『𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝐭𝐫𝐞𝐬』

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AU: Damián!vampiro y Jonathan!explorador

Pd: ni idea de lo que hice

Yacía un tiempo que la tormenta amenazaba con empaparlo, los truenos lo aturdían y la lluvia no se haría esperar mucho más, si no se apuraba se empaparia en cualquier momento

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Yacía un tiempo que la tormenta amenazaba con empaparlo, los truenos lo aturdían y la lluvia no se haría esperar mucho más, si no se apuraba se empaparia en cualquier momento. A lo lejos logro divisar una mansión, parecía vieja, antigua, pero sin más opción se dedicó a caminar rumbo a aquella construcción

La entrada era algo tétrica, con telarañas y arañas donde sea, dos estatuas de gárgolas impotentes y oscuras, por un segundo perecían tener ojos rojos. Había una puerta alta y negra con detalles verdes. Suspiro aliviado al pensar que al menos tendría un lugar donde dormir

Osea ¿Quién sería capaz de dejar a un pobre aventurero ahí en medio de la lluvia cuando podía invitarlo a dormir en su mansión? Rezaba que el dueño o dueña no

Toco el timbre, este soltó un tintineo que gracias al tiempo el sonido salió gastado y distorsionado haciéndolo estremecer. Casi al instante un hombre de gran estatura y esbelto lo recibió, un azabache que cabía perfectamente en la categoría de hombre rico y elegante vestía un traje negro y verde oscuro antiguo, al estilo victoriano.

sus ojos eran de un inusual color verde jade, su piel era morena y un cinturón con una funda para dagas se establecía en su cintura.

Al verlo, sus ojos chispearon en un sentimiento que Jonathan no pudo describir, antes de que el de ojos azules dijese algo, el moreno lo arrastro hacia adentro excusándose de que no era conveniente el estar en la tormenta más tiempo

[···]

—le agradezco que Me haya permitido el quedarme aquí, señor...

—por favor, llámeme, Damián— se presentó. Jonathan creía que ese nombre iba a compas de su voz masculina y profunda

—señor Damián...gracias por la hospitalidad— le sonrío, a cambio recibió otra sonrisa y un asentimiento

—un placer ayudar, señor Jonathan— un brillo se volvió a atisbar es sus ojos, el azabache se asustó por unos breves segundos

—¿como...?

—está escrito en su camiseta— río al ver su rostro, por poco y estaba pálido. Automáticamente el contrario avergonzado comenzó a balbucear excusas

—d-disculpe...¿Dónde podre dormir?— preguntó recuperando la compostura. Damián alzo una ceja

—¿No prefiere cenar? Es importante comer las cuatro comidas al día para tener energía, más si eres un explorador— hacía mucho que no recibía una visita, quizá podría darle una buena cena

Una muy buena cena, una que lo dejara listo para dormir

—Claro, suena bien...

Una sonrisa ladina fue lo que recibía al aceptar, una que lo dejo estafermo, hasta que en un parpadeo, el hombre de traje había desaparecido.

¿Quién era él?

Las luces titilaron, ahora se encontraba solo en aquel inmenso comedor, se sentía tan pequeño...Como un ratón

Observo a sus alrededores, repentinamente mareado, ¿Qué era ese temor? ¿Ese presentimiento? Era perturbador, se sentía tan pequeño y su corazón no dejaba de latir velozmente. A su espalda, un aliento cálido choco contra su nuca

Se volteo rápidamente

Nada

Comenzó a explorar los alrededores, ¿Dónde estaba exactamente? Se había perdido y no tubo más opción que buscar refugio en aquella mansión gótica

Aquel pasillo era oscuro, con solo los rayos de la luna plateada alumbrando por unas rendillas de entre las ventanas con marcos oscuros, alargadas y con cortinas aun mas alargadas, de una tela gruesa, como si el objetivo fuera que nada de luz pasase

Las motas de polvo bailaban entre los finos rayos de luna, era raro, por que la luz de la luna si podía pasar

Cuando el pasillo termino, se quedó plasmado, pues había llegado al mismo comedor del que minutos atrás había escapado, las luces volvieron a parpadear y esta vez, una voz sonó a sus espaldas

—La cena esta servida— El mismo aliento cálido choco contra su nuca

A Jon se le erizaron los vellos de la piel, su cuerpo se estremeció. No se volteo, pero sabia exactamente quien era la presencia a sus espaldas...Unos dedos largos con uñas afiladas como garras de lobo acariciaron el hueco entre su cuello y hombro

Se paralizo, la sensación placentera invadió su cuerpo, se sentía hipnotizado ante aquel toque, incluso cuando una mano fría se coló por debajo de su camisa dándole un escalofrío. Trago duro cuando el aliento cálido se volvió a sentir, aun mas cerca de su nuca

Sentía como los labios del hombre rozaban su nuca y hacían un camino hasta el hueco entre el cuello y el hombro, rozando con unos afilados colmillos esa zona. Su mano que antes acariciaba esa zona, ahora paso a su frente, tomándola y haciendo que incline su cabeza a un costado

Bon appétit —Musito, antes de finalmente, clavar sus colmillos en aquella piel tersa 

𝐃𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐕𝐞𝐫𝐝𝐞 𝐉𝐚𝐝𝐞 ➟ ❦ 𝔇𝑎𝑚𝑖𝑎𝑛 𝔚𝑎𝑦𝑛𝑒 ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora