❀ Capítulo 1 ❀

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-Perdone, pero señor...no creo estar preparado para un caso así de...grave. Durante mi mes de trabajo solo he atendido a pacientes con enfermedades leves.

-Lo sé, pero...siempre hay una primera vez para todos, ¿no?

Rodrigo abrió la boca al escuchar esto, intentando dar con algún otro argumento para negarse, pero la lógica del contrario no tenía contradicción y menos siendo su jefe.

-A parte de eso, eres uno de los más dedicados en tu trabajo y pareces lo suficientemente experimentado como para atenderlo, no entiendo cual es el problema.

-Hay gente que se esfuerza mucho más que yo.

-Puede, pero no cualquiera tiene tu ánimo para cuidar de la gente.

Un punto muy honesto. El castaño no se iba contento sin antes tratar de manera amable y divertida a sus pacientes. "Trata igual a las personas como quisieras que te tratasen a ti", una frase que su madre le repitió constantemente y que le sirvió para mucho.

-Mira.-Continuó-. Tampoco puedo obligarte, pero serías el más indicado para tratar con alguien que padece de esa enfermedad. La personalidad juega un papel muy importante cuando se trata de enfermedades psicológicas. Además.-Agregó-. Sabes que en este hospital solo queremos éxitos. No te estaría recomendando sin tener asegurado y pensado lo que te estoy pidiendo.

Wow. La verdad no se esperaba que le dijera eso, pero aún sintiéndose halagado, la idea de poder fracasar con un cargo así de importante lo ponía de los nervios. Si se trataba de su trabajo, era especialmente perfeccionista (menos para los informes) y fallar no era algo que le gustara.

Por otro lado, negarse todavía más, lo haría quedar cómo alguien no capacitado para su empleo. Y lo que quería era todo lo contrario. Demostrar que se merecía su trabajo era lo primero de su lista de prioridades y quería hacerlo ver. Además, si él no aceptaba, dudaba de que alguien más lo hiciera.

Para tratar a una persona con ese tipo de trastorno, lo más seguro era iniciar una terapia de exposición. Para explicarlo algo rápido, esto trata de exponer al paciente a su mayor miedo día tras día, hasta que lo termine superando y aceptando. El proceso no era precisamente corto, al contrario, podía llevar semanas e incluso meses.

Y sabía perfectamente como a sus compañeros no les agradaría esta idea.

"Solo es una persona con Hafefobia"-Pensó convenciéndose a sí mismo de que lo que estaba apunto de hacer era lo correcto-.

-Está bien. Lo haré, yo me haré cargo.-Sus palabras resonaron en la casi vacía sala-.

-Me alegra oír eso.-Una sonrisa de satisfacción apareció en el rostro de su jefe-.

-¿Cuándo empezaría con el paciente?

-Este Lunes.-Su voz sonó calmada a pesar de que Rodrigo se alteró aún más al saber esta información.-Dijeron que querían que lo atendieran lo más pronto posible-.

-Uu-uh...está bien.-Su voz titubeó un poco. Quería decirle que le parecía bastante temprano como para él poder prepararse, pero sus ganas dar la mejor expectativa de sí mismo hicieron que se callara-. Buen fin de semana.

Y así como llegó con el informe semanal, se fue del despacho con un paciente diagnosticado de Hafefobia. Por suerte, tenía el fin de semana para informarse algo más sobre cómo tratar a ese tipo de personas. Desgraciadamente, se perdería su descanso del Sábado y Domingo.

Aunque eso no le importaba mucho. En esos momentos solo quería llegar a su casa, ver a su gato, tirarse a la cama y dormir plácidamente. Al día siguiente se preocuparía sobre su trabajo.

𝙷𝚊𝚏𝚎𝚏𝚘𝚋𝚒𝚊 - 𝚁𝚘𝚍𝚛𝚒𝚟𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora