Número Ocho - Kugelblitz [] Número Cinco & Tú

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╰┈➤ Return 2019

Contemple el atardecer de tonalidades cálidas, el sol ocultándose para darle pase a la noche, la luna y las estrellas en aquella granja ubicada en Texas.

—Es hora de irnos —escuche la voz de Número Cinco detrás mío y despegue la mirada del ventanal para prestarle atención solo a el.

—Déjame ayudarte —toque los botones de su camisa y los abroche.

Espero que cuando regresemos, deje atrás el uniforme de la Academia Umbrella.

—2019 puede esperar —sugiere y yo sonrió al recordar lo que paso minutos atrás con Número Cinco.

Aquel momento fue especial, torpe e inocente a pesar de nuestra edad ya avanzada.

—No hay que hacer esperar a los demás, Cinco —le reprocho e intento peinar su cabello oscuro a un lado con mis manos, para que se vea mas impecable—. Ya está.

—Gracias —beso mi mejilla y salimos de la habitación tomados de la mano, yendo hacia la sala en donde están reunidos los Hargreeves.

En ese momento, observando perpleja mi mano entrelazada junto la mano de Número Cinco, me di cuenta que oficialmente, el y yo nos habíamos convertido en pareja y que no iba a ser un secreto para los demás.

Ya no más vaivenes, ya no más secretos. No existía nada que nos separara ahora, absolutamente nada.

—Es hora —declaró Número Cinco y me miró directo a los ojos por un tiempo indefinido, sus ojos esmeraldas brillaban como lustres, parecía estar emocionado debajo de esa expresión severa.

Salimos en silencio de la casa de Sissy, asimilando el hecho de que nos iríamos de Dallas, dejando atrás lo que alguna vez fue un total desconcierto aterrizar en los años 60's para que en el transcurso del tiempo, aprendamos a adaptarnos a una nueva vida lejos de lo conocido.

La mano libre de Número Cinco sostuvo el maletín y me mantuvo a su lado cuando formamos un círculo en el patio.

Los Hargreeves se miraron entre sí y asentimos, preparados para regresar a 2019, a nuestra vida.

No quise pensar en los Grey's, me había ido sin despedirme...

—Un momento —interrumpió Klaus y como si fuera un niño con lombrices en el estómago, se fue corriendo hacia un rincón de la granja para hallar un sombrero viejo.

—Cinco dólares y lo dejamos —mascullo Diego a un lado mío y le di un codazo en las costillas.

—Ahora si —Klaus volvió a su lugar con una sonrisa y un sombrero que le queda bastante bien.

Apoye mi mano en el hombro de Cinco, quien es el encargado de abrir el maletín por completo.

Suspire, desconocía que es lo que me esperaba en 2019, también la gran consecuencia de mis actos en mi estancia aquí en Dallas, pero de lo que si estaba segura, es que no me separaría de la Academia Umbrella nunca más.

El maletín fue abierto y una bola de energía fue liberada, absorbiendo a todos en el proceso.

2019, ahí voy, otra vez.