Prólogo

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⚠️ Los personajes no son de mi autoría, pertenecen a la creación de Hajime Isayama ⚠️


-Mikasa, despierta- fue lo que logré escuchar al mismo tiempo que sentía el peso de una mano sobre mi hombro.

-Te resfriarás- abrí los ojos lentamente y fue lo siguiente que dijo.

-¿Eh, cuándo me quedé dormida?- pregunté con voz suave.

Él se volteó y cortó un trozo de leña con una hacha. En cuanto la herramienta golpeó el tronco sobre el que puso la madera me respondió -Supongo que estabas exhausta-.

Estiré mi cuerpo aun estando sentada afuera de la cabaña y con voz somnolienta le comenté que tuve un sueño muy largo.

-No hagas nada más hoy y descansa. Pesqué un pez muy grande- dijo con un poco de emoción. Estaba a punto de cortar otro trozo de leña, pero entonces se dio cuenta de mi mirada perdida.

-Mikasa, ¿por qué estás llorando?

-¿Eh?- toqué mi cara, pues no me había percatado de las lágrimas que caían por mis mejillas -No lo sé... es que no sé si debería estar aquí-. Tenía una sensación muy extraña.

-Ya no hay nada que podamos hacer- comenzó a hablar con pena e hizo una breve pausa -, desde el día en el que lo abandonamos todo... y huimos. La guerra de Marley terminó hace dos meses, pronto empezará la invasión a Paradis. Si no huimos, nos matarán-. Hizo de nuevo una pausa -.Armin nos estará buscando desesperadamente- Luego volteó para mirarme y prosiguió- No pude ni enviar a Historia al infierno y perpetuar una lucha eterna, ni masacrar a la gente de fuera de la isla, así que viviré los cuatro años que me quedan tranquilamente, donde solo estemos nosotros. Fuiste tú la que lo propuso, ¿no, Mikasa?

Nos miramos a los ojos un momento y asentí. Me levanté de mi asiento para acercarme a él y poder fundirnos en un cálido abrazo.

-Lo siento, prometí no hablar de eso- recordé.

Y así nos quedamos abrazados un tiempo más antes de seguir con nuestras labores.

La cabaña [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora