Nueve

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Entre algún momento del tiempo del capituló 55.

El viento silbaba, el césped bailaba y el mar cantaba a lo lejos, el día era frío pero soleado, y Diana Fennell junto a Draco Malfoy salen a caminar.

Caminan desde la mansión hasta el pueblo de Berwickshire, el viento les revolvía el pelo, Diana soltó varias carcajadas cuando llegaron y vio a Draco totalmente despeinado y con las mejillas enrojecidas por el frío viento.

—Espera—le dice, posicionándose frente a él —Déjame peinarte.

—No volveremos a caminar con viento.

Diana vuelve a reír mientras sus dedos bailan por el cabello rubio de Draco, una vez está listo, él la toma por la cintura y la besa.

—Que haría sin mi estilista.

Él sonríe sobre los labios de ella antes de que comenzaran a avanzar por el pueblo.

Habían luces decorativas cruzando las calles, enredándose en los árboles y dando tonos de luces cálidas entre las hojas verdes, estaba atardeciendo lentamente, el azul profundo de la noche se asomaba por los bordes del cielo.

Caminan mirando a la gente, viendo a las verduras frescas en las tienditas rústicas, oliendo el aroma a pasteles de las panaderías y escuchando a los músicos que estaban en el centro del pequeño pueblo.

Hay mucha gente, considerando que en Berwickshire no viven más de 1000 personas, pero está silencioso, todos caminan en silencio.

Hay bailarines bailando vals, Draco los mira y hace una mueca—¿Eso es vals? Prefiero arrancarme los ojos con mi daga antes de llamar a eso vals.

Diana lo golpea y rueda los ojos.

Diana y Draco eran probablemente una de las parejas más jóvenes de todo el pueblo.

Bebieron café, Draco le compró libros de arte a Diana y comieron al menos cien fresas con chocolate.

—Deberíamos volver, nos queda todo el prado para volver aún, y ya oscureció, la única luz que tendremos será la luna.

Diana asoma su varita atada a su pantorrilla y le sonríe —Tendremos más luz, pero si, deberíamos irnos o voy a quedarme dormida aquí, además se me están congelando los huesos.

Draco le da su jersey y queda solo en camisa y pantalón, él aún no deja los trajes atrás, todos los días hay una variante de un traje elegante distinto.
—No te preocupes, no tengo frío.

Diana viste un vestido rojo, sutil y suelto, resalta el color de su piel y sus ojos. El jersey negro de Draco le queda considerablemente grande.

Se ponen de pie para irse, pero una voz los detiene.

—¡Ey, Tú!—grita una chica de su edad, Draco se da vuelta y la mira de pies a cabeza. —Te he visto, y acabo de terminarme una botella de tequila entera, por eso estoy frente a ti ahora, mi nombre es Sarah, y te encuentro terriblemente lindo.

Diana suelta una risita cuando Draco se voltea a verla.

—¿Estas soltero?

Las palabras mueren en su garganta.

Diana no sabe la respuesta tampoco, nunca hubo ninguna pregunta sobre ello, podría decirse que son cercanos, pero no que fuese algo oficial.

—El silencio otorga—sonríe Sarah, tiene el cabello color miel y un montón de collares de todos colores en su cuello —¿Tienes teléfono?

—N-

—¡Lo ha olvidado en casa! Es un poco olvidadizo—Se adelanta Diana —Dale tú el tuyo, seguro te llamará.

Sarah sonríe, —Tu hermana me agrada.

—No es mi hermana.

—Soy su mejor amiga—Dice Diana, y Draco suelta un suspiro ofendido.

—Pues, Casi igual—sonríe sarah y extiende un papel con números en él.
—Llámame, estaré esperando por ti. Pero asegúrate de hacerlo cuanto antes, soy mochilera y pronto me iré a Paris.

Le da un beso en la mejilla como puede, ya que Draco es mucho más alto y se va corriendo.

Draco voltea a ver a Diana, quien esta tan confundía como él.

Vuelven a sentarse al mismo lugar.

—¿Por que dijiste eso?

—Porque estás soltero.

—Sabes bien que no lo estoy.

—Cierto, eres casado.

—Diana.

—Bueno, viudo, por mi culpa.

—Por Dios, Diana.

Ella se ríe y lo mira. —No he escuchado ninguna pedida oficial.

—¡Diana!—Dice ofendido. —Joder eres terrible.

Mira el papel entre sus manos y Diana se muerde el labio —¿La llamarás?

—Suficiente. No estoy soltero. Y jamás estaría con una muggle borracha y hippie.

—¿No lo estás?

—Fennell.

—Ah, y vuelves a tratarme de Fennell.

La única que parecía divertirse era Diana. Draco estaba en estado de shock. Serio y frío.

—Sabes bien que eres mi novia.

Se muerde el pulgar y sonríe—¿Lo soy?

—Por supuesto.

—Nunca me lo has preguntado. Asumes que quiero ser tu novia. Pero no sabes si en realidad quiero.

Draco se pone más pálido de lo que ya es.

Diana se deja caer en su hombro y Draco deja caer su cabeza contra la de ella. Histérico.

Le toma las manos y las masajea, aún hay espasmos en las manos de Diana, nudos llenos de estrés, huesos que se notan demasiado por la desnutrición, cicatrices que arden y hematomas. Le dibuja runas lentamente con sus manos frías.

Hay un silencio en el mundo.

—¿Puedo ser tú novio?

Diana ríe. —¿No que ya lo eras?

Suelta un bufido —Eres terrible, realmente terrible.

Diana lo besa—Si, puedes.

—"Si, puedes" eres terrible Diana Fennell, terrible. —le dice antes de atraerla por la mandíbula y besarla de lleno en los labios.

Algún día se dice a si mismo Draco Algún día vas a ser mi esposa. Solo mía. Y te reprocharé este momento para toda nuestra existencia.

Pero el futuro se ríe, porque ellos jamás podrían llegar a más.

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2023 ⏰

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