Kaigaku era un joven de 15 años quien vendía carbon y durazno un día quiso ir a verder para que sus hermanos tengan un regalito de navidad pero.... al día siguiente se había encontrado con su familia toda masacrada el único que había sobrevivido era...
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Kaigaku había logrado quitarle la cabeza al demonio, pero termino cayendo al suelo
Kai–lo logré, la explosión de truenos no están fuerte, pero utilice su ataque para ganar poder y envolver las flechas.
Yaba–¡Maldito! ¿¡Como te atreviste hacer esto!? ¡Solo necesitaba tu cabeza con eso ganaría finalmente su aprobación! ¡No te perdonaré, no te perdonaré, no te perdonaré, no te perdonaré, lanzaste mi cara a esta vil suciedad, te juro que morirás conmigo!
El demonio hizo que flechas aparezcan en el cuerpo del cazador que dirigían en diferentes direcciones
Kai–no, me atrapó, su fuerza es mucho mayor a la de cualquier flecha con la que me golpeó, debo defenderme en un movimiento a la vez si no mi cuerpo será aplastado.
Kaigaku era arrastrado por la flecha que lo dirigía a un muro de ladrillos para estamparlo ahí
Kai–¡Cuarta postura: truenos eléctricos!
El pelinegro se libero del agarre de la flecha dejándolo caer al suelo, pero otra flecha apareció por abajo haciendo que arrastre su cuerpo hacia arriba
Kai–mi cuerpo está bajo de tanta presión, no puedo blandir la katana, has algo, realiza una técnica, no te dejes golpear, no aquí, segunda postura: disparoteo de truenos.
El de ojos turquesa realizó la postura, pero otra flecha apareció desde arriba llevándolo para abajo y estamparlo contra el techo de la casa
Kai–¡Truenos furiosos!
El cazador estaba usando algunas de sus posturas para evitar el golpe, pero le era muy difícil, ya que todo su cuerpo le dolía
Kai–jamas había usado tantas posturas consecutivas, siento como si fueran arrancarme los brazos.
Yaha–aun no es suficiente, no he terminado contigo, sufre, sufre, sufre.
Kaigaku era llevado a todas las direcciones, pero el realizaba una postura tras postura para detener el golpe
Kai–¿Cuánto más durará, cuando terminara?, no lo pienses, continua con las posturas ¡Tienes que realizar más!
Yaba–no es suficiente, aún no, todavía no.
Le demonio se desintegró por completo, haciendo que las flechas desaparezcan dejándolo caer al suelo, mientras intentaba recuperar el aire
