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Llegó a la puerta, tocando está con delicadeza. La madera con bordados suaves jugó con sus dedos, sintiendo el movimiento de la puerta no mucho tiempo después.

—¿Sí?

Wriothesley saludó, besando la palma libre del contrario. Después de la requerida aceptación, pasó al hogar en el que lo esperaban con una cena.

—No pensé que fuera tan buen cocinero.

Neuvillette se sonrojo, no le hacían cumplidos sinceros tan seguidos, claro, que no fueran por la etiqueta Fontaniana.

—No soy un buen cocinero, así que muchas gracias.

Lo invito a sentarse, haciendo esto el mismo. La comida era fácil de comer, pero primero deberías conocer las funciones de todos los elementos que se usan.

—Pense que tendrías la mesa llena de cucharas y cuchillos, como en la cenas formales.

—Oh, no lo veo necesario. Respeto la etiqueta necesaria y lo que lleva está, peor en un ambiente como esto no es necesaria.

Wriothesley se le fue la cabeza, cuando en sus primeros meses como Duque, en las grandes cenas que hacían por ese tiempo, su cabeza estaba hecha un lío por tantos cubiertos "innecesarios".

—¿Recuerdas cuando tuviste que ayudarme con los cubiertos? Me sentí... Tan tonto.

—Ja, creo que lo hiciste muy bien, Wriothesley.

Entre una charla pacífica y conmovedora, querían hacer algo a lo que no se atrevían. La razón por la que estaba allí era clara, pero no iba a presionar al Juez para que lo aceptará.

Cada vez que Wriothesley hablaba, Neuvillette se hundía más en su voz, su fría pero dulce voz. Perdió la noción del tiempo, cuando sus párpados empezaron a cerrarse y escuchar borroso.

—¿Neuvillette? Te ves con sueño, deberías dormir.

—No es necesario, además, no hemos hablado.

Una gota fría recorrió la mejilla del Duque, recordando que no se iba a ir de allí sin una charla sobre la que el mismo dió la idea.

—Tienes razón, creo que somos demasiado grandes para esto ¿E-enserio? Evitarnos, que tontería.

—Wriothesley...

—No, está bien, yo di la idea y me debo hacer responsable...

—Wrio...

Parecía estar nervioso, algo alterado pero sin síntomas fuertes para preocuparse. Vio a Neuvillette unos segundos, recorriendo todo su cuerpo con la mirada, comiéndo a ese hombre vivo.

—Responde, ¿Me amas?

—Cuando asumí este puesto me prometí no entablar ningún lazo amoroso con otro ser humano. Algunas excepciones pasaron al paso del tiempo, pero eran irrelevantes la mayoría del tiempo. Sin embargo, desde hace mucho tiempo siento algo diferente, mantener mi promesa se me hace difícil cuando te veo la cara todos los días y noches...

—Ya veo...

—Crei que tal vez si pasaba el tiempo iba a olvidar eso, pero tú "investigación" me lo hizo mucho más complicado.

El sonido de una bota pesada lo asusto, realmente se estaba acercando. Aún con la mirada baja, el Duque tomo suavemente la barbilla de Neuvillette, plantando un ferviente beso en él.

—Wriothesley... Dame otro beso.

Así hizo, juntando sus bocas en un caluroso y salvaje beso, el cual habían esperado por tanto tiempo. Se estaba haciendo realidad. Wriothesley tomo la marcada cintura, dando suaves apretones alrededor de está.

—¿Cambiaste de opinión? O sigues indeciso.

—Te daré la opción de convencerme.

Le susurró Neuvillette, a quien la lujuria lo había consumido por completo. Quería saborear cada parte de Wriothesley, y así también que tomara cada parte de él.

—¿D-disculpa?

Fue un cambio de besos, algo incómodos al ser personas principiantes, pero se fueron asimilando. Neuvillette lo guío al cuarto, dónde su ropa fue despojada y lanzada ha algún lugar de esté.

