Jsjsjsjssjsjsjsjssjsjsjsjsjsjsjsjssjsjsjssjsjsjsjs. POR FAVOR PERDÓNEME JAJAAJAJAJAJAJAAJAJ. Olvidé publicitar este extra desde que edite la historia jajajaajajajajajajaajsjajsjssjsjsjsjsjsjsjsjssjsjuna disculpa a todxs, este escritor es un poquititín descuidadx jajajaajajs. Esperoooooo que lo disfruten.
Hasta entonces Atsushi había amado las reuniones. Siempre que la agencia organizaba algo el ambiente resultaba agradable y divertido. Ellos eran una gran familia que solian llevarse demasiado bien en cualquier contexto. Jamás sospechó que las cosas que ellos hacían eran exclusivas de su entorno tan acogedor. Es más, nunca pensó que podrían existir reuniones fuera de esos lineamientos.
Hasta entonces.
Sabía que su presencia en aquel lugar está fuera de lugar. Así se sintió desde que dio el primer paso en aquel gran salón. Todo era demasiado lujoso, desde las cortinas de damasco hasta la elegante alfombra persa. Aquel no era su sitio, volvió a decirse al notar el ambiente opresivo que invadió el salón en cuanto llegaron. Ni la mano de Chuuya que lo sostenía con apoyo pudo detener su primer instinto de dar un paso hacia atrás.
Quería irse a casa.
Chuuya le había dicho que no era necesario que fuera, bajo sus propias palabras: "solo es una reunión insignificante". Dudaba que aquello fuera algo insignificante. No solo la cantidad de personas invitadas era amplia, sino que cada uno de los miembros eran parte o estaban relacionados con la mafia. Si lo pensaba con frialdad su aparición en ese ambiente solo era una bomba de hostilidad. Al ver a cierta gente deseo ignorar las relaciones que los habían llevado hasta ahí.
Su novio apretó su mano, preguntándole con la mirada si todo estaba bien, y con una sonrisa trémula se vio obligado a asentir. No quería arruinarle esa noche, por más incómodo que se encontrara ante la mirada inquisitiva de toda esa gente.
Todo era culpa de Mori.
Si tan solo no le hubiera mandado dos invitaciones a Chuuya para esa fiesta, todo hubiese sido más fácil. Pero no. Tenía que mandar las dos para dejar en claro que ansiaba la presencia de ambos. Era un plan agresivo y directo. Un ataque que los dejó a ambos mudos y esperando una resolución del otro. Atsushi sabía bastante bien que Chuuya no le obligaría a asistir a una fiesta si él no lo deseaba. Mas, también sabía que retar de esa manera al jefe de la mafia podría considerarse una falta grave. No quería provocarle problemas en su trabajo. Pensó rebanándose el cerebro en una solución, hasta que finalmente determinó que lo mejor y más sencillo era asistir al evento.
Nada podía salir mal. Solo eran seis horas de su vida.
Tropezó con la alfombra al seguir a Chuuya por el salón.
-¿Estás bien?- inquirió su novio reforzando su agarre.
No sabía por qué razón en ese ambiente sentía que era incorrecto tomarlo de la mano, no obstante tampoco intento deshacer el contacto. Sospechaba que algo malo podía ocurrir si lo soltaba.
-Sí- tartamudeo en una voz extremadamente baja, acercándose aún más a él- solo estaba viendo los cuadros- mintió regándole una sonrisa.
Los cuadros también debía ser muy costosos, incluso piezas únicas de pintores demasiado exclusivos.
-¿Estás seguro? Estás muy pálido, si no te sientes cómodo podemos...
-Chuuya- saludó Kouyo haciéndose paso entre la multitud para llegar hasta ellos, sus ojos rojos brillaban de alegría al ver a su aprendiz, hasta que se dio cuenta de su presencia. Una mueca de desagrado se dibujó en su rostro- Lo trajiste.

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Shy time
FanfictionAtsushi tiene una cita con uno de los ejecutivos de la mafia, pero debido a cierto agente se ven descubiertos.