Entre Dos Cuerpos [+18]

46. Encontró el Amor

A medida que me acercaba al jardín escuchaba las voces y risas de mi madre y Emma, cuando divisé ambas siluetas en el gazebo estaban ordenando la mesa para desayunar, me apoye en el marco de la puerta que daba salida a la terraza y me quedé viéndolas convivir.

-Se llevan demasiado bien... - susurré para mi

Mi madre tiene casi 9 años de conocerla, y aunque no interactuaban seguido debido a que, Emma estaba más en Montecarlo, se notaba lo mucho que Lucrecia la aprecia, la estima como una hija y Emma como una madre a ella.

Muchas veces me he preguntado cómo sería su relación con mi padre, mamá me dijo que para él también era como una hija, no entiendo porque no supe nunca de ella, o bueno.. sí sé, estaba en mi propia burbuja, no me relacionaba en absoluto con temas referentes a la empresa y cuando mis padres intentaban hablarme de ello, buscaba un escape rápidamente, pero no me arrepiento, todo llega a su debido tiempo, aquí estoy después de no querer entrar en el negocio familiar, próxima a ser la presidenta de todo ese legado y me trajo consigo conocer a la persona que se está convirtiendo en alguien demasiado importante para mí.

-¡Buenos días! - me acerqué saludando muy feliz de tener esta mañana a las dos mujeres de mi vida

-Buenos días, cariño, ¿cómo estás? - responde mi madre dejando lo que estaba haciendo para darme un abrazo que correspondo feliz

-Muy bien mami, hacia muchos días que no te veía - hago un puchero aún aferrada a ella

-Jaja si cariño, pero ya estoy aquí, no te da pena parecer una bebita frente a tu novia - inmediatamente me sonrojo porque había olvidado que ella estaba allí

-Siempre supe que es una consentida - expresa Emma y todas reímos

-Eso pasa cuando eres hija única y tienes padres demasiados complacientes - le tiro una mirada a mi madre enfatizando la última palabra

-Siempre será así cariño, Emma tendrás que acostumbrarte - comenta Lucrecia

-No tengo problemas en consentirla también - me hace un guiño mientras sonríe alegremente

-Después no se quejen - digo esto último y empezamos a desayunar, en la mesa había omelette, sándwiches de pollo y de jamón, croissant, yogurt griego con granolas, cafés y jugo de naranja, todo muy delicioso

-Lucrecia me encanta esta casa, está preciosa - comenta mi novia

-Gracias cariño, si, la escogimos con mucho amor Seamus y yo para nuestra niña

-Se siente tan renovador todo aquí, mira qué bello exterior, no pensé que en la ciudad hubiera casas así

-Para nuestra suerte si, la escogimos a gusto de Luccia porque deseamos que esta sea la casa donde forme su familia, espero poder ver corriendo muy pronto a mis nietos por este jardín - expresa mi madre con ilusión, yo casi me atraganto con un trozo de croissant y Emma se ahogó con el café, haciendo que mi madre soltara una carcajada por nuestra reacción - por lo que veo me tocará esperar un poco más para eso