—¿Estas seguro de esto? Podemos parar.

—Quiero seguir, quiero hacerlo.

Así quería al Juez Supremo ¿Quien era Wriothesley al lado de él? Quería honrar su puesto, su belleza, su valentía, su destreza. Lo tomo de las manos, admirando el cuerpo casi desnudo que tenía debajo de él, cada centímetro de perfección captado en una figura carnal. Los ojos lilas brillando en la oscuridad del cuarto, que bien se sentía Wriothesley.

Ese deseo primario lo invadió, ubicando sus manos en la entrada del peliblanco. Los remojo, para cuando estos estuvieron dentro sería menos doloroso y más placentero.

—Wrio... Duele... ¡Duele!

Se comió todo los ruidos posibles, pero este sentimiento nuevo y diferente se había apoderado de él. El sonido húmedo de como era follado por los dedos de Wriothesley era vergonzoso, de hecho, todo alrededor de esto le parecía extraño. Por sus experiencias somnolientas ya entendía la mayor parte de las cosas, pero a cambio de eso nunca había ese nudo en su estómago.

—Muy bien, iremos paso por paso ¿Bien? Si no puedes tomarlo te entenderé, no cualquiera puede con todo ésto.

Oh, agradecía por lo reservado que era al hablar. Acomodó sus caderas, como estrellas volando y acariciando su piel. Lo amaba. Su cuerpo se tenso cuando el glande se adentró, dejando notar algunas lágrimas y un jadeo ante la acción.

—Ah-... Wrio... Ah ah...

Se acercaron unos dedos traviesos hacia la cara de Neuvillette, dando pequeños golpes en los labios de esté.

—Abre— Neuvillette gruñó por el regañó —Cariño, no hagas esto tan difícil.

Accedió, lamiendo y enredando los dedos de Wriothesley dentro de él. Cómo acariciando su paladar lo hicieron jadear, distrayendo un poco al Juez mientras sus caderas chocaban. Neuvillette grito, como el atrevido de Wriothesley lo penetró totalmente, dejando en su cuerpo un entumecimiento.

—Muy bien, la haces muy bien— Beso su cuello sin ningún otro juego en mente —¿Cuando puedes soportar? Lo suficiente o?

—Deberia acabar ya, mañana tengo un juicio y no puedo darme el gusto.

Cada uno tenía sus responsabilidades y debían cumplirlas, este sería un encuentro algo único.

—Esta bien, pero deberíamos primero venirnos.

—¿Disculpa?

Saco la mitad, dejando el vacío en el interior de Neuvillette

Jadeando por más, recibió otra estocada, las cuales lo hacían sentir en las estrellas. El rostro de Neuvillette era único, como la marea agitada antes de una ola; como la

—Solo un poco más

Tal vez no sabía a lo que se refería, pero si era necesario para que terminara, lo iba a hacer. De pequeñas estocadas pasaron a embestidas, cada vez más fuertes, debilitando sus piernas en el proceso. Como sus pestañas húmedas bajaban y subían tintineantes ante el tacto del sexo.

—No puedo... No puedo más...

—Solo un minuto.

Cuando sintió la liberación con la última embestida, cuando su próstata fue tocada por última vez. Un grito intenso, por el cual Neuvillette se sentía apenado.

El colchón húmedo con el espeso liquido blanco, caliente. Como su interior se movía con el semen del Carcelero, caliente y deseoso.

—¿Neuvillette?

—Merci...

Notas de autor(a)

No pude actualizar el sábado debido a temas de salud, estuve casi el día entero en el hospital con un dolor en la muñeca y no podía escribir.

Intentaré no atrasarme ya que tengo un tartali en la bolsa (^°^)

Baii!

𝘚𝖊𝖓𝘵ⅈm𝖊𝖓𝘵 Ɩ𝖓һ𝗎mɑ𝖓𝖊 ➳♡ [wriollete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora