Especial navideño

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Aviso: En este capítulo la historia transcurre en la época actual.

Eren' POV:

Estoy preparando la cena navideña debido a que Mikasa tardará en llegar a casa, pues ella se encuentra trabajando. Yo también tuve trabajo hoy, pero debido a la festividad nos dejaron ir antes, lamentablemente no fue ese el caso de mi pareja.

Cuando llegué a casa, antes de comenzar a preparar la cena, tomé una ducha, sequé mi cuerpo y cabello para luego elegir un atuendo cómodo y que espero que a Mikasa le parezca atractivo; unos jeans negros, al igual que los zapatos, además de una sudadera color crema. Peiné mi cabello largo e hice una coleta baja, luego bajé al primer piso y me dirigí a la cocina.

Ahora me encuentro cortando algunas verduras después de haberlas lavado mientras escucho canciones de Artic Monkeys. De pronto veo que es hora de darle comida a Nick, nuestro Border collie al que adoptamos en un refugio de animales rescatados hace dos años. Él se emocionó al verme con su plato lleno de comida, en cambio, Betty, nuestra gatita negra se mostraba totalmente indiferente acostada en el sofá, al parecer había estado durmiendo. A ella la rescató Mikasa de la calle hace unos cuatro años atrás.

Volví a la cocina, me lavé las manos y seguí cocinando hasta que de pronto escuché la puerta de la casa siendo abierta, por lo que nuevamente dejé mi labor de lado. Vi a Mikasa agotada, pero se alegró al ver a Nick saludándola animosamente. En cuanto me vio, su cara se volvió a una de alivio, probablemente porque sabía que podría relajarse en mis brazos y fue justamente eso lo que ocurrió.

-¿Cómo te fue?- pregunté mientras acariciaba su cabello.

-Bien, pero estoy muy agotada- habló en un volumen bajo debido al cansancio.

-Ve a tomar una ducha y a ponerte pijama, yo estoy haciendo la cena- sugerí.

-No quiero dejarte todo a ti, además tú te vestiste bien, no me pondré pijama.

-Está bien, pero de todos modos toma una ducha, te ayudará a relajarte- le di un beso en la frente y se fue.

Otra vez volví a la cocina a continuar con mi labor. A pesar de que la comida era solo para los dos, se tardaría un rato en estar lista y de todos modos estaba haciendo todo con calma, pues sabía que Mikasa querría corroborar que todo estuviera bien antes de que pusiera la carne en el horno, salteara las verduras y comenzara a preparar el postre.

Ella apareció en la cocina con el cabello aun algo húmedo, traía puesta una falda café que le llegaba un poco más arriba de los talones, un sweater del mismo color que mi sudadera y la bufanda roja que le regalé cuando aun no confesábamos nuestros sentimientos. Lo comentaré brevemente; fue un día que estábamos saliendo de la casa de Armin, que es uno de nuestros amigos en común, ella no pensó que haría tanto frío, así que no se abrigó lo suficiente y se encontraba abrazándose asimisma, por lo que le ofrecí mi bufanda, ella se veía muy tierna, por lo que cuando quiso devolverla, le dije que se la quedara.

Pusimos la carne en el horno que ya se encontraba precalentado e hicimos el resto de cosas que faltaban mientras tomábamos un poco de vino y hablábamos sobre nuestro día en el trabajo.

Después de un buen rato de espera, finalmente nos encontrábamos en la mesa cenando y bebiendo vino, pero no lo suficiente como para emborracharnos. Luego de terminar el postre, levantamos los platos y fuimos a la sala de estar, nos sentamos en el sillón y buscamos alguna película navideña en Netflix a la cual no le prestamos mucha atención, pues estábamos en nuestro propio mundo, hasta que finalmente dieron las doce de la noche.

Mikasa se levantó y sacó uno de los regalos que había bajo nuestro árbol navideño para entregármelo. Rompí el papel emocionado el cual envolvía un bolso café muy elegante, pero eso no era todo, ella tenía otro regalo para mí, había tejido una bufanda, un gorro y unos calcetines gruesos para el invierno, ella es muy talentosa y sé que los hizo todos con mucho amor, por lo que le agradecí emocionado. Luego fui yo quien se dirigió al árbol para entregarle su regalo, el cual consistía en un collar que tenía un cristal pequeño al medio, además de un vestido largo muy del estilo de los que suele usar ella en su día a día.

Nos abrazamos y luego le dimos los regalos a Nick y Betty, que basicamente eran juguetes estimulantes para ello.

Antes de acostarnos, lavamos la loza y limpiamos los lugares en los que habíamos estado. Una vez en la cama nos abrazamos de nuevo.

-Feliz navidad, Eren- la voz de Mikasa sonaba somnolienta.

-Feliz navidad, Mikasa- nos besamos una última vez y nos quedamos dormidos rápidamente debido al cansancio acumulado durante el día.

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si gustan, más adelante puedo ahondar más en este universo que creé para Eren y Mikasa.

La cabaña [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora