Capitulo 1

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Levi ya estaba harto.

El vuelo lo paso en un incómodo asiento, junto a él iba un hombre comiendo frituras de queso y chupando sus dedos, con un olor a sudor que lo tenía con ganas de encerrarse en el baño del avión y no volver a salir hasta que terminara el viaje.

Y cuando finalmente salió del aeropuerto vio a Kenny con su antigua camioneta desgastada de color rojo que parecía que se cae a pedazos.

Camioneta que poseía Kenny desde que Levi tenía memoria.

Maldijo haber cedido a los deseos de su madre.

Y maldijo a Kenny con su estúpido sombrero de vaquero sucio y sonrisa de burla.

Kenny se acercó apresurado a Levi, el aspecto desaliñado con pantalones gastados y camisa de cuadros, barba de quizás cuantos días y masticando goma de mascar con la boca abierta.

Su aspecto vaquero nunca cambiaba.

—¡Llego mi sobrino favorito! —Grito Kenny mientras abrazaba a Levi, Levi sintió un olor a sudor que lo hizo arrugar la nariz, pero correspondió el abrazo de igual manera. —No le creí a tu madre cuando dijo que vendrías, es más probable que se caiga un avión antes de que vengas a visitarme. 

—Bueno aquí estoy—Dice Levi mientras observa a su alrededor sin darle mucha importancia a la sonrisa burlona de Kenny y sus ojos brillosos de algo que Levi no quería indagar, después de todo nunca se sabe que intención tiene Kenny—Veo que tienes tu misma camioneta.

Kenny dio una carcajada que hizo que la gente a sus alrededores interrumpiese lo que hacían para mirar a Kenny con el ceño fruncido por su fuerte carcajada, Levi se alejó un poco de Kenny desviando la mirada.

Su risa probablemente se escuchaba hasta el pueblo y Levi se aferró a su maleta.

—¿No te gusta tu carroza princesa? —Se burló Kenny mientras se balanceaba en sus pies—Una lástima, recuerda que es un viaje de cuarenta y cinco minutos hasta el pueblo.

Levi suspiro y puso los ojos en blanco al recordar los minutos que estaría en esa camioneta con Kenny.

En un día que harían treinta y dos grados en una camioneta que estaba seguro de que no tenía aire acondicionado.

—Pff—Resoplo Kenny mientras caminaba hacia la camioneta, Levi lo siguió a paso apresurado sin perder más el tiempo—¿Tan citadino estas como para ser tu mayor tortura ir en una camioneta con tu tío?, espero que las grandes comidas que comes en las premiaciones no te hayan hecho olvidar lo que es comer un buen pescado frito.

Cuando Levi abrió la puerta del copiloto un fuerte olor inundo sus fosas nasales, el olor a algo podrido lo mareo, la camioneta estaba repleta en polvo y el asiento con distintas manchas, papeles de comida y para el alivio de Levi las botellas que había en el suelo de la camioneta eran coca colas.

—¿No está lo suficientemente acolchado mi princesa Levi? —Río Kenny mientras palmeaba el asiento del copiloto—¿así está bien señorita?

—No le haría mal una limpiada no crees? —Mascullo Levi rápidamente, sin pensarlo más se sentó rápidamente y se puso el cinturón.

—Aún no está tan sucia—Dijo rápidamente Kenny, bajo su mano hacia la llave para tratar de encender la camioneta, giro otra vez y Levi pudo ver como Kenny fruncía el ceño—Esta puta mierda funciona cuando se le da la puta gana. —Gruño Kenny, siguió girando la llave, le dio un puñetazo a un lugar cerca del manubrio y finalmente encendió.

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