2

88.9K 5.3K 154
                                    

Akira.

Maldito viejo de mierda.

Todo lo que es es un inconsciente.

Estuve a punto de exponerlo ante toda la clase que es de los clientes más frecuentes en el club, es de los clientes que pide cosas que a uno no se le ha imaginado. No lo hice tal cual. Pero le dejé una pequeña advertencia.

El sabe que con sus fetiches raros podría arruinar su carrera. Podría cobrarme por lo que pasó hoy.

Pero no puedo.

No me conviene, pero eso no quiere decir que si sigue siendo un idiota no lo expondré.

Soy una persona vengativa.

Yo trato como me tratan.

Y si alguien quiere joder conmigo que se prepare porque le enseñare como se hace.

Todo esto es mi vida.

El club, que más que ser un club sexual, es donde las personas son libres, liberan con extraños sus más sucios deseos, y se los cumplimos.

Desde que entré acá, no he tenido sexo con ningún cliente. Eso lo sabe cada persona que quiere mis servicios que son exclusivamente, amarrar, esposar, humillar, y como me dicen, a dominar entre otras cosas.

Este "trabajo" me sirvió a llevar mi vida después de todo lo que he pasado. Aprendí muchas cosas. Cómo: que tener sexo no es la única manera de sentir placer, eso se puede sentir haciendo distintas cosas, por ejemplo, a mí me da placer amarrar a hombres.

Hacerlos suplicar.
Y a ellos les da placer ser amarrados y suplicar.

Es algo donde ganamos ambas partes.

En mi vida diurna me dedico a estudiar administración de empresas.

Me encanta todo lo que tiene que ver con administrar, contabilidad y todas esas cosas. Que puedo decir, soy fan de los números, y eso es especialmente porque me gusta el dinero.

Y no el de cualquiera.

Me gusta mi dinero, porque aprendí a ganarlo como también poder gastarlo sin culpa.

Ganar dinero, y gastarlo sabiendo que es solo mío, que yo me esfuerce por él, se podría decir que me da placer. No, no es placer. Es satisfactorio que nadie me controle ni me pueda manipular con dinero.

Por eso algo tan mundano como trabajar para conseguir mis cosas me satisface.

Me hace sentir en control.
Porque si ocupo el dinero de alguien más, no sería lo mismo, porque no podría tener control sobre él. Ya que, de una u otra manera encontrarían la forma de hacer que siga sus órdenes. Por eso jamás he permitido que las pocas parejas formales que he tenido, me mantengan. Porque lo han ofrecido, en enumerada ocasiones. Se han ofrecido a cuidar de mi y de mi hermano, Pero eso no es lo que ando buscando.

Después de que el profesor me echara de su clase, me vine a arreglar para presentarme en el club, y ahora, bueno, ahora mismo espero a los clientes.

Mi cabello es negro, a veces con una peluca blanca no lo muestro, pero hay ocasiones donde los clientes pagan demasiado y quieren verme sin peluca, ni antifaz, excepto de que yo no me quito en antifaz ante cualquiera, lo puedo hacer, pero obviamente por privacidad me niego siempre.
Es muy fácil conseguir que los clientes desistan de su decisión, ya que, la mayoría son sumisos, y con una orden, ya están a mis pies.

—Wendy, tienes al mismo chico de la otra noche.—Dice Irene.

—Gracias Fátima.—Contesto llamándola por su nombre artístico, y colocándome el antifaz.

Wendy es mi nombre falso. Todos tenemos uno acá.

Y el de Irene es Fátima.

—Me acaban de informar que viene acompañado. Al parecer se trajo al amigo, y dios, nena, se ven de buena situación.—Guiña un ojo.—Sabes que con Edgar nos llevamos bien, pero bebé, no conocemos al otro tipo, y no quiero atenderlo yo.

—Fátima, sabes que  es muy peligroso para mí estar en una habitación con un hombre que no es cliente frecuente, la que se encarga de atenderlos cuando llegan es otra. No yo.

—Para eso tienes guarda espaldas.—Se encoge de hombros.—Pero si quieres, yo me quedo con el nuevo...—muestra a unos tipos que están en el pasillo.—Es un pequeño sacrificio, ya que, la chica que se encarga de los nuevos no está, te tocaba a ti pero como te amo tanto...

Ruedo los ojos.

—Que me vas a pedir.—Digo sabiendo su táctica de manipulación.—Dame tus tacones rojos.—Hace un puchero—Por favor, nena hago lo que sea por ellos, los amo, son mi vida, mi sueño... Esos tacones son todo para mi.

Suelto una pequeña risa y acepto.

—Está bien, pero tú le irás a informar eso.—Señalo a los tipos—Y si te dicen "somos los dos o nada" los mandas a la mierda.

—Bien nena.

Es hora de trabajar.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora