Sam
Estaba arreglando mis cosas para irme a la escuela, ayer el día no estuvo taan fatal, bueno sí, pero poco. Pero mis días siempre son tan... repetitivos. De igual manera, ya me acostumbré. Cuando terminé de arreglar mis cosas, baje para desayunar, cuándo baje estaba mi papá con mi mamá; se encontraban desayunando mientras hablaban de su trabajo, en cuanto me vieron me dieron una sonrisa y dejaron de hablar de eso.- Buenos días, Sam. - Dijo mi papá mientras se acercaba y me daba un beso en la frente, sonreí ante eso.
- Buenos días, papá. - Le respondí con una sonrisa, mi mamá solo me miro con su semblante serio.
- Buenos días, Samantha. - Dijo con frialdad en sus palabras.
Eso también es algo de lo que ya me acostumbré... mi relación con mi mamá no es la mejor, trato de sobrellevarla. Pero con mi papá es todo lo contrario, mi relación con el es excelente. Me giré a la barra, tomando la cafetera y sirviendo algo de café en mi taza, me senté en la mesa, tomé de mi café y de la nada me llegó una notificación, era un número desconocido. Deje mi café en la mesa mientras alzaba una ceja, cuándo abrí la notificación, rodeé los ojos al ver el mensaje.
Número Desconocido
- Hola, muñeca.
- ¿Cómo conseguiste mi número?
- Tengo mis contactos, linda. Supiste muy rápido quién era.
- Pues no hay otro acosador que me diga por esos apodos, que ya te dije que no me digas así.
- Okey, muñeca. Nos vemos en la escuela.
Eso fue lo último que conteste, lo deje en visto. ¿Cómo había conseguido mi número? ¿Qué contactos tiene que se lo pasaron?, me levanté de la silla y suspiré algo cansada, no quería ver a ese chico de rastas. Mis papás me vieron con una ceja alzada, los mire y le di una sonrisa a mi papá, me devolvió la sonrisa y salí de la cocina sin decir nada, subí rápido al bañó y lave mis dientes. Baje y agarré mis cosas, salí de la casa y decidí ir caminando hacía la escuela.
Al llegar a la escuela fui hacia mi casillero a guardar mis cosas, sentí unos brazos rodear mi cintura, me espanté por un momento pero luego sentí que no eran unos brazos masculinos, sino, unos femeninos, era Malia, le sonríe y le di un abrazo, que correspondió de inmediato.- Hola, Sam. - Me saludo con una sonrisa, me dio un beso en el cachete y me miró.
- Hola, Mali. ¿Por qué no viniste ayer? me dejaste sola como perro. - Dije haciéndome la enojada, ella río levemente por lo último que dije y suspiro.
- Me dio flojera, exagerada. Eres peor que un novio tóxico. - La miré con mi semblante serio, ella me sonrió haciéndose la inocente.
- Ahg, en lo que no estuviste, se me olvidó contarte de un chico que conocí, mega fastidioso. - Ella alzó una ceja, esperando que dijera más, pero antes de que pudiera hablar, escuché la voz del mencionado anteriormente.
Me giré recargandóme en mi casillero, mientras lo miraba seria. Malia lo observó detalladamente, Después me volteo a ver con una cara de intriga, sabía que con esa cara me estaba preguntando si era ese chico, asentí levemente y ella sonrió coquetamente, rodeé los ojos y después volví a mirar al chico.
- Hola, Sam. - Me sonrió coquetamente, después miro a mi amiga con la misma sonrisa [fingiré que eso no me molestó eso]. - Hola, amiga de Sam.
Mi amiga solo lo miro y no respondió, yo seguía seria, pero aún asi le respondería su tonto saludo, porque yo no soy maleducada.
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𝔖𝔬 𝔩𝔢𝔱 𝔪𝔢 𝔦𝔫𝔱𝔬 𝔶𝔬𝔲 | 𝔗𝔬𝔪 𝔎𝔞𝔲𝔩𝔦𝔱𝔷
Fanfiction-¡No, no lastimas a la persona qué amas! -gritó mi linda pelinegra con los ojos cristalizados. -¡Pues déjame decirte qué yo no te amo, todo lo que dije era mentira! -grité yo también, y no podía creer lo que había dicho. La había cagado, estaba segu...