soins bébé

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Después de unas respiraciones agitadas, la tensión desapareció.

—Mon amour.

—G- gracias... Wrio...

Beso la frente del de cabellos plateados claro, dejando claro el sonrojo que había pintado su rostro.

—¿Sabes? Podría hacer esto rutinario.

—Wriothesley.

Estaba hecho un desastre, fuera del porte que acostumbraba tener.

—¡Je ne devrais pas tomber là-dedans, tomber dans le désir n'était pas dans mon plan, avoir une relation n'était pas nécessaire! Mes normes judiciaires m’en empêchent et, s’ils le découvrent, quelle explication donneront-ils ? ¡Miss Furina ferait un scandale que je ne supporte pas !

—Neuvillette... Sabes que estoy aprendiendo Francés, ten paciencia.

Cuando Neuvillette le tiró una mirada fría, que lo mataría y no de la forma bonita. Sonrió nervioso, evitando el caer en el ambiente intenso que irradiaba el Juez.

—Ven, un baño caliente y podemos dormir juntitos.

Se llevó a Neuvillette a regañadientes, necesitaba un baño suave y cariñoso despues de la tormenta. Llenó la bañera, mirando al que ya se encontraba dentro.

—Vamos, no me mires así, pareces un niño.

—Hmm.

—Pero mantengo mi palabra, podría hacer esto diario.

—El viernes, a las 10 ve al palacio.

Wriothesley se sorprendió, un Neuvillette enojado y de brazos cruzados, con el agua en las pantorrillas había aceptado.

—¿D- disculpa?

—No vivo en esta casa, solo me quedo aquí por cuidado. La corte ordenó que para mí cuidado personal me ubicarán en un lugar anónimo, en verdad muy pocas personas saben que estoy aquí.

—¿Por lo del tipo? Si me quedo contigo puedo protegerte mucho mejor.

—En verdad tengo mi propia habitación en el palacio, creo que podemos estar los dos. El viernes puedes ir, a la hora exacta donde las Melusinas y demás empleados dejan el lugar y cumplir tus caprichos.

No tenía palabras para lo rápido que había planeado algo así, tal vez por esto es tan conocido por ser tan ingenioso. Entrando con él a la tina, limpio los brazos y piernas expuestos. Algunas formaciones de espuma los rodearon, dejando que Wriothesley haga algunas formas en las rodillas de Neuvillette.

—¿Ya no estás enojado?

—No lo llamaría así.

Seguía enojado, claro que sí, los comentarios sarcásticos de Wriothesley no eran bienvenidos en todos momentos.

—Ya estás lo suficiente limpio, deberíamos ir a dormir.

Estar juntos no era un deseo, parecía una necesidad fuera de los límites personales de cada uno, una necesidad compartida que saciaban cuando estaban juntos. Esos deseos se cumplian en ese momento, acurrucados entre sabanas recién cambiadas.

—¡Duerme! Te ves extraño.

Neuvillette se quejó, como la mirada de Wriothesley se hundía en sus ojos lilas de dragón.

—No puedo, eres muy lindo.

—¿Es mi culpa entonces?

—Asi es.

Neuvillette ronroneo, dejando pequeños besos en el cuello del contrario. Se sentía tan bien debajo de la barbilla de Wriothesley, con el calor y lo cómodo de su pecho, todo eso que lo hacía volver loco.

No se dió cuenta en qué momento se quedó dormido, pero tuvo que levantarse muy temprano en la mañana como acostumbraba a hacer.

—Wriothesley...

—Mon amour.

—Wrio, tengo que irme y tú también deberías.

El Duque lo rodeo, apretando su agarre en la espalda de Neuvillette. No quería que se fuera, si el pudiera haría un clon de él para tener al original siempre que quisiera. Algunos lo llamarán celos, preocupación o necesidad, pero ninguno de los dos había estado en una relación seria en algún momento de su vida (mucho menos Neuvillette)

Su rutina siguió como lo planeado esos días: un trabajo agotador que no les permitía seguir, complicaciones en este y cero tiempo personal. Sin embargo, la tarde del jueves Wriothesley recordó algo importante.

—Su señoría, ¿Se encuentra bien? Lo noto distraído.

—Estoy bien Sigewinne, gracias por la preocupación.

Era muy bueno mintiendo, la única persona que aveces olía sus mentiras (como tenia que ser) era el Juez. Claro que no le sorprendía no molestaba, solo que era complicado bromear con alguien como él.

—¿Acaso tienes planes?

—Tal vez, ¿por qué la jefa de enfermería querría saber eso?

Sigewinne gruño, como sus cachetitos se coloraban cuando el Duque no paraba con sus comentarios irónicos. Totalmente cansada de que evitara la conversación, salió de la oficina con sus papeles.

—Mañana es viernes... Mierda.

Solo pensar en que volvería a tener a Neuvillette debajo de él, gimiendo, y con pensamientos mucho menos formales, gimiendo bajo de él como una perra.

No podía evitarlo, no podía evitar sentir esa necesidad de estar con ella mor de su vida una vez más. Cerró su oficina, pensando en que podía hacer para el día siguiente. Quería algo especial, único para el momento, tal algo como... ¿Al revés?

Bueno, no exactamente al revés, tal vez podría hacer que el mismísimo presidente del Tribunal Supremo lo montará. Tomara todo.

𝘚𝖊𝖓𝘵ⅈm𝖊𝖓𝘵 Ɩ𝖓һ𝗎mɑ𝖓𝖊 ➳♡ [wriollete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora