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2019, otra vez

Dicen que viajar en el tiempo es una lotería.

Uno de los sueños del hombre siempre ha sido viajar en el tiempo para cambiar la historia o el destino, conocer los números de la fortuna antes que nadie o evitar catástrofes.

He tenido el privilegio de viajar al pasado al lado de los Hargreeves, años atrás sin aún haber nacido, ignorando por completo que existía reglas básicas para no meter la pata y arruinar toda una línea temporal.

Y después de mucho tiempo, aceptando que era hora de regresar a donde comenzamos juntos y retomar nuestras vidas en el tiempo que nos pertenecía, en un abrir y cerrar de ojos, nos encontrábamos justo en el vestíbulo de la Academia, dejando atrás los años 60's en Dallas, Texas.

-Oh mierda -solté un quejido.

El abrupto impacto del aterrizaje me ha mareado, que bueno que nunca más volveré a viajar a través de los maletines de la comisión.

-¿Que día es?

Impacientes, cogimos entre todos el periódico que se ubicaba en la mesa central del vestíbulo y buscamos entre tantas letras, la fecha actual.

-2 de Abril de 2019 -Número Cinco confirmó-. El día después del apocalipsis.

-Entonces lo detuvimos...

-Se terminó -asentí aliviada.

-¿Hicimos algo bien? -la incertidumbre provocó que empezáramos a reír, ansiosos.

Y cuando iba a festejar con mis hermanos, Número Cinco me abrazo por los hombros y me acerco más a el, tomándome de sorpresa, ya que el no es tan cariñoso.

-¡Es increíble! -exclamó Klaus emocionado-. No se ustedes pero yo necesito un trago, ¿deseas alguno, querida ______?

-Klaus -le reprocho Número Cinco.

-Un yonke -respondí ignorando la desaprobación de Cinco y recibí un apretón en mi cintura de su parte-. En realidad, necesito varios -agregue sonriente al ver la molestia del ojiverde.

-Sí, yo igual -se unió Vanya.

-¡Wuju! A emborracharnos hasta el amanecer -celebró Klaus y me aparto de Número Cinco de un tirón-. Vamos, vamos -prácticamente me arrastro hacia la sala.

Brinque animada cuando llegamos al bar y halle dentro de las vitrinas los licores finísimos de distintas marcas, sabores y colores, una gran variedad.

-Es el paraíso -suspire encantada.

Me encargue de elegir mi trago adecuado, sin excederme, ya que Klaus opto por preparar una extraña mezcla de diferentes licores que probablemente nos intoxicaría a todos.

-Blue Label -leí la etiqueta de una botella de whisky y le mostré a Número Cinco que me vigilaba desde un extremo de la sala-. ¿Que tal?

El negó al ver la etiqueta y yo asentí para llevarle la contraria.

Me mordí la lengua cuando pronunció mi nombre en tono de advertencia y antes de que me asesine por fastidiarlo adrede, fui hacia la gastada barra de la Academia a servir los tragos.

Y mientras el liquido rubio del champagne se vertía en las copas de cristal, intente ignorar el extraño hormigueo que recorría todo mi cuerpo, como si una energía pesada me envolviera y no me dejara en paz.

Creí que se trataba de Vanya y la extraña conexión que teníamos, pero se que no era ella está vez.

A pesar de haber estado lejos de la Academia por un tiempo, ya no sentía cierta familiaridad como antes al recorrer el lugar, sentía que todo lo que tocaba era totalmente prohibido para mí.

Número Ocho - Kugelblitz [] Número Cinco & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora