándolas en su puño.

"Estas lindas y pequeñas bragas parecen inocentes..." Los ojos de Naruto recorrieron a Hinata. La piel roja quemada de sus mejillas, orejas y cuello. Sus carnosos labios entreabiertos, casi temblorosos. El jadeo de su pecho, el temblor de sus muslos.

Su coño, hinchado y húmedo.

"Pero pareces una puta".

"Naruto-kun." Su nombre salió de sus suaves labios, con los ojos muy abiertos, mirándolo atentamente.

Naruto bajó la mano y hundió dos dedos en su coño, caliente y húmedo a su alrededor, flexionándolos mientras su pulgar rozaba su dolorido clítoris. Hinata puso los ojos en blanco mientras gemía.

"Oooohhhh".

Fuerte, profundo y largo, como un animal.

"Suenas como una puta."

Hinata gimoteó descontenta mientras Naruto deslizaba sus dedos fuera de su coño, limpiando su excitación contra sus muslos.

Naruto rió ante el mohín suplicante en el rostro de Hinata, ignorándola por el momento y llevándose las bragas arremangadas a la cara, inhalando. El ligero olor a detergente estaba ahí, debajo de todo lo demás, algo cítrico. Pero ese embriagador olor de la excitación de Hinata, el aroma de su coño, era intenso en la tela e hizo que Naruto salivara.

"Hueles como una puta", gruñó Naruto, volviendo a mirar a Hinata, con los ojos muy abiertos, la boca abierta y los muslos rozándose. Tan necesitada de liberación. Que Naruto apretara su boca contra ella, todo labios, lengua y dientes. "Me pregunto si tú también sabes a uno".

Hinata se quedó paralizada.

Luego, lentamente, abrió las piernas de par en par, con el pliegue de los muslos pegajoso por su baba.

"Por favor".

Naruto sonrió, ancho de dientes.

"Por favor, ¿qué?"

"P-por favor, pruébame... y dime s-si sé como una puta".

Eso le gustó. El tono necesitado, la muestra servil de su coño para él.

Los gemidos lascivos cuando le lamía el coño con amplias franjas de lengua, los gritos cuando le chupaba el clítoris, la forma en que ella coreaba su nombre, como si fuera una plegaria, como si fuera una maldición.

Sus dedos en el pelo, tirando de él hasta correrse y apartándolo después de que él la hiciera correrse de nuevo.

"¿A qué sabía?" Preguntó después, sedada y sin fuerzas por haberse corrido demasiado. Naruto la acercó, acariciando su rostro contra su cabello, acariciando la suave piel de sus caderas con sus anchas manos.

"Sabes como si fueras mía".

Oyó la sonrisa en su voz.

"Siempre

Naruto - Le favori des dieuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora