Un paseo a la playa

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He estado todo el dia con Leonardo en la escuela, estudiamos juntos. Genial, justo lo que solía hacer cuando conocí a Andres, pero con él es diferente. Con Leonardo ya no me sentía sola, porque él me apoyaba y me ayudaba con sus palabras, que aunque a veces no me gustaba lo que me decía, me ayudaba aun así.
Me propuso ir el fin de semana a English Bay, una playa en Vancouver, acepte con mucho gusto por que pensé que me haría bien pasar tiempo con él. Me comento que un tío de él tiene una casa a 10 minutos de ahí, y me propuso quedarnos ahí el sábado en la noche y pasar también el domingo en la playa. Me pareció muy buena idea, tenia mucho tiempo sin ir a la playa, me vendría bien un cambio en la rutina.

El sábado llego demasiado rápido. Llevo una maleta pequeña, traje de baño, entre otras cosas que necesitare. Decidí ponerme un vestido azul rey, sencillo sin escote, y unos huaraches color dorados; mi cabello suelto como siempre, y el collar que mas me gusta. Ese que Andres me regalo.
Leonardo paso por mi al departamento de mis primas, nos fuimos en su auto y no se con exactitud cuanto tiempo duramos de camino a la playa. En el camino, me contó sobre su familia.
Tiene cuatro hermanos, el mayor se llama Armando, el siguiente Fabian, viven en Querétaro, ambos estan casados el primero tiene dos hijos y el segundo uno. Su hermana se llama Elizabeth acaba de graduarse de la Universidad Autónoma de Guadalajara en medicina. Su papá es ingeniero automotriz y su mamá es abogada. Y por último esta él, me dijo que desea estudiar medicina después de terminar ese año estudiando ingles. Me pregunto por mi familia; asi que comencé.
-Mi papá es empresario, siempre esta metido en su trabajo, y mi mamá ama de casa; y como ya sabes; y no hay mucho mas que contar de mi vida.
Cuando menos pensé ya habíamos llegado a nuestro destino. Baje del carro y Leonardo tomo mi maleta y entramos a la casa de su tío; es muy grande y hermosa. Los muebles son preciosos, tiene una perfecta vista a la playa. Dejamos todo en la sala y salimos rumbo a la playa. Le pedí irnos caminando, me dijo que era una excelente idea por que el paisaje hacia allá era hermoso, y tardamos aproximadamente 10 minutos en llegar, pero valió la pena. Por él tenia razón; me encanto el paisaje, nunca había visto algo tan hermoso en toda mi vida. Disfrute cada segundo de eso.
Al llegar a la playa, siento paz. Lo que tanto había necesitado desde hace mucho tiempo. La brisa del mar hace que mi cabello y mi vestido vuelen y decido quitarme mis huaraches para caminar a la orilla de la playa y los llevo en mi mano. El agua alcanza a mojar mis pies y esta fría. Oigo que alguien viene corriendo tras de vi y a Leonardo que comienza a lanzarme agua del mar con sus manos, me esta mojando toda la ropa y yo comienzo a hacer lo mismo, hasta que terminamos todos empapados y riendo. Fue divertido, tenia mucho tiempo sin venir a la playa; me agrada venir con él. Caminamos un rato a la orilla de la playa sin decir nada.
-Tengo años sin venir a la playa- dijo por fin Leonardo.
-La ultima vez que fui, yo...- cerré los ojos y me arrepentí por completo de decir eso.
-Fuiste con él, ¿No es así?
-Si-admiti seria.
Como olvidar ese día.
Imposible de hacerlo. Andres me llevo a la playa; en mi cumpleaños 17. Recuerdo cada detalle como si hubiese sido ayer, me abrazaba cada segundo, me decía a cada momento que no quería perderme, que era lo mejor de su vida. Mi mejor regalo fue pasar el día con él. En ese hermoso lugar; en la playa de Monterrey. Me divertí con él, sus padres nos acompañaron, pero aun estando ellos me divertí como nunca con él.
-Me encantaría ver el atardecer desde aquí- me dijo Leonardo y yo volví a poner los pies sobre la tierra, mi problema es que los recuerdos llegan a mi sin que pueda evitarlo y dejo de prestar atención a lo que me rodea.
-No tengo duda de que sera muy bonito.
-Si yo igual, no tengo duda alguna. Y me agrada estar aquí contigo- me sorprendió que me dijera eso. Pero no le preste demasiada atención. Hay cosas mas importantes. No se que responder a eso asi que prefiero quedarme callada.
-No; perdón, no quería incomodarte con mi comentario- me dijo Leonardo minutos despues- solo quise decir que, es lindo venir a un lugar así, con una persona que te agrada y divertirte ¿No crees?
-Si, tienes toda la razon; y disculpa si yo...
-No, tranquila esta bien; no hay problema, no tienes que disculparte. Todo esta bien.
-De acuerdo.
Seguimos caminando a la orilla de la playa, al principio sin decir nada, despues continuo mojandome otra vez y yo a él; terminamos sentados en la arena, solamente viendo al mar.
Comimos en un restaurante de cerca de la playa; me divertí mucho con él, a cada rato me manchaba la cara con comida y yo la de él. No podia eatsr un rato quieto, siempre tenia que estar haciéndome alguna broma.
De vez en cuando me ve, como si pretendiera no dejar de hacerlo. Como si estuviera hipnotizado y no pudiera para de verme. A veces me incomodaba pero poco a poco dejo de hacerlo y me acostumbre a que me lanzara miradas así.
Bueno, pasamos toda la tarde en la playa, no hubo un segundo aburrido, o que no guardaría en mi memoria para siempre. Por que con él me sentía diferente.
Poco antes de que comenzara a oscurecer, regresamos a la casa del tío de Leonardo.
Al llegar estaba prácticamente agotada. Ir a la playa es hermoso pero a la vez cansado, y yo en ese momento solo quería irme a dormir.
-No se si gustes pasar a tomar un baño, yo lo haré. No puedo dormir así- tiene razón, aunque no estaba muy mojado, toda su ropa estaba llena de arena al igual que mi vestido.
-Si, también haré los mismo.
-Hay tres baños, puedes usar el que gustes. Por cierto; tus cosas están en el cuarto del fondo.
-De acuerdo. Gracias- me dirigi la habitacion correspondiente y tome ropa, tome un baño, me cambie, desenrede mi cabello, estaba por acostarme en la cama y dormir cuando Leonardo tocó la puerta, abrí.
-¿Quieres ver algo genial?-me cuestionó sonriendo.
-Claro, ¿Por que no?
-Ven entonces- me pidió y camine tras él. Al llegar a la parte donde estaba la sala; había una puerta de cristal que él abrió, salí y el tras de mi.
-¿Y donde esta lo que querías que viera?- cuestione cuando se detuvo.
-Aquí esta, ¿No lo ves?- estaba confundida y pareció notarlo así que con su mano alzo mi barbilla y me hizo ver hacia el cielo.
Tenia razón, esto es genial: La luna estaba en su máximo esplendor, el cielo estaba lleno de estrellas. Todas brillaban. Esto es sin duda hermoso.
A veces olvidamos observar las pequeñas cosas que Dios nos regala; el universo, la naturaleza; pero cuando te decidas a hacerlo. Te darás cuenta de que esas pequeñas cosas, en realidad son enormes.
Baje la vista minutos después. Y oh no puede ser.
-¿Que haces ahí?- pregunte riendome; pues Leonardo estaba acostado en el piso. No supe en que momento lo hizo.
-Lo mismo que tu- me dijo con una gran sonrisa- admirando las estrellas, solo que desde aquí se ve mejor- hizo un gesto indicándome que yo lo hocera también. Sin pensarlo mucho me acosté a su lado y seguí observando las estrellas. Creo que esta es la escena que mas me gusta de mi vida.
Hola a todos mis lectores. Se que tarde mucho en publicar pero he tenido días muy ocupados. Además estoy escribiendo otra historia, que pronto sabrán cual es.
Bueno; hay cada vez mas interrogantes, ¿Que esta pasando con Leonardo? ¿Esta enamorandose de Anjulisse? ¿Y que sucede en su interior? Buenobtodas las dudas quedaran aclaradas en algún momento de esta historia.
Este capitulo lleva una dedicatoria muy especial. Por que es para mi hermana Lupita que quiero mucho y te extraño hermosa :* gracias por leer mi historia y yo se que te gusta mucho, prometo no tardar tanto en publicar.
Por ultimo solo queda darte las gracias lector.

Inesperadamente sucedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora