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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 15

Naruto se dio cuenta de que podía ser grosero, lo entendía.

Pero no era una persona mezquina. De hecho, si se le permitía decirlo, era un buen tipo, y era capaz de ver lo mejor de los demás.

Excepto por esa perra estúpida, Hinata Hyuuga.

Llevaba toda la vida enfrentado a ella, más tiempo que el que llevaba peleado con Sasuke. Una princesa altiva, santurrona, nacida con una cuchara de plata en la boca, que menospreciaba a Naruto por ser un pobre huérfano sin talento en cada momento de su infancia.

Se suavizó un poco con los años, tal vez incluso lo respetó un poco después de la guerra, pero seguía siendo una perra malvada.

Y Naruto realmente no podía recordar por qué estaban peleando de nuevo en la parte de atrás de un club, podría haber sido por los ideales de Naruto, podría haber sido por Sakura y lo que llevaba puesto, demonios, tal vez sólo estaba rabiando demasiado por el ramen esa noche, Naruto realmente no podía recordar, joder, conociéndola probablemente eran las tres cosas. Su rostro estaba caliente por el alcohol en su sistema y la ira, su cuerpo aplastaba el de ella contra una pared, sus frentes casi se tocaban mientras la miraba.

Los labios pintados de rojo de Hinata se abrieron de par en par en una sonrisa burlona, con delineador de ojos en punta de ala y sombra de ojos púrpura alrededor de unos burlones ojos lavanda.

Naruto se acercó para que ella pudiera oírlo por encima del estruendo de la música, el aroma de su perfume, vainilla pesada, las bocanadas de su aliento, algo de alcohol afrutado y la sal del sudor de bailar con sus estúpidos amigos en la pista de baile.

"Realmente deberías ser adicto a cerrar la puta boca, ¿sabes? Haría literalmente mejor la vida de todos".

Ella se rió, malvada y grosera, sin apartar sus ojos de los de él. "Uzumaki... quieres follarme tanto que te hace parecer estúpido".

Naruto se quedó helado, porque por una vez, las palabras que salían de su boca no eran una completa mierda. Y entonces, lo siguiente que supo fue que sus manos estaban en su nuca, tirando de él hacia abajo y besándolo.

Labios juguetones, lengua burlona y dientes afilados. Esto último es lo único que puede conciliar con su carácter.

En cualquier caso, su respuesta es codiciosa, descuidada y húmeda, presionando su boca, deslizando la lengua contra todo lo que encuentra, dientes, encías y lengua.

Ella es más consciente que él, los guía hacia alguna parte mientras sus manos recorren su cuerpo. Sobre la tonificada cintura que siempre exhibe como un puto reclamo, sobre la curva de su culo, con una falda ajustada que casi parece pintada.

Naruto casi tropezó cuando Hinata los condujo al lavabo, riendo contra sus labios.

Se separaron, Hinata retrocedió y se apoyó en el borde del lavabo, con los tobillos cruzados mientras lo observaba.

Naruto - Le favori des dieuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora