13

61.1K 4.2K 145
                                    

Damon.

Golpeo su cabeza una y otra vez, con rabia, escuchando el choque de mi puño contra su cabeza, liberando de ella cada vez más sangre. Disfrutando darle el merecido a un maldito ladrón. Es un traidor. Este idiota trabajaba para mí. Y me traicionó, supe que el idiota le quería vender mi mercancía a los malditos rusos.

Esos idiotas metiéndose en todo.

—Limpien el lugar y saquen el cadáver.—Comunico limpiando la sangre de mis manos.

—¿Jefe, le mando traer vendas y alcohol para sus manos?—Pregunta Tyler, un chico que, realmente me sorprendió con sus habilidades de franco tirador.

El y Edgar son unos de mis mejores hombres, aunque exista una rivalidad inexplicable entre ellos.

—No, ya no necesito la ayuda de nadie.—Digo irritado saliendo del sótano.

Arregle toda la mierda que hicieron.
Tuve que recuperar yo mismo mi mierda, no fue difícil, porque me aseguro de tenerle un "GPS"  a toda mi mercancía. Eso pudo hacerlo alguien más. Pero no, tuve que hacerlo yo, es como si no tuviera a nadie trabajando para mi.

No sé cómo tengo a gente tan incompetente trabajando para mí.

Son idiotas.

Me meto a la ducha rápidamente dándome un baño corto solo para llegar con los chicos. Saco toda la sangre de mi, y me empiezo a colocar mi ropa.

Nunca visto informal. No me gusta.

Me coloco un traje negro, de diseñador...

Si no es negro. Es gris o azul, Pero siempre un traje y de colores neutros.

Ahora mismo voy camino a ver a Fátima y Akira. Gracias a Edgar supe que están viviendo juntas. Quiero ir a expresar mis disculpas y para poder hablar con Akira.

Su nombre me encanta.

Necesito saber a lo que está dispuesta o no... sé que no es un buen momento pero estoy desesperado.

No me gusta ella. Me gusta lo que ella me produce cuando me manda.

A la mierda.

¿A quién engaño?

Ella me parece atractiva, es imposible  que no me guste.

Akira.

Me cuesta un poco moverme, pero ya estoy mejor.

Iba a volver a trabajar pero dada las circunstancias se me hizo imposible volver al instante. La cosa de mi cuello me molesta un poco.

El doctor aclaró que no es grave y que me he salvado de suerte.

Pero creo que ya puedo hacer lo básico. Mi amiga me dijo que sería bueno que vuelva a estudiar. Y también me comento que debería empezar a conocer a personas y salir.

La única idea que me convenció es lo de los estudios. Pero no lo sé.

Pienso que primero tengo que ver el tema del dinero.

En conocer a más personas no estoy de acuerdo. No necesito a nadie más. Mientras más personas tenga en mi vida, más fácil es que se vayan y me dejen con un gran vacío.

Así que mejor prefiero evitar eso.

Estoy cerrando la puerta del apartamento. Cuando una voz me hace saltar y maldecir por el dolor de mis costillas.

—Damon.—Digo al darme vuelta y ver quien era.

—¿Estás bien?—Pregunta preocupado.

—Sí.—Contesto de modo seco.

Por alguna razón, no me sale ser amable con él. De la nada siento como si esto lo hubiese vivido antes.

—Quería pedirte perdón por lo del otro día no fue mi intención...

—Está bien.—Lo interrumpo—Ya pasó, no hay que darle más vuelta al asunto.

—Pero...

—Dije que está bien.—Contesto tajante.

Me arrepiento al instante de haberle contestado así. No debería ser así de idiota con él... se está disculpando...

—Lo siento, no sé lo que me pasa, no debería contestar así.

Él solo me queda mirando, analizándome en silencio. El ambiente se volvió un poco incómodo. No sé que hacer con su mirada sobre mí.

—¿Te gustaría trabajar para mí?—añade de la nada.

—¿Qué?—Digo confundida—¿No me estás viendo? No estoy en...

—Trabaja para mí, te pagaré bien. Solamente tienes que hacer lo que hacías antes, pero exclusivamente conmigo. Te puedo pagar el triple de tu sueldo anterior.—Comenta completamente serio.

¿Habla en serio?

Idiota.

¿Por qué está tan interesado en mis servicios?

Digo, a muchos hombres les gusta como trabajo, pero ninguno llegó a este nivel.

—Mira, si quieres puedo atenderte como cualquier otro cliente, pero trabajar solamente para ti es otra cosa, a la que no sé si estoy dispuesta.—Explico esperando que entienda.—Y aún no vuelvo a trabajar.

—¿Por qué? ¿Es por mi apariencia? ¿Te doy miedo?—Añade preocupado.—Puedo darte el tiempo que necesites para recuperarte.

¿Miedo?

Bien, es un tipo imponente con un aura fuerte. Pero miedo no me da, al menos no él en sí, sino, a lo que creo que se dedica...

No me gustaría meterme en su mundo, aparte me incomoda un poco su presencia, siento que él tiene mucha más pinta de dominante que de sumiso. Y no es por nada, pero siempre me he llevado un poco mal con las personas así. Nuestras personalidades chocan.

—No es eso. Mira, siéndote sincera, te veo, y no veo nada de un ser sumiso, te veo y veo oscuridad. Sin intenciones de ofender. Con tan solo verte cualquier persona puede intuir a lo que te dedicas, y déjame decirte, no es nada bueno...—Explico.—No deseo involucrarme en nada malo... Y es muy incómodo trabajar para una persona nada más, si te gusta te puedo atender como a los demás. No desistire.

—No puedo decirte nada más que si trabajas para mí, no tendrás motivos para temerme a mí o a mi mundo.—abro la boca para hablae pero me interrumpe— Conoces a Edgar, y él ha estado toda su vida conmigo, y jamás dejé que algo malo le pasara, y jamás dejaré que algo malo le pase.—Carraspea la garganta.—Tendrás tus razones para no aceptar por ahora, pero déjame decirte, no me rindo fácil, y cuando quiero algo o alguien lo tengo.

Sus últimas palabras se sintieron como una amenaza.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora