La cabaña [Eremika]

3

El día estaba soleado y fresco, pero me encontraba haciendo limpieza en la cabaña junto con Eren, ya que adquirió la costumbre desde que el Capitán Levi comenzó a obligarlo a hacer aquello. Al parecer Eren aprendió muy bien, puesto que estaba bastante concentrado en lo que hacía y estaba quedando impecable.

Nos repartimos las labores y otras las hicimos juntos, lo cual fue bastante divertido, nada comparado a hacerlo por obligación de un enano, situación que solía provocar mucha preocupación en Eren para que todo quedara perfecto. Ahora está tranquilo.

Limpiamos las ventanas, él desde afuera y yo desde adentro, lo hicimos al mismo tiempo para que fuera divertido ver al otro, así como también limpiamos el suelo juntos e hicimos la cama.

Eren se encontraba lavando unas lechugas que coseché para poder guardarlas. Al verlo ensimismado, quise acercarme y abrazarlo por sorpresa, sin embargo, no me di cuenta de que el suelo estaba mojado, pues había caído agua de la que estaba usando Eren en ese momento mientras lavaba, por lo que resbalé y nunca entenderé como, pero él logró voltear y atajarme entre sus brazos antes de caer.

-Perdón, secaré luego- se disculpó en cuanto nuestras miradas se cruzaron.

-N-no es nada, yo debí tener cuidado- sentía calor en mis mejillas, él se veía muy guapo y preocupado por lo que me acababa de pasar. Por alguna razón no nos movíamos, solo nos quedamos mirando el uno al otro un rato. Me acomodé un poco, pues seguía en la misma posición entre sus brazos y a pesar de ya estar estable con mis pies en el suelo, no me soltó. Comenzó a inclinar su cabeza, de modo que nuestros rostros quedaron cerca, entonces noté nuestras respiraciones algo profundas y de un momento a otro estábamos besándonos. Rodeé su nuca con mis brazos y él aprovechó su agarre para acercar más mi cuerpo al suyo.

-Ten cuidado, no quiero que caigas- dijo con voz tranquila luego de separarnos, yo solo asentí con la cabeza. Iba a apartarme pero Eren todavía no me soltaba. Me dio otro beso sobre los labios, pero esta vez fue corto y finalmente me soltó. Luego se eso, sonreí y salí de la cocina para seguir haciendo limpieza.