Capitulo 4

168 30 0
                                    


El peliverde no sabía a qué se refería con esa pregunta y su repentino cambio de actitud. Sabía que las cosas se estaban saliendo de control.

-¿Dejaste que ese maldito demonio se apoderara de tu cuerpo? - preguntó, lleno de furia, y con eso no solo le dio la respuesta al joven atado, sino que también supo lo que debía hacer.

-No solo le di mi cuerpo, mi sangre y mi alma le pertenecen a él y solo a él. Veo que tu plan no funcionó después de todo - se burló Izuku -. Katsuki, ya basta de jugar, te necesito. Es hora de vengar a mis padres – la runa en su muñeca brillo sin causarle dolor y sintió la conexión con el demonio

Antes de que siquiera Tomura se pudiera acercar al peliverde, un aura roja apareció en su camino, dejando ver al enorme demonio con cuernos y alas negras. Su mirada era demasiado pesada, y se podría jurar que solo con ella era capaz de matar a cualquiera que estuviera en frente. Katsuki, con un ligero movimiento de su mano, hizo que las ataduras del joven se disiparan, lo que provocó que el peliverde perdiera el equilibrio. El demonio lo sostuvo con una de sus manos sin dejar de mirar a Tomura y, posteriormente, frente a los ojos de este, lo besó intensamente, causando un efecto electrizante en Izuku y todas las heridas producidas por las cuerdas fueron cerradas como si nunca hubieran aparecido.

Tomura, cegado por la ira, intentó atacar al demonio, pero solo con una mirada intensa del demonio no pudo mover ni un centímetro de su cuerpo. Sintió como el poder demoníaco que había conseguido en el pasado desaparecía, dejándolo como un simple humano. Tomura no entendía lo que estaba pasando. ¿Por qué ese demonio era más poderoso que Kurogiri?

-¿Qué clase de demonio eres? - cuestionó frustrado, pues todos sus esfuerzos se habían esfumado cuando el joven Izuku invocó a Katsuki.

-¿Sorprendido de que tu pequeño demonio no pudo conmigo? - preguntó el demonio de manera arrogante, sosteniendo al peliverde de la cintura con posesividad.

Tomura, sintiéndose impotente y desconcertado por la situación, miró con incredulidad la escena que se desarrollaba frente a él. El beso electrizante y curativo que compartió con Izuku dejó claro que tenían una conexión profunda.

Mientras tanto, Izuku se sentía revitalizado y liberado de las ataduras que lo habían restringido. Ahora, parecía dispuesto a enfrentarse a Tomura, pero Katsuki lo detuvo con una mirada. El poder de Katsuki era abrumador, y Tomura, una vez orgulloso de su habilidad con la magia oscura, se sentía completamente impotente frente a este nuevo enemigo.

Katsuki habló con una voz gutural y siniestra que parecía resonar en los huesos de Tomura. - Pensaste que podías quedarte con lo que me pertenece, humano. Pero mi conexión con Izuku es mucho más fuerte de lo que jamás podrías comprender. Ahora, me pertenece por completo, y su sed de venganza se convertirá en mi voluntad.

-En cuanto al demonio de pacotilla que tenías como aliado déjame decirte que regreso al inframundo donde enfrentara su castigo por intentar detenerme – agrego con un tono burlesco

-Imposible, ese demonio era poderoso, capaz de crear portales y hechizar a la gente sin mencionar el poder que me otorgo, era poderoso, nadie podía contra mi – grito con ira lleno de desesperación

Katsuki sonrió de lado – Kurogiri no es nada a mi lado, pues estas ante el rey mismo, yo Bakugo Katsuki soy el rey de los demonios nadie puede superar mis poderes y quien se atreve a retarme termina mal – Miró arrogante al simple humano frente a él

-De hecho, Kurogiri supo desde un inicio que no podría conmigo y solo te dio tiempo para que intentaras completar tu patético plan, pero realmente yo solo le di tiempo a mi Deku para que me invocara, no importa donde esté yo llegaré a él solo con una simple orden -

Izuku, ahora bajo el control de Katsuki, se acercó a Tomura, quien seguía paralizado por la mirada del demonio. Aunque había perdido sus poderes, Tomura aún albergaba la rabia y el deseo de venganza en su interior.

Katsuki sonrió de manera despiadada y susurró en el oído de Izuku - Deja que este humano sienta el mismo dolor que tus padres sintieron antes de morir. - Izuku asintió y miró a Tomura con ojos llenos de malicia.

Tomura sufrió el mismo dolor y sufrimiento de parte del joven Izuku, ya que el demonio le entregó el poder para despedazar al ser frente a él. Poco antes de acabar con su vida, el peliverde no pudo evitar recordar ese fatídico día en la mansión, recordar la última cena con sus padres y el hecho de que entraron alrededor de diez personas encapuchadas. Lo que lo hizo preguntarse: ¿Quiénes eran las otras personas?

-Te daré una pequeña gota de clemencia - comentó el peliverde, mirando a Tomura directamente a los ojos, mientras este último se desangraba por todas las lesiones que le causó. - Si tú asesinaste a mis padres, ¿quiénes eran las otras personas que iban contigo? - preguntó con un aura que era imposible negarse a responder.

Con voz entrecortada por el sufrimiento, Tomura finalmente respondió: - Eran demonios de bajo rango, humanos que fueron transformados en demonios sin poderes de uno, simples herramientas para completar la tarea que les encomendaron.

-Ya es suficiente -, gruñó el demonio. - Hemos obtenido lo que necesitábamos. Este humano no merece más de tu tiempo, Izuku. - Con un gesto de su mano, Katsuki infligió un último golpe a Tomura, dejándolo gravemente herido y al borde de la muerte.

El demonio y el humano vieron por última vez a Tomura, quien estaba convulsionando, dando su último aliento. Al fin, la venganza que anhelaba el peliverde se completó. Ahora solo faltaba la última parte del trato. El demonio tomó en sus brazos a su Deku y, con sus poderosas alas, se dispuso a volar para salir de ahí y llevarlo de vuelta a la mansión, donde cumplirían con la parte final del contrato.

Llegaron a la mansión, el demonio llevó al joven humano a la habitación que compartían.

- Descansa, Deku, Te dejaré disfrutar la sensación de la venganza - y lo besó con lujuria, un beso lleno de deseo. Luego lo recostó. El demonio no quiso tocarlo. Esa noche, quería que el joven sintiera la resolución de su venganza y comenzara a considerar que era hora de cumplir con su parte del trato, además quería preparar todo para hacerlo especial pues ese demonio deseaba al peliverde, ya no solo quería consumir su alma, deseaba que gobernara a su lado y notó la verdadera esencia del peliverde, pero eso se lo contaría al dia siguiente. Hoy lo dejaría dormir.

NUESTRO CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora