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Akira.

No dormí nada.

Después de que me encerró nuevamente. Solo pude darme vueltas en la habitación.

¿Qué más puedo hacer?

Escucho como giran la Manilla de la puerta. Me siento en la cama. Esperando a Damon. Es el único que viene aquí.

—Permiso.—Dice una voz femenina.

—Adelante.—Digo relajada.

Agradezco que no sea Damon. No tengo ánimos de pelear hoy.

Me siento cansada.

En todos los sentidos.

—Señora...

—Señorita. Por favor.—Pido amablemente.—No soy mujer casada.

Ella asiente.

—Lo lamento. Señorita Belinsky... El señor me pidió que viniera a buscarla para el desayuno.

Abro la boca para hablar pero me interrumpe.

—Dijo que no aceptaría un no como respuesta. También menciono que si no baja la vendrá a buscar el mismo. Lo siento señorita. Palabras de él no mías.

—Está bien. Bajo en un segundo.—Suspiro cansada.

Damon.

—¿Dónde está?—Pregunto cuando veo bajar a mi sirvienta.

—Viene enseguida, señor.

—¿No hubo problema?—pregunto intrigado.

—Para nada señor.—Agacha la cabeza.

Siempre es lo mismo.

Todos en esta casa me temen y me encargué de eso.

Todos menos ella.

—Puedes retirarte.—Añado y llevo mi mirada a la escalera.

Ahí viene ella.

Con el cabello desaliñado. Una camiseta larga. Y piernas descubiertas.

¿De dónde saco esa ropa?

No deje nada de mi ropa ahí...

Llega hasta la mesa.

—¿Cómo dormiste?—Pregunto mientras ella se sienta dónde está su plato.

A mi lado.

—Te hice una pregunta.—Hablo nuevamente viendo que no planea responder.

En vez de hablar suspira y mira la comida.

—Pedí tocino con huevo. Pensé que te gustaría. Pero si no te gusta puedo pedir algo más.—Digo.

—Está bien así.—Dice sin más.

—¿Te pasa algo? Estás pálida.

Ella niega.

¿Qué le pasó?

Cambio de la noche a la mañana.

Es raro.

¿Por qué no pelea conmigo?

Sigue en silencio. Mientras con el tenedor mueve la comida. No ha probado ni un bocado.

—Akira. Con la comida no se juega. Si no quieres. Ya te dije. Puedo pedir que te preparen algo más.

—Cállate maldita sea.—Dice de la nada.—No te soporto.—Habla irritada y se toca la cabeza.

Bien.

Su odio es mejor que su silencio.

—Come. No quiero una desnutrida...

Me da una mirada de odio, pero se queda en silencio.

¿Otra vez?

¿Qué mierda le pasa?

La miro fijamente hasta que se dispone a comer un poco. Cuando da el segundo bocado frunce el ceño.

—¿Qué te pasa...?

Veo como se levanta rápido de la mesa con una mano puesta en la boca.

¿Sabe mal su comida?

Me levanto y antes de seguirla pruebo su plato. Nada sabe mal. Ni está muy salado.

Todo está perfecto.

¿Será vegetariana?

¿Por qué no me lo dijo?

Corro tras ella.

Tendré que pedir que saquen todo tipo de carne de la casa. Si eso le hace esto. Me encargaré de que jamás vuelva siquiera a oler la carne.

Voy llegando al baño donde está cuando mi sirvienta se interpone.

—Señor...

—Sal de mi camino.—La aparto, pero vuelve a interferir.

—La señorita me dijo que no quiere ver a nadie.—Añade.

—¿Quién te paga?—Pregunto.—¿Ella o yo?

—U-usted señor.

—¿Entonces por qué mierda no sigues mis órdenes?

—Lo siento señor. No lo volveré hacer.—Agacha la cabeza.—Pero debería entenderla. Cuando una mujer está embarazada necesita...

—¿Qué mierda dijiste?—Pregunto bruscamente.

¿Embarazada?

¿Qué mierda le pasa a esta loca?

La corro de la entrada y paso.

Esta mierda me pone de mal genio.

Embarazada...

¿Akira?

¿Desde cuándo?

Mierda.

La veo a ella, en el piso.

—Akira.

—¿Qué mierda te pasa no conoces la palabra privacidad?—Levanta la cabeza para verme.

Lágrimas corren por sus mejillas.

—Vet...

Una arcada la interrumpe.

Frunzo el ceño.

Tomo su cabello para que no se lo ensucie.

—Ándate.—Dice apenas.

—Akira... T-tú estás...

—Vomitando, Idiota. ¿Acaso no lo ves?—Habla enojada.

—¿Estás embarazada?—Ignoro lo que dijo.

Ella se queda en silencio.

¿Por qué no dice nada?

¿Por qué mierda no dice nada?

—¿Estás embarazada?

—No es de tu incumbencia.—Responde de malas.

—Si o no.—Insisto.

—No.—Me mira con odio.—No lo estoy.

Joder.

Es mentira.

Sé cuando una persona miente.

Y ella está mintiendo.

Salgo de la habitación azotando la puerta.

Esta mierda no puede ser...

Me aseguraré de su estado. Pronto sabré si realmente miente.

Pero primero tengo que arreglar mis asuntos con las malditas ratas que tengo en el sótano.

Nota: ¿les gustó la portada? No sé si cambiarla nuevamente.

Otra cosa. Ya no me llega la notificación de los comentarios que me dejan. Si me demoró en responder es por esoo.

Gracias por leer:)

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora