menace

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El juicio había ido de maravilla, la gente resonaba en opiniones fuera de la ópera.

"Que perfecto acto, fue maravilloso"

"El caso hará volar la popularidad en todo Teyvat"

"¡Su señoría Neuvillette cumpliendo su rol exelente, que gran persona es!"

Aúnque los ciudadanos no sabían todo sobre el caso. El detenido estaba siendo movilizado hacia fuerte cuando se encontró con su señoría.

—Su señoría, buenas tardes.

Los guardias cargaban al preso, esté lanzó una mirada hacia él, hablando con una pequeña risa.

—Monsieur, un gusto volver a verlo—Neuvillette lo miro con ese tono frío, que podría romper las entrañas del más cruel soñador. Esté no le dirigió la palabra, volviendo a su camino —¡Me las pagarás, tu y tus estúpidas melusinas!

El Juez paró, al fin había llamado su atención de la peor manera posible. Se tensó en el bastón oscuro, lo que el hombre notó inmediatamente, moviendo histérico en busca de libertad

—Mis disculpas, no estoy disponible para una conversación. Debería agradecer que no se permite violencia en la corte.

Los guardias sudaban, era obvio que no era buena idea retar al Juez en ningún caso. Este anterior penetraba con su mirada, que cualquiera tomaría como una advertencia.

—Me despido.

Tal vez el Juez se había ido de allí, pero ese ambiente frío e intimidante duró más de lo esperado.

                                      —

El clima de Fontaine estaba nublado, por suerte no lluvia, pero no era lo que esperaban los registros del clima. Ya en la oficina, Neuvillette saludo a la pequeña Melusina que esperaba fuera de está.

—Buenas tardes.

La recibió con una grata sonrisa, notando como está era devuelta por la pequeña.

—¡Buenas tardes su señoría! Lo estábamos esperando.

El más alto la miro confundida, ¿Lo estaban esperando?

—¿Me estabas esperando? Se podría saber para qué.

—¡Una carta!

Neuvillette ya esperaba lo peor, o lo que venía.

—Gracias... Ya puedes descansar un rato.

La pequeña le entrego la carta, yéndose a saltitos de allí. Neuvillette entro a la oficina, ya pensando "Wriothesley, debe ser él" tal vez el día no iba a ser tan malo despues de todo. Abrió la carta, notando una letra que no era de él.

"Espero que esto sirva de advertencia, verás que no eres el único con poder en esta Nación. Ni tú ni la Arconte foçalors podrán cambiar esto, las hijas nacidas de Elynas deben morir".

El contenido de la carta dejo frío al Juez, no tenía que pensar mucho en quien era el remitente de está. En el juicio que había asistido hace unos minutos se investigaba una red criminal que venía de Sumeru, sus razones eran impredecibles, pero está carta podría ser la razón.

Las Melusinas fueron tratadas mucho tiempo como animales, esto hasta que el propio Juez Neuvillette pronuncio la orden de ser tratadas como "ellas". Según la especulación, está banda busca eliminar los últimos rastros de Elynas y lo que quede en su nombre, incluído en eso las pequeñas.

—Ugh... Debo comentar esto rápidamente a Wriothes...

Está acción era de doble filo, si iba a decirlo salvaría un posible daño hacia las Melusinas. Por otro lado tendría que ver a Wriothesley, y arreglar el resto de problemas románticos entre ellos. Claro que no lo pensó mucho, Neuvillette no es egoísta, y llega a preocuparse demasiado por los demás.

No importaba en ese momento, las dos cosas eran importantes, y no podía evitar hablar por siempre con el Duque, así se dirigió al Fuerte de nuevo.

—¡Monsieur Neuvillette! ¿Se va tan pronto? Acaba de regresar su señoría.

Algunas Melusinas corrían hacia él, principalmente por el bullicioso clima que arremetía en Fontaine.

—No se preocupen, solo eviten mojarse ¿Está bien? Puede que llueva.

Las pequeñas se despidieron, volviendo a sus puestos con normalidad. En el camino hacia el Fuerte se sentía un ambiente incómodo, Neuvillette ya no se encontraba en la ópera, no estaba bajo las reglas de está.

      
                                      —

Al llegar no dió muchos rodeos, se dirigió directamente a la oficina del Duque. Tomo un poco de aire y se preparó para entrar.

¡Toc Toc Toc!

Tocó la puerta, y no mucho tiempo después Wriothesley lo recibió.

—Bonjour, Monsieur.

Se acerco a este un poco más, besando dulcemente la piel bajo los guantes. Dió un recorrido hacia atrás, caminando hacia la oficina sin cruzar una sola palabra.

—Buenas tardes, señor Wriothesley.

—No esperaba verlo Monsieur.

Hablo en un tono más sarcástico, enojando un poco a Neuvillette.

—No he venido a hablar sobre éso, necesito su ayuda para un caso muy importante.

—Te escucho.

—En el último juicio que hubo no hace más de una hora se hablo de una red de criminales directos de Sumeru, estos no se entendían sus razones, pero después de larga al palacio me esperaba una carta. Un tiempo antes de esto, el culpable del juicio me amenazó en la entrada del Fuerte.

— Te amenazó? ¿A tí?

Podía sonar imposible, pero no era la primera vez que colmaban la paciencia del Juez.

—No es la primera vez, ha ocurrido varias veces. Prosiguiendo con el tema, la carta contenía una amenaza que podría ser mortal para las Melusinas, al parecer está banda busca acabar con los restos de Elynas.

—Eso incluye a todas las Melusinas...

— Por desgracia, así es. Varios huesos del esqueleto han desaparecido en pequeñas porciones, pero eso no quita el hecho de que hay lugares faltantes de esté.

— ¿Por qué querrían acabar por completo con éso?

Aúnque la tenían la causa, no se sabía la razón de está. Neuvillette tenía que actuar e interrogar a este preso.

— Supongo que es el último preso que han traído hoy ¿No? Normalmente la parte judicial no debería meterse en estos asuntos...

—¡Pero te amenazaron directamente a ti!

Wriothesley sonaba preocupado, fuera de su puesto político en la situación y el peligro que suponía está, fue algo mucho más personal y sentimental.

—Así es, fueron directamente a mí... ¿Por qué?

—¿Uh?

—Si sus acciones fueran más directas por el juicio que lleve a cabo hacia alguien de esta red ¿Por qué no atacar dónde se resguarda el preso? El sistema judicial no tiene mucho control aquí abajo.

—Alguien del sistema judicial si tiene mucho control sobre mí...

Neuvillette lo miro confundido, algo sorprendido por sus palabras.

—¿Disculpa?

—Ejem, nada, prosiga.

—Bien... Quisiera interrogar al prisionero si no es molestia.

El Duque se exaltó ante esto no había una molestia en llevarlo, pero si para él.

—Yo lo interrogare, el te amenazó, que tal que te haga algo.

—Señor Wriothesley...

—Ya lo sé, se que eres lo suficientemente fuerte para esos estúpidos, aún así déjame hacer algo por tí

Ya hiciste demasiado por mí.

𝘚𝖊𝖓𝘵ⅈm𝖊𝖓𝘵 Ɩ𝖓һ𝗎mɑ𝖓𝖊 ➳♡ [wriollete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora