Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto
-:/
-/:
Capítulo 11
Hinata apretó los dedos contra el pelo de Naruto, presionando con las palmas la cabeza de éste contra su coño mientras se la comía, aunque en realidad no lo necesitaba. No con la forma en que sus fuertes manos rodeaban sus muslos, manteniéndose abierta para él, con su boca y su lengua calientes y pesadas en su coño.
La suya era voraz, con la nariz apretada contra la cima de su montículo mientras le chupaba los labios y hundía la lengua en su interior. Hacía ruidos húmedos y sucios mientras le adoraba el coño, tan fuertes que casi ahogaban sus suaves gemidos, y la lascivia que desprendía llegaba hasta el núcleo de Hinata.
Los hermosos ojos azules de Naruto parpadearon, oscuros y lujuriosos, atrapando su mirada mientras él subía para chuparle el clítoris.
"¡Oh! ¡Oh, Dios mío, N-Naruto-kun! Justo así!"
Él sabía exactamente cómo le gustaba a ella, succiones lentas e intencionadas y lengüetazos que harían que sus caderas saltaran del colchón si no fuera porque Naruto la sujetaba, obligándola a tomar todo lo que él le daba.
"¡Naruto, oh, Naruto!"
Hinata sabía que era un desastre lloriqueando, abortando alabanzas y coreando el nombre de su amante mientras él alternaba entre juguetear con su sensible clítoris y lamerle el coño, bebiéndose su excitación como si fuera a morir de sed sin ella.
Y cuando detuvo un momento su adoración, con los ojos cerrados mientras gemía dentro de su coño, Hinata estuvo a punto de perder el control. Unas cuantas vueltas más de su lengua en el clítoris y ella estaba acabada, con los muslos temblando y las paredes agitándose en torno al vacío.
"¡N-Naruto-kun, ooh, me corro!"
Si pensaba que Naruto la llevaría suavemente al orgasmo, estaba muy equivocada. Naruto se inclinó hacia delante, con la boca succionando duramente su clítoris mientras dos de sus dedos presionaban dentro de ella, enroscándose y retorciéndose hasta llegar a un punto que hizo gritar a Hinata. La espiral de placer que había estado enrollándose en su interior se rompió, el calor recorrió su cuerpo mientras Naruto continuaba su despiadado asalto.
"¡Oh Dios, por favor, no más!" Hinata suplicó y gimió mientras los dedos de Naruto entraban y salían de su coño, las yemas de sus dedos siempre arrastrándose contra su punto G, cada vez enviando un placer abrumador a través de ella. La forma en que le chupaba el clítoris era cada vez más descuidada y ruidosa a medida que Hinata se excitaba a borbotones. Su coño estaba muy sensible, su clítoris palpitaba hasta casi dolerle, e intentó apartar la cabeza de Naruto, pero él estaba demasiado decidido. "Yo... voy a... me estás obligando...".
Hinata echó la cabeza hacia atrás, y de su boca brotaron gemidos guturales mientras se corría de nuevo. Y no pudo evitar que su cuerpo chorreara, el fluido pegajoso contra sus muslos y empapando también sus sábanas al salir a borbotones de ella.
Naruto finalmente se apiadó de ella, sacando sus dedos de su interior y frotando círculos en los cansados músculos de su muslo, presionando su clítoris con suaves besos que hicieron gemir a Hinata, intentando apartar sus caderas. Naruto la soltó, y ella pudo sentir el ceder del colchón mientras Naruto se arrodillaba en la cama.
"Joder, 'Nata. Siempre sabes tan bien", gimió él, oscuro y delicioso, con un ligero chasquido de labios cuando ella supo que él estaba chupando su excitación de sus dedos.
Hinata abrió los ojos y lo miró fijamente.
"Ay, señor mío. "
Su semen le cubrió los labios y la mandíbula, goteando por su barbilla, brillando en la escasa luz de la habitación. Naruto se pasó el pulgar por el borde de la boca, recogiendo su excitación y soltando otro gemido bestial mientras la chupaba hasta dejarla limpia.
"Joder, quiero beber de ti un poco más, ¿sabes?". Naruto se inclinó hacia delante. "Pero estás tan buena, ¿sí? Y sabes tan dulce para mí, que me correría por todas las sábanas... y prefiero llenarte, princesa".
Los ojos de Hinata bajaron hasta la polla de Naruto, pesada y gruesa en su mano mientras la bombeaba, con la punta roja y brillante de precum.
Y a pesar de lo cansado que estaba su cuerpo, de lo sensible y usado que sentía su coño, el fuego se encendió en todo el cuerpo de Hinata y abrió las piernas con facilidad.
Naruto le sonrió mientras le colocaba la polla en la entrada, inclinándose hasta que ella pudo oler su excitación, pegajosa contra su piel.
"Así me gusta".
Y el lento deslizamiento de su polla, llenándola hasta que fue como si reventara, hizo que los ojos de Hinata rodaran hasta la nuca.