Y se quedó con la promesa, la atesoró dentro de su corazón durante unos momentos, mientras que la agencia ardía en un verdadero caos. Simplemente se quedó con el celular en la mano y una sonrisa trémula, con la piel floreciendo en pequeños pétalos de satisfacción; una alegría que hacía bombear su sangre en fuentes dulces y suaves. Se quedó con esas últimas palabras sin entender porque todos armaban un alboroto, pero tampoco le importaba, sus palabras resonaban en su cabeza como un mantra tranquilizante. Podría esperar hasta su llegada. Luego sería otra vez un manojo de nervios.
Salió de su trance involuntariamente, cuando Kunikida lo tomó por los hombros y empezó a regañarle por alguna indecencia. Apenas pudo apartar las mariposas que nublaban su mente sin entender ni una solo palabra de aquel monólogo lleno de furia y su superior.
-¿Dije algo malo?- preguntó en medio de las palabras de Kunikida.
El mayor casi echa espuma por la boca, hasta que Dazai intervino e intentó soltar a Atsushi del agarre sin demasiado éxito.
-Suéltalo, Kunikida, está perdido. Yo te dije que debíamos quemar su ropa antes que se corrompiera por completo, ya no tiene salvación.
-¿Salvación? Dime ¿de quién saco esa indecorosa forma de decir las cosas? Tú lo corrompiste primero- arguyó el rubio soltando a Atsushi y tomando a Dazai.
Atsushi no entendía ni una sola palabra.
-¿Indecorosa? Pero no dije nada malo.
Los dos adultos detuvieron su pelea para mirarlo. Yosano soltó una carcajada.
-¿Entonces qué haces metido en su habitación? ¿Jugar twister?
Arqueó una ceja confundido por alguna indirecta que no había entendido.
-Hablar, ¿por qué jugaríamos twister en su habitación?
Todos se quedaron callados por un segundo, los adultos se miraron y después de un rato a Yosano le fue imposible contener otra carcajada. A todos se les había olvidado por un segundo que hablaban de Atsushi. Él jamás revelaría su intimidad sexual tan a la ligera. No, era demasiado inocente para eso. A todos se les hizo evidente que en realidad el más joven ni siquiera había pensado en la segunda connotación de sus palabras. Dazai estuvo a punto de echarle en cara las marcas en el cuello argumentando que no sabía que esa era una manera de hablar, pero se arrepintió al instante, pensando que lo que menos necesitaba en ese momento su subordinado era que le señalaran su desenfrenada vida sexual. Kenji rompió el silencio.
-Yo creo que el hombre del sombrero es genial- dijo de manera alegre levantando la vista de un sombrero de palma que le tejía a Kyoka- es fuerte y aunque grita mucho se ve que se preocupa por los demás.
-Nakahara-san siempre tuvo más consideración por los de jerarquía más baja- agregó Kyoka con la mirada baja y las mejillas un tanto coloradas- creo que si Atsushi está bien, todo está bien.
-Además, ¿escucharon como le habla?- gritó Naomi con una sonrisa radiante abrazándose a su hermano- ¡es tan tierno! ¿Por qué tú no me hablas así?
Y mientras los hermanos Tanizaki se peleaban Haruno apareció acariciando a su gato.
-No creo que haya necesidad de hacerlo venir, Atsushi-kun ya nos contó los lineamientos que marcaron para formalizar su relación. Intervenir de más será una indiscreción.
Con casi mitad de la agencia a favor su favor los mayores se miraron, y él se sentía un tanto agradecido, sentía que el peso de sus hombros disminuía un poco, aunque solo un poco, pues toda su ansiedad retornó al ver que Kunikida y Dazai se miraban como si le consultaran al otro cómo convencerlos de lo contrario.

ESTÁS LEYENDO
Shy time
Fiksi PenggemarAtsushi tiene una cita con uno de los ejecutivos de la mafia, pero debido a cierto agente se ven descubiertos.